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jueves, 2 de septiembre de 2021

Las aventuras editoriales de Adam Surray


A través de documentos exclusivos, generosamente transmitidos por el amigo Pepe (el propio Adam Surray), descubren cuál podía ser la vida cotidiana de un bolsilibrista, sus relaciones con las editoriales, la censura, etc.
Una serie en once episodios :












Adam Surray y la censura

Adam Surray y los cambios de título



Adam Surray y la meritocracia

Adam Surray y los sinopsis




Adam Surray y las editoriales honestas

Adam Surray y las traducciones

Adam Surray y el fin de la editorial Rollán

Adam Surray y el cine

Adam Surray y los retrasos en los pagos

Adam Surray y el original extraviado

Adam Surray y la caída de un imperio

lunes, 20 de abril de 2020

En exclusiva : ¡ El misterio Gary Salkow resuelto !


Tras la publicación de mi artículo «Un tal Gary Salkow», Adam Surray me escribe :

La novela [con protagonista Gary Salkow] la escribí a finales del 70, no es que fuera un veterano ; pero ya me molestaba un poco eso «final feliz chico y chica». Y se me ocurrió que en «Un hombre llamado Salkow» la novela tuviera en efecto un final realmente feliz. Esto es : el chico solo y libre como un pájaro. Rollán no me hizo ningún comentario, no obstante espere varios meses antes de escribir la segunda novela e igualmente con Salkow. (Recordé que Rollán tampoco comentó nada con mi primera novela del FBI donde no aparecía ningún agente del FBI, y luego me tiró de las orejas al reincidir). La segunda de Salkow, al ser seleccionada para la colección Oeste, apareció ya en el 74. No hubo una tercera dado que ese mismo año Rollán se fue al carajo por culpa de Corín Tellado. Por aquel entonces ya escribía para Bruguera. En el original «Murder Film S.A.» debe rectificar el final de modo que el protagonista se quede con una chica y con planes de matrimonio. Así se las gastaba Bruguera...
Resumiendo, el protagonista jamás sería feliz. Y como homenaje y recuerdo al libre Gary Salkow, decidí no olvidarlo. De ahí que apareciera en mis novelas una y otra vez. Nadie iba a reparar en ello, dado que sería un personaje fugaz. No contaba con los «inspectores de Hacienda»...