Perlas de la sabiduría bolsilibresca XXVIII

— ¡ Os doy tres minutos para salir con los brazos en alto ! Podéis salvar el pellejo, rebeldes. ¡ La guerra ha terminado !

(...)

Melvin Williams, un tejano de rostro pecoso, comenzó a reír.

— ¡ Oh, Dios ! No esperaba salir con vida. Es como un milagro... Podré casarme con Betsy... Mi dulce Betsy...

— De la sartén al fuego — comentó Herbert Laughton burlonamente.

Adam Surray

Los procesados

Perlas de la sabiduría bolsilibresca XXVII

Háblame de las actividades de Satán. Apuesto a que está como directivo en la CIA.

Adam Surray

Infierno, S.A.

Perlas de la sabiduría bolsilibresca XXVI

— Pero no dudarás en meterme otra vez en una celda.

— No te encerraremos de nuevo en prisión.

(...)

— Pero he robado algunos bancos.

— ¿ Y qué ? Los banqueros se pasan el día robando a la gente honrada y nadie los lleva a prisión.

(...)

— Son unos tipos despreciables, Adam. Se aprovechan de las leyes para apretar las clavijas a todo el mundo.

Ray Lester

Dos chicas con dinamita

Perlas de la sabiduría bolsilibresca XXV

Jessica era feliz.

Se conformaba con muy poco.

Adam Surray

Cadáver-puzzle

Perlas de la sabiduría bolsilibresca XXIV

En este mismo momento, cuando escribo estas líneas, una rata está asomada, tímida y curiosamente, a un agujero. Me observa con sus pequeños ojuelos e intenta saber lo que estoy haciendo.

Porque ella, la rata, como si el mundo fuese un barco, presiente que ha llegado el momento de abandonarlo.

H.S. Thels

Las ratas

¡ Feliz Día de San Valentín !

— No te burles del amor, Johnny. Tú no puedes comprenderlo. Es como una garra invisible que te destroza por dentro.

— Algo parecido al tequila que vende tío Douglass.

— Pues sí — contestó Crawford tras recapacitar unos segundos —. Algo parecido a eso.

— Debe de ser maravilloso.

Adam Surray

Dos tejanos

Perlas de la sabiduría bolsilibresca XXIII

— Hay tres maneras de solucionar las cosas, coronel : bien, mal y según el criterio del ejército, que suele ser la peor.

Larry Hutton

El valle de las sombras

Perlas de la sabiduría bolsilibresca XXII

— Se burlará de nosotros.

— Como lo intente, le parto las narices.

— Eso no solucionará nada, Raymond.

— No, pero a él le dolería.

Joseph Berna

Una mujer de bandera

Que le sirva de advertencia, ¡ jajaja !

Glendive (Dakota del Norte), mayo del 2199

— En la antigüedad (...) habían movimientos feministas. Las mujeres se sublevaban, luchaban por sus derechos.

— ¿ Y de qué les sirvió ? Hubo una época en que el mundo estuvo prácticamente gobernado por mujeres y ocurrieron las peores catástrofes de la Historia. Mira, querida, las mujeres sólo servís para dos cosas : la cocina y la cama.

Alan Parker

Detective privado, siglo XXIII

Perlas de la sabiduría bolsilibresca XXI

— Nunca he matado... a una mujer.

— ¿ En qué se diferencia una mujer de un hombre ? Si le preguntas a una feminista, te dirá que las mujeres tienen idéntico derecho que los hombres a morir.

Ray Lester

Atila cabalga de nuevo

Perlas de la sabiduría bolsilibresca XX

— ¡ Papá ! ¡ No es ni siquiera americano !

Frank Corey sonrió con ironía.
— Perdona, Isa, estás equivocada. Puerto Rico está en América. En la del Sur desde luego, pero, en fin, yo no tengo prejuicios de raza ni de colores. Me interesa el alma de las gentes, y la calidad de las almas no se aprecia en el color de la piel. No es una cuestión de geografía.

María Teresa Sesé

Tienes que ayudarme

Perlas de la sabiduría bolsilibresca XIX

— Los seres humanos no tenemos solución — murmuró para sí —. Aunque sólo quedáramos dos sobre la capa terrestre acabaríamos por disputar como fieras.

Ray Lester

Invasión verde

Perlas de la sabiduría bolsilibresca XVIII

— Los padres no tienen derecho a imponer un marido a sus hijas, como si estuviésemos en la Edad Media, Patty. Eso pasó de moda hace años, querida. Aquí, en San Luis, los derechos de la mujer empiezan a ser respetados. Ya se acabó aquello de que los padres nos buscaban marido desde el instante en que lanzábamos el primer berrido. Ahora sólo tienen el deber de deslomarse como burros para que nosotras podamos lucirnos y dedicarnos plenamente a la caza del hombre.

Ray Lester

Un pistolero en la familia

Perlas de la sabiduría bolsilibresca XVII

— A Smielmann le vuelven loco las rubias, sobre todo cuando son naturales como tú. Desde que terminó la guerra y escapó vivo del campo de concentración, creo que se pasaría el resto de su vida jodiendo a mujeres rubias, sobre todo si son arias de pura raza. Para él es algo así como una revancha.

Young Chances

Poker sexy

Perlas de la sabiduría bolsilibresca XVI

«Bueno, a eso se reducía todo, al fin y al cabo. Un mal día, uno se muere, lo meten en un agujero, y asunto concluido. Todos los sinsabores de la vida no han servido de nada.»

Lou Carrigan

Cita en el invernadero

Perlas de la sabiduría bolsilibresca XV

— Siempre ocurre igual, Shirley. Esos asesinos psicópatas terminan siendo capturados por pequeños descuidos o por cuestión de suerte. En contadas ocasiones es producto de una concienzuda investigación.

Adam Surray

Diablos del asfalto

Perlas de la sabiduría bolsilibresca XIV

«Bajó las escaleras y se metió en la biblioteca.
Miró aterrada los estantes llenos de volúmenes. ¿ Cuántos había ? ¿ Unos mil quinientos ? ¿ Por qué a la gente le daba por escribir ? Todos querían ser inmortales, hasta los que escribían paparruchadas.»

Keith Luger

Pasaré a matarla a las 9

Perlas de la sabiduría bolsilibresca XIII

— (...) Lo que ocurre es que hoy se casa Cliff Rooney. Mejor dicho, ya se ha casado.

El viajante de comercio quedó unos segundos con la boca entreabierta. Parpadeó repetidamente.

— ¿ Todo el whisky corre a cargo del tal Cliff Rooney ?

El viejo asintió.

— Exacto. Hoy es fiesta en Pueblo Esmeralda. ¡ Todo lo paga el bueno de Rooney !

— No lo entiendo. ¡ Se casa y aún tiene humor para celebrarlo !

Adam Surray

El último hombre

Perlas de la sabiduría bolsilibresca XII

«Dos hombres. Un loco y un policía. Acaso, dos peligros iguales. Un por su demencia. Otro por su limitación.»

Jan Hutton

El fugitivo

Perlas de la sabiduría bolsilibresca XI

«Este es un mundo de fieras. Y tú lo sabes. Al nacer no te dieron la clásica palmadita en el trasero. Te la soltaron en la cara.»

Adam Surray

Asesinos a proa