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viernes, 26 de noviembre de 2021

Una nueva propuesta de Matraca ediciones : ¡ Quiosco Digital !


Hola Pepe, un gusto tenerte nuevamente por aquí, para hablarnos de la última propuesta de Matraca ediciones : la colección Quiosco Digital.
¡ Empecemos de inmediato !

¿ Cómo se te ocurrió lanzar esta nueva colección en formato digital ?
Personalmente soy y voy a seguir siendo de papel, pero es verdad que, si hacemos caso a ese gallinero de las redes sociales, desde allende los mares hay muchas quejas de que no pueden conseguir los libros. Así que, por consideración hacia los hermanos latinos, me dije : «Vamos a hacer una prueba», y así nació la colección Quiosco Digital.

¿ Esta nueva propuesta va a sustituir la publicación de las obras completas de nuestro querido Berna en la colección Tocho y Medio o ambas se publicarán conjuntamente ?
No lo sé, sinceramente. La colección Tocho y Medio tiene planificación hasta agosto de 2022, sin Berna. Dependerá de las ventas de Tocho y Medio y de Quiosco Digital.

¿ Hay o habrá material extra en estas publicaciones digitales ?
No. Portada, página de créditos (nuevo ISBN, como establece la ley) y texto. Nada más.

¿ Siempre las portadas serán inspiradas en la de la edición original ?
De momento vamos a aprovechar las setenta portadas que Fernando Lorente dibujó para el libro «Joseph Berna presenta», que efectivamente están inspiradas en las originales. A la colección Quiosco Digital le doy seis meses de prueba, con periodicidad semanal, así que habrá portadas suficientes. Luego, si continuamos, habrá que hacer portadas nuevas en la misma línea.

¿ Cual será la periodicidad de la colección ?
La periodicidad de Berna pretende ser semanal. La colección puede englobar más material, no berniano, por ejemplo los libros de Matraca (sin extras). También he tenido y voy a tener conversaciones con otro autores, pero de momento... ¡ Hemos empezado hoy con la colección ! Periodicidad de Berna : semanal. Periodicidad de la colección : entre uno (Berna) y tres libros semanales.

¿ Justamente, quería preguntarte si será posible ver publicados en digital a otros autores clásicos del pulp hispano, como Ray Lester o Adam Surray por ejemplo, o si será una colección únicamente dedicada a Berna ?
La colección está abierta a otros autores. Como soñar es gratis, me gustaría que todo el fondo existente de bolsilibros terminase ahí (y yo en el manicomio).

¿ No temes la piratería ?
Bueno, la piratería ya existe. Quizá yo le vaya a poner las cosas en bandeja, pero no voy a dejar de hacer mi trabajo legítimo porque otros individuos lo estén haciendo ilegítimo. De hecho se les va a quitar la excusa a los que dicen que la piratería está justificada cuando los libros son inconseguibles. Bueno, pues ya van a ser conseguibles, ¿ ahora qué ?

Muchísimas gracias a Pepe Cueto por su disponibilidad.
Pedido en la web de Matraca Ediciones

miércoles, 28 de julio de 2021

Joseph Berna : Uno de cada


"La más completa antología de Joseph Berna publicada hasta la fecha: siete novelas –tres de ellas inéditas–, un relato y mucho más. Una pieza muy limitada en tamaño 17×24, en tapa dura e impresión a color"

Por favor Pepe, háblanos de este nuevo libro dedicado a nuestro querido Berna...
Como es sencillo imaginar, recopila siete novelas porque fueron siete los géneros cultivados por José Luís... ¿ Cuáles son los títulos ya publicados que has elegido y cuáles son los inéditos ? ¿ Por cuáles razones elegiste estos títulos ? O si prefieres, ¿ cuál aspecto de cada uno te hizo elegirlo ?
Efectivamente, los géneros cultivados por nuestro querido Berna fueron siete, como ya desarrollamos en el libro de relatos "Siete veces Berna", recién publicado, con un relato de cada género escritos por otros autores, a modo de homenaje. Como la primera novela que Berna publicó en su vida fue policiaca, la segunda del Oeste, la tercera de ficción científica, etc., ese es el orden que hemos escogido en el libro. Así, en primer lugar aparece la policiaca, titulada "Guarida de tiburones", que quedó inédita al cierre de Bruguera, al igual que "La dama de Monterrey" (wéstern) y "El diamante de Gurko-To" (ficción científica). Son las tres únicas novelas de Berna que quedaban inéditas. Ahora ya están todas publicadas (salvo dos pequeñas excepciones). El resto de novelas no es inédito, pero he procurado que no se hubiese reeditado antes. La novela terrorífica es "La máscara del mal" (a la fuerza la novela terrorífica iba a estar ya publicada en Matraca, puesto que hemos reeditado todo ese género), la escogí porque supuso la vuelta de Berna a la escritura, además de haber quedado finalista en los Ignotus. La novela erótica es "La modelo y el pintor", sinceramente escogí esa como podía haber escogido cualquiera (menos "Una mujer de bandera", ya reeditada por ACHAB en su libro "El maravilloso mundo de Joseph Berna"). La deportiva es "La novia del karateca" (solo está reeditada "La Pareja Invencible", también en un volumen de ACHAB de próxima aparición). Y finalmente la de aventuras es "La hechicera negra", por la caprichosa razón de que yo soy el propietario de la pintura original de la portada. Ten en cuenta que Berna no tenía novelas preferidas, yo muchas veces le preguntaba y siempre me contestaba que le gustaban todas por igual.

¿ El relato también es del maestro ?
Así es, el único que escribió en su vida, titulado "La novia del corsario" y que puedes encontrar en el tercer volumen de la serie "Los piratas de Curtis Garland" (número 9 de la colección Tocho y Medio de Matraca Ediciones).

¿ En qué consiste el «mucho más» de la publicidad ?
Fotografías, ilustraciones y portadas originales. También Berna escribió las letras de diecinueve canciones (puedes encontrarla todas en el libro "Canciones", número 5 de la colección Onilírica de Matraca Ediciones), presentaciones de más de cien de sus libros (la mayoría están en el tomo "Joseph Berna presenta", número 32 de la colección Serie Beee de Matraca Ediciones), conversaciones conmigo (he reeditado para este tomo la que mantuvimos acerca de su vida, publicada en el libro "Homenaje a Joseph Berna", número 17 de la colección Serie Beee), su bibliografía completa, aparte de mi prólogo y un emotivo epílogo de su viuda.

