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miércoles, 28 de julio de 2021

A propósito de Alfred Revetllat Fosch


Magda, tu tío Alfred Revetllat Fosch fue escritor de novelas populares bajo seudónimo y colaboró con las editoriales Molino, Dólar y Toray. ¿ Conocías de pequeña esta faceta de tu pariente y que opinabas de ella ?
Desde siempre supimos que Alfred había escrito y publicado novelas, recuerdo a mi padre enseñándome un ejemplar de “Perlas y Sangre” y a mi madre citando a veces “Un hombre audaz”, que era de la colección CIA publicada después bajo ese título en otra colección. Todos sabíamos de su etapa de escritor e interesados en diversa medida en la Literatura en general, comentábamos libros. Una vez que estábamos en su casa, yo llevaba un bolsilibro de ciencia-ficción de Clark Carrados e hicimos, junto con uno de mis hermanos, algunos comentarios al respecto de estas publicaciones.  Aparte de su trayectoria personal, en las reuniones familiares con él siempre comentábamos libros o películas y sus comentarios eran siempre desde otro punto de vista, desde su faceta de escritor. Recuerdo cuando se editó el libro que era la continuación de “Rebeca” de la autora Daphne Du Maurier, él dijo que ese libro nunca se debería haber escrito porque la autora original ya había cerrado la historia. También lo recuerdo comentando la película “Casablanca” que recientemente habían proyectado en algún canal de TV, comentó que lo de los visados en blanco, sin nombre, era “un recurso más que dudoso”. Él dejó de escribir, pero nunca de estar al día de Cine y Literatura.

¿ Sabes cómo fueron sus inicios en la profesión ?
Él siempre escribió en diversos formatos, relato corto, novela e incluso cómic. En el blog dedicado a él se puede ver “En busca de aventuras”, es una pequeña historia gráfica que hizo a la edad de 15 años, él hizo el guion y los dibujos ya que otra de sus aficiones era el dibujo y la pintura. También le habían publicado relatos cortos en revistas juveniles, también se pueden ver en el blog. 
Sé por mi madre que él presentó alguna novela a editoriales ya que, por una parte, Dólar siempre buscaba autores para su colección CIA. Además, Alfred conocía a alguien que ya colaboraba, pero no estoy segura de quién se trataba. Alfred era una persona muy activa y conocía a mucha gente. 

¿ Te contaba anécdotas de su carrera literaria ?
Cuando yo tuve edad de entender su trabajo y su entorno él tenía ya muy atrás ese mundo. Pero a veces con alguno de mis hermanos nos hablaba de alguna particularidad, como por ejemplo la curiosidad de los seudónimos, nos dijo que las editoriales además de pretender presentar “autores internacionales” también quería aparentar que era un extenso elenco, cuando la mayoría tenía más de un seudónimo. Así el público lector no sabía que eran los mismos escritores en distintas colecciones. También en alguna ocasión expresó quejas sobre lo que el editor recortaba, como es el caso de los títulos de los capítulos en la serie “Arizona Bill”. 

¿ Y del trato con las editoriales ?
Algo que le dolió mucho fue al presentar una novela que se desarrollaba en la Prehistoria, el editor le dijo que era una copia de “En busca del fuego” (La Guerre du feu) de J.H. Rosny. Para nada era una copia, él tenía la imaginación capaz de crear algo muy distinto. Habían pasado años y aun lo contaba enfadado. No sé a qué editorial lo presentó.
Por otra parte, cuando Dólar anunciaba los nuevos bolsilibros lo calificaban de experto en Extremo Oriente y realmente si lees “Apocalipsis ¡Pohang!” te das cuenta de que hay bastante verdad en eso. 

¿ Nunca trató de entrar en Bruguera ?
Pues no lo sé, pero él colaboraba ya en tres colecciones además de trabajar a jornada completa. Escribió algunas novelas que no fueron publicadas, tal vez con eso ya cubría sus expectativas, no tengo más información.

¿ Cuáles eran sus temas favoritos ?
La aviación y los aviadores por supuesto, uno de sus temas clásicos. Él quiso ser aviador y se presentó para serlo al entrar en combate en la Guerra Civil Española, pero contaba que se precisaba “vista de águila”, es decir una visión perfecta y él siempre tuvo algunas dioptrías y por ese motivo no le admitieron. Otro tema los conflictos internacionales y por eso la colección CIA era perfecta para él. Solo hay que ver su biblioteca lo nutrida que era en estos temas. 

En su entorno, como por ejemplo en las oficinas de la Fábrica de Cervezas DAMM donde trabajaba, ¿ la gente sabía que escribía novelas bajo seudónimo ? ¿ Y cuáles eran sus reacciones ?
No tengo información concreta sobre lo que sabían de él en su entorno laboral, pero es de suponer que sí, que lo sabían. Hay que entender el mundo de la empresa como era entonces: entrabas de muy joven a trabajar y si la empresa era grande y sostenible, seguramente te jubilabas allí. Alfred y mi padre trabajaron toda la vida en la Fábrica de Cervezas DAMM. Entre los trabajadores se bromeaba sobre el nombre, decían que eran las siglas de Damos Agua Muy Mala, cosa que no es nada cierta si dejamos aparte las sin alcohol… (Risas). En un entorno en el que te ves toda la vida diariamente con las mismas personas, es lógico pensar que todos conozcan la vida de los demás. Alfred trabajaba en el departamento de contabilidad y mi padre en el de distribución. 

