Cuando también era Linda Malvill
Regocijándome en la lectura de «Rosas y vino», quise saber quién se escondía bajo el seudónimo Linda Malvill. No haciéndome todavía muchas ilusiones sobre el éxito de mi investigación, ya que si es verdad que la mayoría de las veces no es demasiado difícil descubrir el verdadero nombre del autor de un bolsi, desafortunadamente la mayoría de las veces también, sean bolsilibristas de toda la vida, con más de quinientos títulos en su haber, o entre los últimos incorporados, llegados apenas algunos años antes de la caída de la «Bruguera», la información que se puede encontrar no da para mucho...
Cuál fue mi sorpresa, aprendiendo que detrás de Linda Malvill había un tal Víctor Claudín, constatar que no sólo este periodista y escritor tenía un sitio internet muy completo, relatando toda su trayectoria, sino que además reivindicaba sus novelas eróticas. Así que en seguida, aunque por los numerosos comentarios no deseados, el sitio parecía un poco abandonado, decidí enviarle un mensaje con algunas preguntas. Y mientras esperaba una hipotética respuesta suya, en vez de irme a dormir, me sumergí ávidamente en este concentrado de vida y de creación, leyendo además un puñado de los sorprendentes relatos disponibles en el sitio...
La mañana siguiente, llegando del trabajo todavía medio adormilado, al controlar mi correo electrónico encontré un entusiasmante mensaje de Víctor. El primero de una buena ristra que me permitió, con gran placer, intercambiar a menudo con una persona amable, divertida y de una vasta cultura.
Así, aunque no descarto la posibilidad, si puedo leer otras de sus obras, de volver a preguntarle cosas sobre su extensa y apasionante trayectoria literaria (ya que más allá de su recorrido en la novela popular, Víctor ha publicado bastante libros de vario índole y todos parecen por lo menos interesantes, algunos totalmente imprescindibles), por el momento os dejo con esta breve charla introductoria :
Tratando de establecer tu bibliografía como Linda Malvill, sólo he podido listar diez títulos de los alrededor de veinte que reivindicas en tu sitio... ¿ Has publicado también bajo otro seudónimo ?
No estoy seguro de la cantidad de títulos que hice, puede que no fueran tantas, sí sé que también usé otro seudónimo, el de Vanessa Jane, que eran más románticas que eróticas (por ejemplo, «Leticia : tiempo de ausencia»). Aunque mi compañera de entonces también participó en alguna de esas, no recuerdo de qué manera ni cuánto.
¿ De verdad, escribiste sólo por dinero estas «noveluchas» ?
Tal vez no parezca adecuado lo de «novelucha», para mi no es nada denigrante. Quiero explicar por qué las trato con aparente cierto desprecio. No porque se trate de erotismo, o de lo que se califica como «literatura popular», en absoluto, porque le tengo un respeto enorme, sino por la calidad. Me refiero a que algunas de ellas están escritas en tres días, trabajando a destajo, por la noche, hasta conseguir los 110 folios que me pedían, porque el encargo era bajo ciertas condiciones: tantas escenas de cama, no más, un viaje, tantas páginas, etc. Es decir, que no me fijaba tanto en la calidad sino en terminar, escribiendo todo seguido, sin parar, porque... y aquí contesto a tu pregunta... sí, sólo por dinero, porque no teníamos para comer... y para escribir, que era lo que ya entonces con veintipocos años era lo que quería hacer.
No es desprecio, yo las valoro, como se puede ver en mi web las enseño, me siento honrado de haberlas hecho, pero con mucha prisa, muy de mercenario, sin corregir. De hecho, la primera que hago es la de «Orgía en el Orient Expres», como homenaje a Agatha, todo mi respeto.
¿ Por qué elegiste el erotismo ?
No elegí el erotismo, me consideraba capaz de escribir lo que fuera, hacía lo que me encargaban. También llevaba a cabo otros trabajos, además de hacer de corrector : adaptaciones de clásicos, en las que reescribía la obra con muchas menos páginas, es decir, resumía una novela de Julio Verne a una cuarta parte de sus páginas, o algo así, por ejemplo.
Además, trabajaba en la redacción de una revista literaria, «Camp de l'arpa», y en la editorial que la publicaba, «Monte Ávila», como director técnico. Y en otras colaboraciones periodísticas.
He visto que, en la misma época, escribiste algunos relatos policíacos... ¿ No te habría gustado trabajar en otros géneros que el erotismo, y para colecciones como «Punto rojo» por ejemplo ?
Claro que me hubiera gustado escribir del oeste, de terror o, sobre todo, policíacas, pero no tenía acceso. Y fíjate si me gustaba que por aquel entonces publiqué un par de relatos negros de los míos en una revista de la época, «Gimlet». Ahora mis últimas novelas son estrictamente criminales, en marzo se publica una gótica...
¿ Este breve recorrido por la novela popular te aportó algo respecto al oficio de escritor ?
Claro que me aportó. Me aportó mucho. El escritor se hace escribiendo, lo que sea, como sea. Y escribí muchas, muchas páginas, escribí muchas, muchas tramas, compuse muchos personajes, muchos, etc. y es parte de mi formación como escritor. Lo valoro mucho y me parece esencial en mi carrera.
Víctor Claudín. Ahora
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