Muchísimas gracias a Pepe Cueto por su disponibilidad.
Pedido en la web de Matraca Ediciones

A propósito de Alfred Revetllat Fosch


Magda, tu tío Alfred Revetllat Fosch fue escritor de novelas populares bajo seudónimo y colaboró con las editoriales Molino, Dólar y Toray. ¿ Conocías de pequeña esta faceta de tu pariente y que opinabas de ella ?
Desde siempre supimos que Alfred había escrito y publicado novelas, recuerdo a mi padre enseñándome un ejemplar de “Perlas y Sangre” y a mi madre citando a veces “Un hombre audaz”, que era de la colección CIA publicada después bajo ese título en otra colección. Todos sabíamos de su etapa de escritor e interesados en diversa medida en la Literatura en general, comentábamos libros. Una vez que estábamos en su casa, yo llevaba un bolsilibro de ciencia-ficción de Clark Carrados e hicimos, junto con uno de mis hermanos, algunos comentarios al respecto de estas publicaciones.  Aparte de su trayectoria personal, en las reuniones familiares con él siempre comentábamos libros o películas y sus comentarios eran siempre desde otro punto de vista, desde su faceta de escritor. Recuerdo cuando se editó el libro que era la continuación de “Rebeca” de la autora Daphne Du Maurier, él dijo que ese libro nunca se debería haber escrito porque la autora original ya había cerrado la historia. También lo recuerdo comentando la película “Casablanca” que recientemente habían proyectado en algún canal de TV, comentó que lo de los visados en blanco, sin nombre, era “un recurso más que dudoso”. Él dejó de escribir, pero nunca de estar al día de Cine y Literatura.

¿ Sabes cómo fueron sus inicios en la profesión ?
Él siempre escribió en diversos formatos, relato corto, novela e incluso cómic. En el blog dedicado a él se puede ver “En busca de aventuras”, es una pequeña historia gráfica que hizo a la edad de 15 años, él hizo el guion y los dibujos ya que otra de sus aficiones era el dibujo y la pintura. También le habían publicado relatos cortos en revistas juveniles, también se pueden ver en el blog. 
Sé por mi madre que él presentó alguna novela a editoriales ya que, por una parte, Dólar siempre buscaba autores para su colección CIA. Además, Alfred conocía a alguien que ya colaboraba, pero no estoy segura de quién se trataba. Alfred era una persona muy activa y conocía a mucha gente. 

¿ Te contaba anécdotas de su carrera literaria ?
Cuando yo tuve edad de entender su trabajo y su entorno él tenía ya muy atrás ese mundo. Pero a veces con alguno de mis hermanos nos hablaba de alguna particularidad, como por ejemplo la curiosidad de los seudónimos, nos dijo que las editoriales además de pretender presentar “autores internacionales” también quería aparentar que era un extenso elenco, cuando la mayoría tenía más de un seudónimo. Así el público lector no sabía que eran los mismos escritores en distintas colecciones. También en alguna ocasión expresó quejas sobre lo que el editor recortaba, como es el caso de los títulos de los capítulos en la serie “Arizona Bill”. 

¿ Y del trato con las editoriales ?
Algo que le dolió mucho fue al presentar una novela que se desarrollaba en la Prehistoria, el editor le dijo que era una copia de “En busca del fuego” (La Guerre du feu) de J.H. Rosny. Para nada era una copia, él tenía la imaginación capaz de crear algo muy distinto. Habían pasado años y aun lo contaba enfadado. No sé a qué editorial lo presentó.
Por otra parte, cuando Dólar anunciaba los nuevos bolsilibros lo calificaban de experto en Extremo Oriente y realmente si lees “Apocalipsis ¡Pohang!” te das cuenta de que hay bastante verdad en eso. 

¿ Nunca trató de entrar en Bruguera ?
Pues no lo sé, pero él colaboraba ya en tres colecciones además de trabajar a jornada completa. Escribió algunas novelas que no fueron publicadas, tal vez con eso ya cubría sus expectativas, no tengo más información.

¿ Cuáles eran sus temas favoritos ?
La aviación y los aviadores por supuesto, uno de sus temas clásicos. Él quiso ser aviador y se presentó para serlo al entrar en combate en la Guerra Civil Española, pero contaba que se precisaba “vista de águila”, es decir una visión perfecta y él siempre tuvo algunas dioptrías y por ese motivo no le admitieron. Otro tema los conflictos internacionales y por eso la colección CIA era perfecta para él. Solo hay que ver su biblioteca lo nutrida que era en estos temas. 

En su entorno, como por ejemplo en las oficinas de la Fábrica de Cervezas DAMM donde trabajaba, ¿ la gente sabía que escribía novelas bajo seudónimo ? ¿ Y cuáles eran sus reacciones ?
No tengo información concreta sobre lo que sabían de él en su entorno laboral, pero es de suponer que sí, que lo sabían. Hay que entender el mundo de la empresa como era entonces: entrabas de muy joven a trabajar y si la empresa era grande y sostenible, seguramente te jubilabas allí. Alfred y mi padre trabajaron toda la vida en la Fábrica de Cervezas DAMM. Entre los trabajadores se bromeaba sobre el nombre, decían que eran las siglas de Damos Agua Muy Mala, cosa que no es nada cierta si dejamos aparte las sin alcohol… (Risas). En un entorno en el que te ves toda la vida diariamente con las mismas personas, es lógico pensar que todos conozcan la vida de los demás. Alfred trabajaba en el departamento de contabilidad y mi padre en el de distribución. 

¿ Los dos trabajaban en la misma empresa ?
Los dos entraron porque mi abuelo era jefe del equipo de camioneros que diariamente, y a veces en domingo por requerimientos del cliente, repartían los barriles y las cajas de cerveza por bares y restaurantes. Además, DAMM como muchas empresas en el momento, era muy acogedora, muy familiar. No era raro que la esposa fuera con los niños y entrara en la fábrica a buscar a su marido, recuerdo una vez hacer eso mismo con mi madre y mis hermanos y mi padre salió con dos jarras de cerveza fría, una rubia y la otra negra, y allí bebimos todos un poco. Desde hace muchos años ya no es así, hay un guardia jurado en la entrada y la puerta está cerrada. 

En 2016 creaste un blog en memoria de tu tío ¿ cómo te vino la idea y por qué lo hiciste ?
Yo he reunido el material que teníamos entre todos mis hermanos, esto es, además de las novelas, manuscritos, apuntes, contratos, originales sin publicar… Pensé que algún día todo eso se perdería y sería una lástima ya que, no solo era su obra, también era la Literatura de una época con todo lo que representaba. Así que decidí escanearlo todo y agruparlo en un blog para que cualquier persona, en cualquier parte del mundo, pudiera leer y consultar toda esa documentación. Y fíjate, tú desde Suiza encontraste el blog, lo cual me parece estupendo. 
Después empecé una colaboración con la biblioteca La Bòbila, está en Hospitalet de Llobregat, una población adosada a Barcelona. Esta biblioteca está especializada en novela negra y pulp, y tiene una extensa colección de bolsilibros. Allí estoy donando su obra, además de los todo lo que voy encontrando de las colecciones CIA, Interpol y Canadá, y con el tiempo donaré el resto de la documentación que igualmente está en el blog. 