¿ Los dos trabajaban en la misma empresa ?
Los dos entraron porque mi abuelo era jefe del equipo de camioneros que diariamente, y a veces en domingo por requerimientos del cliente, repartían los barriles y las cajas de cerveza por bares y restaurantes. Además, DAMM como muchas empresas en el momento, era muy acogedora, muy familiar. No era raro que la esposa fuera con los niños y entrara en la fábrica a buscar a su marido, recuerdo una vez hacer eso mismo con mi madre y mis hermanos y mi padre salió con dos jarras de cerveza fría, una rubia y la otra negra, y allí bebimos todos un poco. Desde hace muchos años ya no es así, hay un guardia jurado en la entrada y la puerta está cerrada. 

En 2016 creaste un blog en memoria de tu tío ¿ cómo te vino la idea y por qué lo hiciste ?
Yo he reunido el material que teníamos entre todos mis hermanos, esto es, además de las novelas, manuscritos, apuntes, contratos, originales sin publicar… Pensé que algún día todo eso se perdería y sería una lástima ya que, no solo era su obra, también era la Literatura de una época con todo lo que representaba. Así que decidí escanearlo todo y agruparlo en un blog para que cualquier persona, en cualquier parte del mundo, pudiera leer y consultar toda esa documentación. Y fíjate, tú desde Suiza encontraste el blog, lo cual me parece estupendo. 
Después empecé una colaboración con la biblioteca La Bòbila, está en Hospitalet de Llobregat, una población adosada a Barcelona. Esta biblioteca está especializada en novela negra y pulp, y tiene una extensa colección de bolsilibros. Allí estoy donando su obra, además de los todo lo que voy encontrando de las colecciones CIA, Interpol y Canadá, y con el tiempo donaré el resto de la documentación que igualmente está en el blog. 

¿ Qué opinas de este tipo de literatura en general ? 
Todos los que hemos empezado a leer novelas con un bolsilibro sabemos del valor de estas publicaciones. Eran novelas de distintos géneros, y del todo asequibles para cualquier presupuesto. Siempre que oigo comentarios despectivos salgo en su defensa, lo curioso es que quienes los critican no los han leído. Los autores creaban buenas historias, cada una tan distinta de las demás como emocionante, con elementos muy al gusto de la época pues si se revisa la cinematografía de esos años verá semejanzas. 

¿ Y de la obra de tu tío en particular ?
Alfred colaboró en la colección CIA, que publicó 250 novelas. También escribió para la colección Interpol, que tuvo una vida corta, aunque más corta fue la colección Canadá. 
Por lo que respecta a esta última, Alfred gustaba mucho de las novelas de James Oliver Curwood y de Jack London, aventuras en paisajes remotos, o lo que es lo mismo, el hombre enfrentado a la naturaleza. La colección Canadá le dio la oportunidad de desarrollar estos temas, pongo por ejemplo la novela “El reto” en la que un médico deja la ciudad para vivir en las aisladas poblaciones de las montañas, a mí me parece magnífica.
Por lo que respecta a la serie “Arizona Bill” me parece apasionante, doce novelas en las que el protagonista sigue un único propósito: vengar la muerte de su familia. En cada novela el lector se sumergirá en distintas zonas del antiguo oeste, con su organización, oficios, medios de transporte y todo lo que pueda concernir a ese lugar y época. 
Además, me gusta pensar que era creativo, innovador. En la colección CIA los títulos “El gran enigma” y “Doctor Strombell” son continuación uno de otro, pero del primero al segundo hay un cambio de protagonista ya que, un personaje secundario en la primera pasa a ser el principal en la segunda. Siempre me ha parecido un recurso original. 

¿ Y cómo se documentaba para sus novelas ? ¿ Viajaba ?
Viajaba poco, la última parte de su vida pasaba los inviernos en la zona de El Priorat, muy conocida por sus vinos, pero siempre estuvo rodeado de libros. En el blog hay una muestra de lo que era su biblioteca: diversos autores de novela de aventuras, clásicos y muchos libros de documentos de guerras, de la II Guerra Mundial básicamente. En varias novelas de la colección CIA hay palabras o frases en inglés y alemán, no sé hasta que punto en eso le ayudó mi padre que hablaba esos dos idiomas. Aunque su consulta a bibliotecas debió ser intensa, por ejemplo “Al Este de Miti-Miwili” se desarrolla en África, “miti-miwili” significa “dos árboles” en suajili. Siempre fue una persona curiosa dispuesto a aprender algo nuevo. Por ejemplo, aunque no le interesara la ciencia ficción cogió alguno de mi colección para leerlo, Ray Bradbury…  

¿ Tienes todavía los mecanoescritos de las novelas largas que tu tío no pudo publicar ? ¿ Piensas en tratar de difundirlos de un modo u otro algún día ?
Efectivamente tengo mecanoescritos, unos fueron publicados. Por ejemplo, en el blog puedes ver uno de los ejemplares de la serie “Arizona Bill”, tal como salió de su máquina de escribir. Y tengo también lo que no le publicaron y de alguna manera lo difundiré. Más de una vez el criterio de los editores no ha coincidido con el del público lector y pienso que lo que quedó por publicar puede ser de la misma calidad que lo publicado, o tal vez más. Sea como sea, su voluntad fue que todo ese material viera la luz algún día, y en eso estoy.