¿ Qué opinas de este tipo de literatura en general ? 
Todos los que hemos empezado a leer novelas con un bolsilibro sabemos del valor de estas publicaciones. Eran novelas de distintos géneros, y del todo asequibles para cualquier presupuesto. Siempre que oigo comentarios despectivos salgo en su defensa, lo curioso es que quienes los critican no los han leído. Los autores creaban buenas historias, cada una tan distinta de las demás como emocionante, con elementos muy al gusto de la época pues si se revisa la cinematografía de esos años verá semejanzas. 

¿ Y de la obra de tu tío en particular ?
Alfred colaboró en la colección CIA, que publicó 250 novelas. También escribió para la colección Interpol, que tuvo una vida corta, aunque más corta fue la colección Canadá. 
Por lo que respecta a esta última, Alfred gustaba mucho de las novelas de James Oliver Curwood y de Jack London, aventuras en paisajes remotos, o lo que es lo mismo, el hombre enfrentado a la naturaleza. La colección Canadá le dio la oportunidad de desarrollar estos temas, pongo por ejemplo la novela “El reto” en la que un médico deja la ciudad para vivir en las aisladas poblaciones de las montañas, a mí me parece magnífica.
Por lo que respecta a la serie “Arizona Bill” me parece apasionante, doce novelas en las que el protagonista sigue un único propósito: vengar la muerte de su familia. En cada novela el lector se sumergirá en distintas zonas del antiguo oeste, con su organización, oficios, medios de transporte y todo lo que pueda concernir a ese lugar y época. 
Además, me gusta pensar que era creativo, innovador. En la colección CIA los títulos “El gran enigma” y “Doctor Strombell” son continuación uno de otro, pero del primero al segundo hay un cambio de protagonista ya que, un personaje secundario en la primera pasa a ser el principal en la segunda. Siempre me ha parecido un recurso original. 

¿ Y cómo se documentaba para sus novelas ? ¿ Viajaba ?
Viajaba poco, la última parte de su vida pasaba los inviernos en la zona de El Priorat, muy conocida por sus vinos, pero siempre estuvo rodeado de libros. En el blog hay una muestra de lo que era su biblioteca: diversos autores de novela de aventuras, clásicos y muchos libros de documentos de guerras, de la II Guerra Mundial básicamente. En varias novelas de la colección CIA hay palabras o frases en inglés y alemán, no sé hasta que punto en eso le ayudó mi padre que hablaba esos dos idiomas. Aunque su consulta a bibliotecas debió ser intensa, por ejemplo “Al Este de Miti-Miwili” se desarrolla en África, “miti-miwili” significa “dos árboles” en suajili. Siempre fue una persona curiosa dispuesto a aprender algo nuevo. Por ejemplo, aunque no le interesara la ciencia ficción cogió alguno de mi colección para leerlo, Ray Bradbury…  

¿ Tienes todavía los mecanoescritos de las novelas largas que tu tío no pudo publicar ? ¿ Piensas en tratar de difundirlos de un modo u otro algún día ?
Efectivamente tengo mecanoescritos, unos fueron publicados. Por ejemplo, en el blog puedes ver uno de los ejemplares de la serie “Arizona Bill”, tal como salió de su máquina de escribir. Y tengo también lo que no le publicaron y de alguna manera lo difundiré. Más de una vez el criterio de los editores no ha coincidido con el del público lector y pienso que lo que quedó por publicar puede ser de la misma calidad que lo publicado, o tal vez más. Sea como sea, su voluntad fue que todo ese material viera la luz algún día, y en eso estoy.

miércoles, 24 de febrero de 2021

En exclusiva para ustedes : ¡ Rocco Sarto !


¿ Cómo fue tu primera entrevista con Enrique Martínez Fariñas ? Antes de encargarte la redacción de tu primer bolsilibro, ¿ te preguntó por lo que habías ya escrito o por algunas referencias ?
La primera entrevista con Fariñas fue muy estimulante. Era un hombre comprometido con Amnesty International y yo había llegado exiliado de Argentina, de modo que se estableció de inmediato un vínculo de camaradería muy fuerte. Yo era traductor y le expliqué para qué editoriales había traducido. Me pidió que le diera el título de una novela y que la escribiera. No me dio plazo, me indicó, como yo ya lo sabía, que cuando comenzara a escribir metódicamente debería entregar un original cada semana. Fui a mi casa, la escribí, se la llevé, le gustó mucho y a partir de ese momento me pedía títulos para diferentes colecciones y yo debía entregarlos dentro del plazo acordado. Era un tipo solidario, siempre tenía tiempo para los escritores y su ático-estudio, en el mismo edificio en el que vivía con su familia, era un espacio repleto de libros, de humo de cigarrillos, de recuerdos y de fotografías y objetos de lo más disímiles. El conjunto era especial y resultaba grato pasarse por allí y charlar un rato con él. Lo recuerdo siempre con un gran afecto. Y agradecido por la confianza y el apoyo constante.

¿ Te dio consignas precisas respecto a lo que quería ver o no en la novela ?
Las consignas me las había dado ya Antonio Vidal Sales que fue con quien primero hablé cuando busqué trabajo en Bruguera. Con Vidal Sales fuimos amigos. Escritor, editor y, raro en el mundillo editorial, según mi experiencia, un hombre decente con el que teníamos una gran coincidencia ideológica. Fue él quien me envió a Fariñas que me repitió las consignas : 80 páginas, pocos personajes, mucho diálogo, mucha acción, final feliz. «Imagínate un vigilante nocturno que tiene que sentirse atrapado por la trama para no dormirse en toda la noche…» Esa era la clave.

¿ Tocó el argumento de la censura (o de la autocensura) contigo ?
No especialmente. Me explicó las características de cada colección. Yo había sido lector de bolsilibros en mi primera adolescencia de modo que conocía las limitaciones, aunque fue a comienzos de los 80 de modo que había una apertura significativa. El ambiente enrarecido, represor, sofocante, del franquismo estaba modificándose. En este aspecto había una colección erótica, para la que también escribí, de modo que esa apertura sí que era novedosa. 

¿ Tienes idea de cómo decidían de que géneros un autor debía escribir (ya que dudo que te preguntaron por tus preferencias en la materia) ?
Vidal Sales y Fariñas, los dos, me preguntaron si tenía alguna preferencia. Yo les dije que me gustaba mucho el género policíaco, pero que no me importaba escribir sobre lo que fuera. Creo que escribí sobre todos los géneros con excepción del terror.

¿ Porqué te apetecía más el género policiaco en un principio ?
Había leído novelas policiacas desde muy joven y prácticamente a todos los popes del género. Era un fanático del film noir de todas las épocas y había escrito algunos cuentos, de modo que era en ese tipo de novelas en las que me sentía más cómodo. Sin embargo, con el correr de las semanas y los meses me gustó tener que incursionar en otros territorios. Era divertido cambiar de registro semana a semana.

¿ El terror en cambio no te interesaba o es sólo que no tuviste oportunidad de escribir de este género ?
En realidad no sé por qué no lo hice. Creo que tal vez Fariñas tuviera un equipo de escritores de terror con el que estaba cómodo, o quizá prefería que yo siguiera con los demás géneros. Personalmente, no me hubiera importado hacer la experiencia, pero no se dio y, además, no me llama particularmente la atención.

¿ Te gustaba escribir románticas ?
Sí, me gustaba mucho, más que nada porque me permitía tramas más complejas, con diálogos más elaborados y, creo recordar, eran 120 páginas en vez de las 80 habituales. Con ese formato era posible incorporar temas de actualidad e introducir alguna referencia, moderada, por razones obvias, a situaciones de injusticia social, de prejuicios, de maltrato... En fin, me sentía afortunado por tener esa posibilidad y en más de una editorial.

Hay mucho de ti, políticamente, en tus bolsilibros... ¿ Era algo consciente o venía naturalmente, por la prisa con la cual debías escribir ?
Creo que uno es lo que dice y lo que escribe si luego es coherente con la acción del día a día. Me refiero a lo esencial, al punto de vista con el que se analiza la realidad y la trinchera desde la que se defienden esos principios. Era totalmente deliberada la incorporación de la ideología en las novelas. Al menos en una justa medida, sin convertir esas páginas en un panfleto.

¿ Te rechazaron alguna vez una novela o te obligaron a modificarla antes de publicarla ?
No. Alguna vez tuve que defender alguna frase o la elección de una palabra porque el encargado de las correcciones no había comprendido el párrafo o lo había malinterpretado. Pero nunca tuve que corregir ni me corrigieron lo que escribía.

¿ Cuáles eran los otros escritores de bolsilibros que frecuentabas ?
Una pregunta complicada porque mi memoria está llena de huecos.
Fariñas, Quibus, Castillo... son los que más recuerdo. Tenía un par de amigos, mayores que yo, de pasado anarquista, tipos estupendos, pero de los que no recuerdo sus nombres. Y me apena, porque con uno de ellos compartimos algunas veladas hablando de política y de recuerdos parecidos a los dos lados del Atlántico.
Hace tiempo que pienso en llamar a Quibus porque tal vez el recuerde de quienes se han esfumado, malamente, de mi memoria. No sé si te has puesto en contacto con él pero es un tipo ideal para relatarte sucesos de aquellos años 80.
Un grupo de cuatro o cinco, tal vez seis escribidores, nos reuníamos el día de cobro y luego íbamos a comer y a charlar, y beber, hasta que caía la tarde. Fueron momentos enriquecedores, de complicidad y de gran afecto mutuo.

¿ Has mantenido el contacto con algunos ?
No. Solo he visto una o dos veces a Quibus, él mismo un personaje de biografía rica y creativa en más de un aspecto.
En una ocasión me contactó Lem Ryan y nos encontramos para charlar. Fue como un paseo por un camino que yo tenía muy olvidado pero que Lem (no recuerdo su nombre real) me actualizó desde su memoria intacta. Quedamos en volver a vernos pero, tal y como marca la tradición, no sucedió. Es una pena porque tener ese pasado en común me da, hablo por mí, una cierta condición de miembro de una tribu que ha vivido todo tipo de aventuras, bolsilibros mediante. Una suerte de camaradería fraterna que, al menos en mi encuadre, permanece intacta. Aunque no recuerde muchas batallas ni el nombre de sus guerreros.

Si el imperio Bruguera no se hubiera derrumbado, ¿ habrías seguido escribiendo bolsilibros ?
Sin la menor duda. Fue la mejor época de mi vida. Pensaba, con una cierta ingenuidad que la realidad se encargó de demoler, que ese trabajo solo dependía de mi imaginación y que mientras pudiera diseñar ficciones... continuaría indefinidamente. Trabajaba en mi casa, estaba todo el tiempo con mi mujer, mi hija y mi hijo, hacía lo que me gustaba, dentro de los parámetros estipulados por la editorial, y era muy alentador ese desafío semanal de tener que entregar una trama de índole diferente cada siete días. 

¿ Algunas de tus novelas quedaron inéditas tras la desaparición de la Bruguera ?
Bruguera me quedó debiendo mucho dinero y, ahora no lo recuerdo, varias novelas que había entregado con puntualidad y que debían publicarse en los meses siguientes a la debacle. Recuerdo que llegué a la oficina de cobros y el tipo de la ventanilla me dijo, sencillamente «Se acabó la pasta». Pagaron a los que llegaron primero y cuando se terminó el dinero... The End.
Recuerdo que fui a hablar con Sietecase o Setcases, no sé bien cómo se escribe, un tipo joven, educado, adicto al bridge, que me dijo que lo sentía mucho pero que, con otras palabras, la nave se había ido a pique.
Ese escritor anarquista con el que tenía mucha amistad, con el que hablábamos mucho de política, fue a verlo, furioso, y clavó un destornillador en la mesa del ejecutivo. No sirvió de nada, está claro. Ese día volvimos a reunirnos, tres o cuatro, y la comida ya no tenía el ánimo festivo de siempre.
Si esos episodios hubieran ocurrido hoy sin duda tendríamos grabaciones y fotografías para ilustrarnos la biografía.

¿ Te contactó alguien de Astri para colaborar en sus colecciones del Oeste ?
Nunca se puso nadie en contacto conmigo para que volviera a escribir novelas de bolsillo. Después de Bruguera trabajé de periodista, escribí una docena de novelas románticas para Mariano Nadal y novelas cortas, pornográficas, para la revista Macho, que dirigía una maravillosa mujer, periodista y escritora. Fue una buena época porque trabajaba en la redacción de una revista, mejor dicho, donde funcionaban varias revistas, tenía un sueldo aceptable y, además, escribía lo que surgiera. 

¿ Qué te inspiró la larga agonía del bolsilibro ?
En realidad, no viví esa larga agonía. En mi recuerdo todo sucedió de la noche a la mañana. Antes de la debacle solo había rumores. Pero después de lo vivido en la Argentina, esos momentos de inquietud laboral, por llamarlo de algún modo, no me pegaban en un lugar demasiado sensible. Quiero decir que vivía en un país sin dictadura en el que no tenía que mirar por encima del hombro. Era extraordinario. Y era joven y un superviviente del caos así que conseguí trabajo en el periodismo y con excepción de algunos períodos complicados, de trifulcas con los editores, sobre todo con ellos, lo que me llevó a perder el trabajo de redactor en alguna publicación más de una vez, en general mi andadura de free lance fue sostenida.
Reportajes, entrevistas, traducciones del inglés y el francés, relatos... en todo tipo de revistas, entre ellas Playboy, El mueble, Gastronomía y Enología, Bel Canto, Indiscreta, Salsa, Hombre Magazin, Macho, La Lluerna, HotVídeo, Imaginem... me permitieron, como decimos en la Argentina, «parar la olla» sin dramas.

En otra entrevista dijiste que a veces ayudabas a colegas con problemas de inspiración... ¿ Cómo funcionaba ? ¿ Les entregabas una novela completa que firmaban con su propio nombre o acababas la que estaban escribiendo ? Y en el segundo caso, ¿ la obra la completabas a tu antojo o siguiendo instrucciones de tu colega ?
En las ocasiones en que eché una mano a algún colega, pocas ocasiones debo decir, la novela llevaba el nombre de quien me pedía ayuda. En un par de ocasiones tuve que escribir la novela entera y procuré, sí, enmascarar mi modo de escribir. No sé si lo conseguí. Lo cierto es que nadie dijo nada. Nunca. En otras ocasiones debí concluir una novela ya empezada. A veces me dejaban a mi aire y otras me indicaban cuál era el final que ya tenían previsto. 

Cuando echabas una mano así, ¿ intentabas respetar el estilo de tu colega o escribías con tu propio estilo ?
Como respondí en la pregunta anterior, siempre intentaba, con mejor o peor suerte, cambiar mi estilo. Sin embargo, la celeridad con la que había que entregar el texto no permitía demasiadas relecturas. Si tuviera que apostar, diría que nunca tuve un éxito destacado en enmascarar mi manera de escribir.

¿ Sigues escribiendo ficción ?
Sí, siempre. Cuentos fundamentalmente. Desde hace un par de meses, más o menos, sucumbí a la herramienta de Instagram, alentado por mucha gente que me persuadió de que era un buen escaparate para exhibir mis pinturas. De modo que finalmente lo hice y con cada dibujo, no con los primeros, pero sí a partir del cuadro treinta, aproximadamente, añadí un pequeño relato al dibujo. Una especie de historia de lo que sugiere el cuadro, o cómo se gestó o... Todo ficción, claro, aunque hay mucho de biografía autorizada por mí. Subía un cuadro cada día con su correspondiente texto.
Era, y sigue siendo, aunque ahora he espaciado el proceso, una especie de autoencargo que me resulta estimulante. No había escrito nada desde hacía un año. De modo que esta puerta que se abrió, Instagram, y que solo había pensado como escaparate para los dibujos y pinturas, acabó incorporando esos textos de ficción que escribo día a día. Y es gratificante.

¿ Nunca te apeteció probar suerte con la auto-edición ?
No. A veces veo anuncios sobre auto-edición pero nunca exploré con más detalle esa propuesta. Alguien me comentó hace años cuánto le había costado la publicación de una novela y comprendí que estaba fuera de mi presupuesto. Y ya no pensé más en el asunto.

¿ Crees que el bolsilibro (como formato y contenido) podría tener una segunda oportunidad hoy, aunque tenga que adaptarse un poco ?
Me gusta pensar que sí, que tendría una segunda oportunidad. Lo pienso desde una perspectiva casi nostálgica porque fue una época muy buena para mí y estoy seguro que para toda la tribu de entonces.
No sé si volvería a escribir si alguien me lo propusiera. Tal vez sí. Sería un desafío. Sin embargo, creo que desde una perspectiva de negocio, que es lo que alienta a los editores, incluidos los que lo hacen todo a pulmón porque les apasiona el universo del bolsilibro, sería necesario captar a un público que seguramente ha variado desde los años 80.

jueves, 4 de febrero de 2021

En exclusiva : Pepe Cueto, editor de Matraca Ediciones, nos habla del Cuatrimestre in memoriam Joseph Berna


¿ Pepe, qué puedes adelantarnos sobre los títulos que compondrán este homenaje a nuestro querido Berna ? En particular respecto a la edición conjunta de sus primera y última novelas...
El Cuatrimestre in memoriam Joseph Berna, como lo he bautizado, consta de nueve títulos que se publicarán entre febrero y mayo del presente año. Durante ese lapso, Matraca no sacará ningún otro título. En febrero, marzo y abril sacaré los tres volúmenes que faltaban de Las pesadillas de Joseph Berna, son libros que estaban previstos igualmente, pero sus prologuistas han modificado sus palabras iniciales para hacer referencia al inesperado acontecimiento de su muerte.


Me preguntas concretamente por la edición conjunta de La misteriosa Stella y La llave de la pirámide, su primera y última novelas. Ya barajé este proyecto en 2019, cuando coordiné junto a Guadalupe Vila el libro Homenaje a Joseph Berna. En origen incluía La misteriosa Stella y El inquilino del cementerio, pero el volumen fue aumentando de grosor y tuve que suprimir una de las dos, no recuerdo cuál. Siguió creciendo y tuve que quitar la otra. En cuanto a La misteriosa Stella, es una obra muy demandada por los seguidores de Berna, muy difícil de encontrar, y en mi opinión una de sus mejores novelas, muy hitchcockiana. La llave de la pirámide es de aventuras, un género muy poco habitual en Berna, y una de sus siete obras inéditas. Para este libro doble, Nicolás Martínez Cerezo ha hecho unas ilustraciones bellísimas.
 

¿ Cuáles son esas siete obras ?
La llave de la pirámide, escrita recientemente; Acordes de juventud. Los Mikel's, sus memorias musicales, que publicaré en mayo también como parte del homenaje; Guarida de tiburones, policiaca; El diamante de Gurko-To, de ficción científica; El pistolero de Missouri y La dama de Monterrey, wésterns. Estos cuatro libros quedaron inéditos cuando cerró Bruguera. Finalmente, Los Caimanes del Turia, el único libro de Berna escrito a medias con otra persona, concretamente conmigo. De hecho mi parte no está completa, afortudamente la suya sí.


Siete veces Berna imagino será compuesto por siete relatos, pero qué podremos encontrar en Operación JB... ¿ un homenaje al maestro con sabor a whisky ?
Ja, ja. Siete veces Berna es un título que resuena a otro de Ramón Charlo, Trece veces pulp. En efecto son siete relatos, igual que siete miembros somos en el colectivo Traficantes de Relatos. Cada uno de nosotros está escribiendo un relato de cada uno de los géneros que escribió Joseph Berna : wéstern, policiaco, terrorífico, erótico, de ficción científica, deportivo y de aventuras. Yo estoy escribiendo el del Oeste.
Esa broma de JB creo recordar que ya la gasté yo en el Homenaje a Joseph Berna. Operación JB es una novela colectiva donde cada uno de los autores, unos veinte, ha escrito un capítulo continuando el capítulo anterior, mareando la trama a su antojo. Es una novela completamente alocada, ilustrada también por varios artistas de la casa.


Joseph Berna, punto y aparte, ¿ será también una obra narrativa o más de análisis ?
Es un libro de condolencias, donde numerosos autores están escribiendo solamente una página, recordando al maestro. También incluye una conversación que mantuvo conmigo, acerca de la muerte. Las ilustraciones de Fernando Lorente versionan portadas de los libros de Berna.


¿ De qué va Berna, un juez disparatado, de Dibert Willi ? ¿ Es una novela del Oeste a modo de homenaje ?
Sí, Dibert Willi la escribió el pasado año y se la mandó a Berna en Navidades. Me consta que le gustó mucho. El protagonista es un juez, llamado Joseph Berna, en un pueblo del Oeste, y la novela consta de varios episodios en los que dicho juez tiene que intervenir, haciendo gala de su sensatez, imaginación y sentido de la justicia. Rebote, por cierto, ha hecho unas ilustraciones simpatiquísimas.


Acordes de juventud. Los Mikel's
, la biografía muy esperada de José Luis, no será publicada en Serie Beee ¿ verdad ? ¿ Cómo se presentará entonces ?
Es que Serie Beee es una colección de narrativa, y Acordes son memorias. La colección de ensayo de Matraca Ediciones se llama Leviatán, y este será el tercer libro, después de las memorias de Adolfo Quibus y de Eva besando a Lilith, de Nicolás Martínez Cerezo. El formato de Leviatán no es bolsilibro (A6), sino cuartilla (A5). El libro ya está maquetado, pero como tiene un apartado de testimonios, quiero también darle a los autores de dichos textos la oportunidad de corregirlos, igual que te he dicho al comienzo de esta entrevista acerca de los prólogos de Las pesadillas de Joseph Berna.
Para terminar, no quiero que te olvides, amigo Stéphane, de que en todo este homenaje también hay un par de discos, de Matraca Records, la filial musical de Matraca Ediciones : Joseph Berna, in memoriam y Joseph Berna, toda la aventura. El primero es un réquiem compuesto expresamente por David Piulé. El segundo es la recopilación de diez bandas sonoras, porque no ignoras que todos los libros de Matraca tienen banda sonora, de sendos libros de Joseph Berna : Jaque al jeque, El Brujo de la Galaxia, La gran semana, etc. También de David Piulé.


Muchísimas gracias a Pepe Cueto por su disponibilidad.
Pedidos en la web de Matraca Ediciones o en TC

domingo, 10 de mayo de 2020

Adam Surray al habla, parte 2



Nota preliminar : Lo siguiente no es una entrevista per se. Es más un cordial intercambio de preguntas y respuestas que se extendió durante varios meses entre José López García (alias Adam Surray) y yo. Lo que Adam nos dice sobre el mundo de los bolsilibros y el oficio de escribir, sin embargo, me ha parecido lo suficientemente interesante como para que se publicara aquí...

Leí recientemente de ti El anticuario, publicado en Selección Terror, y algunos pasajes me parecieron muy eróticos (y muy buenos, por supuesto). ¿ Por qué razón hoy en día rechazas los libros eróticos que escribiste para la editorial Ceres ? Si no es indiscreción, claro...
No es lo mismo un par de capítulos subido de tono en una novela policíaca, o de terror, que toda una novela dándole al tema. Lo de las eróticas fue un compromiso con Fariñas y el resultado no me gustó.
Debo advertirte, para que no me consideres mojigato, que para Bruguera, en Temas de Evasión, la colección Especial Venus publicó Las Trillizas, de un tal Adam Surray. Esa novela me gustó. Las de Ceres siguen repudiadas. Por cierto, Las Trillizas es mi única novela dedicada. Y fue al amigo Berna.

En tu novela del Oeste Odio ancestral me pareció entender que para ti hay un cierto paralelismo entre la guerra de secesión norteamericana y la guerra civil española. ¿ No es así ?
Sí, te doy la razón. Existe cierto paralelismo, aunque aquí todo fue más furibundo y cruel. Se despertaron odios ocultos, rencillas personales que se aprovecharon de la guerra para saldar cuentas.

También Ali-Baba y los 40 marcianos me gustó mucho, sobre todo por su final…
Cinco años después de la muerte de Franco, sentí allí toda la desilusión que pudo haber traído la transición democrática... Pero también vi una imagen profética de la manipulación de la opinión pública ejercida (es solo un ejemplo entre otros muchos, y no son los únicos, ¡ desgraciadamente !) por los Estados Unidos, particularmente en el momento de la segunda guerra del Golfo. 
En algunas novelas me daba por filosofar, pero pronto volvía a los orígenes : procurar distraer al lector y hacerle amena la novela.

¿ Cual era tu rutina de trabajo para escribir tus bolsis ? ¿ Tenías un lugar y una hora preferentes para escribir o acaso escribías cuando tenías un rato libre ?
Mi faceta de escritor estaba condicionada al negocio familiar. En los años 70 disponía de las mañanas para escribir y las tardes en la recepción del hostal. Terminaba la jornada a eso de las nueve, pero siempre quedaba un gin tonic a medio consumir y hasta eso de las diez no aparecía por casa. Me gustaba conversar en la cafetería con los clientes más asiduos. Dado que estaba recién casado (en el 71), al llegar a casa, lo que menos me apetecía era ponerme a matar cuatreros. Resumiendo : escribía por las mañanas.
Si la novela era del Oeste y la tarde en el hostal tranquila, incluso podía escribir un par de capítulos. Policíaco o de ciencia ficción difícilmente, dado que siempre introducía datos o tecnicismos que me gustaba consultar. En casa disponía de un mural de USA con detalle de todos los estados y planos de las ciudades más importantes. Y también de libros de consulta.

¿ Antes de empezar, ya tenias un plan de trabajo detallado o improvisabas la novela a medida que ibas escribiendo ?
De una idea base surgía el argumento. Sin más anotaciones o apuntes. Luego todo iba saliendo ; incluso a mitad de la novela, en ocasiones, la idea original se transformaba y nada tiene que ver con la primitiva. Tú, como escritor, te habrás encontrado con situaciones semejantes. Personajes que, a mitad de la novela te caen gordos, y los eliminas. Otros que iban de secundarios se llevan a la chica.
En los años 80, al jubilarse mi padre, el trabajo en el hostal se complicó. Mi cuñado y yo, junto con el conserje de noche, nos turnábamos. Seguía con las mañanas libres, pero con más responsabilidades. Un hostal de siete plantas y más de cuarenta habitaciones requería un protocolo de riesgos laborables, un informe estadístico para la Oficina de Turismo mensual, una contabilidad... El conserje de noche, ajeno al negocio, tenía sus dos días de descanso semanales reglamentarios. Mi cuñado y yo, si queríamos tener un día libre, era a costa de hacer doblete.
Oye, perdona... Acabo de darme cuenta que estoy derrapando. Vuelvo a los bolsilibros. Mi método era escribir a mano, más bien telegráfico, que luego pasaba a máquina. Era una forma de aprovechar cualquier momento para escribir. Luego, en casa, directamente a la máquina de escribir. Ya que te gustan las cosas divertidas, te diré que tenía una especie de listín telefónico con más de doscientos nombres masculinos y femeninos. Cuando iniciaba una novela buscaba los nombres y los iba tachando para no repetirme mucho. Y si estaba en el hostal, y surgía un nuevo personaje aún sin nombre, en el Libro de Registro de huéspedes encontraba de todas las nacionalidades. Más de un honorable padre de familia de Boston he transformado en asesino.

En este momento, escribo mucho. Acabo de terminar una historia llamada El caso del proctólogo venido a menos. Es un homenaje al cineasta Jesús Franco. Una especie de «versión» de Gritos en la noche mezclada con humor escatológico. ¿ Conoces a este director ?
Jesús Franco también fue uno de mis preferidos. Rompía moldes en una sociedad mojigata y reprimida. Y cuando la censura abrió la mano, los directores de cine se rindieron al erotismo más chabacano, el que daba dinero. El público, años y años sin ver tetas ni coños, llenaba las salas de cine. Las películas de Jesús Franco se catalogaban de «malditas».

Me gustaría volver un poco sobre tu modo de trabajar en la época de los bolsilibros... Me indicaste el plazo de publicación, pero por tu parte, ¿ como actuabas ? ¿ Acaso enviabas tu manuscrito apenas lo habías acabado ? ¿ O lo conservabas un tiempo, con el fin de releerlo y de corregir posibles errores, antes de enviarlo a la editorial ?
Tu pregunta me hizo sonreír. Yo siempre iba con Bruguera fuera de tiempo. Terminada la novela, al instante empaquetada y a Correos. Jamás la repasaba o rectificaba algo. Recuerdo que el amigo Berna, sumamente escrupuloso, utilizaba el tipex para corregir una palabra. Se echaba las manos a la cabeza cuando yo le comentaba que utilizaba una sucesión de «xxxxxxxx» para suprimir el error. Aún hoy, al recordarlo, nos tronchamos de risa.

¿ Crees que el cómic te ha influenciado en el momento de escribir tus novelas ? ¿ Y si fue así, en qué ?
Cierto que los tebeos me llenaron la cabeza de pájaros. El Guerrero del Antifaz, El Pequeño Luchador y demás héroes de la infancia desembocaron poco más tarde en The Phantom, Flash Gordon, Rip Kirby... y con los bolsilibros de Kane, Curtis y Luger. También El Coyote de Mallorqui... Sí, reconozco mi entusiasmo por los tebeos. Y mi novela Cómic de terror es un pequeño homenaje a ellos. Fue una gozada escribirla. Pero, en cuanto a los tebeos... no me influyeron en los bolsilibros.

¿ Alguna de tus novelas ha sido adaptada al cine ? ¿ Te habría gustado ?
Lo de la adaptación de alguna de mis novelas al cine, por supuesto me hubiera gustado. Al poco de empezar mi colaboración con Bruguera surgió la ocasión con una productora cinematográfica de Madrid. Intercambiamos correspondencia y me ofrecieron, creo recordar, 50.000 pesetas por la autorización. Incluso comenté con Bruguera si la editorial se quedaba con algo. Lamentablemente, al final problemas de presupuesto terminaron con el proyecto.
Con Berna ocurrió algo similar. Me contó que querían hacer una película con una de sus novelas de terror. Una que acontecía en un faro y solo con tres personajes. Algo muy goloso para el presupuesto. Al final tampoco prosperó.

Si hubieras tenido la oportunidad, ¿ te habría interesado trabajar en otros medios, como escribir cómics o guiones de cine por ejemplo ?
Lo mío era escribir novelas. Lo de guiones o cómics, aún teniendo ocasión, no me lo hubiera planteado.

Después de convertirte en escritor profesional, ¿ continuaste leyendo bolsilibros ?
En cuanto a lo de leer bolsilibros, sinceramente, pasó al olvido. Más que todo por falta de tiempo.

viernes, 8 de mayo de 2020

Adam Surray al habla, parte 1


Los dibujantes españoles (Manuel Gago, 
José Ortiz, Luis Bermejo...) y su obra son 
auténticos olvidados. Aún más que los parias 
que se dedicaban a escribir noveluchas.
José López García

Nota preliminar : Lo siguiente no es una entrevista per se. Es más un cordial intercambio de preguntas y respuestas que se extendió durante varios meses entre José López García (alias Adam Surray) y yo. Lo que Adam nos dice sobre el mundo de los bolsilibros y el oficio de escribir, sin embargo, me ha parecido lo suficientemente interesante como para que se publicara aquí...

Durante tu carrera, muchas de tus novelas fueron publicadas una y otra vez por diferentes editoriales. ¿ Como es posible ? Aclárame un poco esto, por favor...
En los años 50, el autor de bolsilibros, su copyright, era de la editorial. Bruguera era maestra en ello. Con el mayor descaro se quedaba con los derechos de autor de escritores, dibujantes... incluso con los personajes creados (El Capitán Trueno, Mortadelo y Filemón...). Un vistazo a una novela de los años 50, y el copyright es de Francisco Bruguera. Eso cambió en los 60. El INLE (Instituto Nacional del Libro Español) publicó nuevas normas para los contratos de edición. El autor era propietario de la obra y la cedía en edición a la editorial por un periodo de DIEZ años. Transcurridos estos, el autor volvía a recuperar plenos derechos.

Así qué...
Sí, Rollán me reeditó novelas a su antojo. Andina hizo otro tanto, ya que se quedó con el fondo de Rollán. En cuanto a Toray, al dejar de publicar en el 72 bolsilibros, gentilmente permitió que recuperara pleno dominio sobre mi obra.
Publiqué novelas en Andina y Bruguera una vez transcurridos los diez años de carencia. También de Bruguera para Andina. Era un buen negocio por ambas partes. La editorial pagaba como reedición (4.500 pesetas Andina y 5.000 Bruguera) sin importar la tirada, ahorrándose el porcentaje.

¿ Cómo procedías ? ¿ Habías conservado una copia mecanografiada de tus manuscritos ? ¿ O debías mecanografiar otra vez la historia, basándote en la novela anteriormente publicada ?
El autor no realizaba trabajo alguno. Únicamente ENTREGAR la novela a reeditar.
Eso es lo que hacía. Nada de mecanografiar ni copias del original. El envío de la novela tal cual. Bruguera recibía mi novela de Toray. Se las mandaba de tres en tres. Comprueba alguna de esas reediciones de Bruguera y figura que la primera edición es de tal año (por supuesto no pone la procedencia).
Y no me molesté en pedir autorización a Bruguera para que me reeditara Andina. Simplemente cumplidos los reglamentarios diez años, la novela era mía y podía hacer a mi voluntad. 
Una curiosidad... solicité a Bruguera que me devolviera las novelas de Toray enviadas, pero resulta que para hacer la reedición tenían que destripar el ejemplar.

¿ Cómo es que nuestro mutuo amigo Joseph Berna fue tanto reeditado por Ediciones B (que hasta le publicaron títulos inéditos) y tu nada ?
Referente a Ediciones B, ignoro las causas. Mi relación con Bruguera en los últimos meses fue tirante. Nos pagaban con retrasos desde el 84, en el 85 solo tengo contabilizados dos pagos (enero y febrero) la mayoría traducciones y reediciones de Toray, y en el 86 dos únicos pagos en enero. Ya rozando el cierre les reclamé los originales entregados (Hombres de Texas, El valle de las sombras, Una tumba para el ganador, las tres del género del oeste ; y la de terror El restaurador de cadáveres). Al no recibir respuesta envíe una carta bastante airada y fue mi último contacto con Bruguera. Caudet capitaneó una campaña para que los escritores dejaran de enviar originales. No contactó conmigo (no teníamos relación alguna) pero sí con Berna que me informó de ella. Berna siguió enviando originales con gran cabreo de Caudet. Cuando Ediciones B se hizo con Bruguera, Caudet y otros fueron a solicitar ser incluidos en el nuevo proyecto. La respuesta fue que «tururú». Todo esto me lo contó Berna. 
Es un misterio que autores como Silver Kane, Ralph Barby, Ada Coreti... no figuren en absoluto en Selección Terror de Ediciones B ; y un grande como Donald Curtís con solo ocho novelas.
Que Berna sea el más reeditado es de justicia. Ediciones B reconoció que la deuda de Bruguera con él (rozando los tres millones de pesetas) era desorbitada. El amigo Berna tenía el dudoso honor de ser el número tres en deuda pendiente (Ibáñez y Escobar eran los números uno y dos con sus respectivos Mortadelo y Filemón, y Zipi y Zape).

¿ Cuando Bruguera quebró, trataste de proponer tus servicios a la editorial Astri ?
Con Astri no contacté. Caudet fue uno de los promotores de la editorial. Berna tenía contacto con él y se ofreció a colaborar ; pero no aceptaban más autores. Eran unos tres o cuatro a repartir el pastel y el proyecto incierto. Como ya sabes, la aventura no fue larga. Cuando me lo comentó Berna ya me di por enterado.


¿ Cómo ocurría, concretamente, con los editores ? ¿ Tuviste siempre el mismo tipo de relación con todos ?
Nuestro trato con la editorial era siempre con el departamento correspondiente, en este caso con Bolsilibros. Había un jefe de departamento que era el interlocutor. En mis inicios, me desplacé a la editorial Rollán en Pinto (Madrid) y posteriormente a Barcelona para visitar Toray y Bruguera. Ya colaboraba con ellos y mi única intención era darme a conocer. En las tres fui recibido por el jefe del departamento de bolsilibros. Posteriormente, el trato era más bien con sus correspondientes secretarios/as de redacción.

¿ Recibías indicaciones del editor ?
En ninguna de las editoriales me indicaron las pautas a seguir ni rectificaron el original enviado. Era aceptado tal cual. Afortunadamente nunca me rechazaron  un original.
La relación era cordial. Sin problemas. Y, como te comento, más bien con los secretarios. Con Bruguera, dado que Rollan y Toray finiquitaron pronto, fue más intensa. Incluso nos enviaban un regalito por Navidad. Bruguera fue la única que marcaba la producción. Tantas del Oeste, ahora policíacas, unas de terror...

¿ Cuánto tiempo transcurría, de promedio, entre el momento en que enviabas tu manuscrito hasta la fecha de publicación del bolsi correspondiente ?
El plazo de publicación, por término medio, era de uno ocho meses desde el envío del original. En las colecciones del Oeste, al ser más numerosas, era más breve.

¿ Cuando enviabas un manuscrito, era aceptado tal cual ? Ahora, el editor quiere siempre meter las narices en tu trabajo. Es muy molesto y el resultado no es mejor... ¡ Ni mucho menos !
Lo del editor «toca pelotas» en Bruguera, Rollan o Toray, resulta difícil. Eran editoriales importantes, con departamentos varios, secciones... Tocaban el bolsilibro, el cómic, clásicos, divulgación, diccionarios.

¿ Tuviste muchos problemas con la censura durante tu carrera ?
Al mencionar la censura, mi único problema fue una gilipollez de principiante. En mi primera novela Un alto en el camino donde por «orden gubernativa» me obligaban a suprimir una escena en la que la chica se introducía en la cama donde DORMÍA el protagonista. Una novela del 68. En aquellos años la imaginación también debía ser controlada.

¿ Y por parte de las editoriales  ?
Las editoriales tampoco censuraban los originales, pero te voy a contar una anécdota curiosa. Al iniciar mi colaboración con Bruguera en el 72, José Más (director de Bolsilibros y magnífica persona que recuerdo con cariño) me recomendó visitar al asesor literario que daba el visto bueno a los originales y que, casualmente, tenía su domicilio en Valencia. Esa misma sugerencia la recibió el amigo Berna. El asesor se llamaba Joaquín Povill, y tenía una especie de librería de compra, venta e intercambio de libros. Una conversación cordial donde se me recomendó que las novelas fueran siempre amenas, sin muchas complicaciones argumentales, etc., etc.
En los años 80, al poco de iniciar mi breve colaboración con Ceres, me telefoneó Fariñas (Enrique Martínez Fariñas llevaba lo de Ceres) para decirme con gran regocijo (el malogrado Fariñas era un tipo estupendo) que Povill se había escandalizado con La tribu de Shalaw y que bajara el listón en los próximos originales. Me quedé perplejo, pero no por la recomendación. Ignoraba que Povill siguiera como asesor literario después de tantos años. Como se puede comprobar en mis posteriores novelas el listón no varió en absoluto.
Lo del asesor literario de Bruguera es algo inaudito. En el magnífico libro autobiográfico de Ledesma, en el apartado dedicado a Silver Kane, el autor dice que el tal Povill leía absolutamente todos los bolsilibros enviados a Bruguera y que le rechazó sus dos primeras novelas (Historia de mis calles, editorial Planeta, pag. 305). Ahora viene lo más sorprendente... Silver Kane empezó a publicar, aproximadamente, a finales de los 50. ¿ Cómo es posible que siguiera de asesor literario en los 80 ? Según Kane, conocía a la perfección gustos y tendencias de los lectores de bolsilibros.

Continuará...