sábado, 6 de febrero de 2021

Apuntes de un lector de bolsilibros XXI

Punto rojo 1129

En esta (como en otras pero estamos hablando de esta por el momento), Rocco Sartó hizo lo mismo en novelística que hicieron, ocho años antes él, Muñoz y Sampayo en tebeística con Alack Sinner : reinventar el arquetípico detective privado de matriz hard-boiled para sumergirlo en la modernidad narrativa y societal de su tiempo. Y, tal como sus dos colegas y compatriotas (¿ una casualidad ?), lo hizo desde una perspectiva izquierdista e exquisitamente sudamericana, aunque la novela sea ambientada en Nueva York...
Todavía, lo que más me ha intrigado mientras leía las tribulaciones de Pete Logan son las otras referencias (aparte de Alack Sinner) que me llegaban naturalmente a la mente, ya que son todas referencias «imposibles» (por hablar como Martin Mystère)...
Primero, con el personaje secundario de Bo Ralphy, propietario de una sala de cine independiente, especializada en la programación de películas clásicas en blanco y negro y amigo íntimo del protagonista, no pude sino ver el parecido con la última creación de Claudio Chiaverotti : «Morgan Lost». En efecto, en este tebeo italiano, publicado por primera vez en octubre 2015 en la península itálica, el héroe, un cazador de serial-killers, es amigo de un tal Fitz, el propietario de una sala de cine especializada en serie B de terror llamada el «Empire»... Un lugar al cual Morgan acude a menudo y en el cual, muchas veces, durante una proyección o hablando con su amigo, ha hallado la solución del enigma que lo atormentaba...
En cuanto al pasatiempo secreto de Bo Ralphy, lo de hacer collages con estrellas cinematográficas, incluyéndose también en la obra final ¿ como no pensar en las creaciones del autor de «Art Brut» o «Arte marginal» Guy Brunet, que rueda películas con siluetas de cartón que pinta él mismo, en vez de actores ?
En fin, las continúas evocaciones del padre del protagonista, algo muy inhabitual en la novela negra, me hizo pensar en la serie de Joseph Hansen (no, no se trata del seudónimo de un autor español) centrada en las andanzas del personaje de investigador de seguros Dave Brandstetter. Sin embargo, no he podido encontrar rastros de eventuales traducciones de novelas de este escritor al castellano...
Así que todo esto resulta muy misterioso y fascinante, como esta trama logradísima de investigaciones, chantaje y amor loco. Sí, porque como lo afirma una vez más nuestro querido autor, el mejor modo para poder soportar este insoportable mundo, rebosante de bajezas y podredumbre, queda sin ninguna duda ¡ enamorarse locamente !
Una pasión que también se percibe en el homenaje que rinde Sartó al cine clásico, ya que todo lo escueto que puede parecer, nunca suena falso, a diferencia del pretencioso e infumable «Parpadeo» de Theodore Roszak. Una obra tan superficial en su conocimiento del séptimo arte y tan caricaturesca en su modo de pintar a los amantes del cine, que no sólo nunca he podido acabarla (a pesar de varios intentos) sino que estaba convencido que fuera escrita mucho más tarde que en 1991 — es decir ya en el auge del internet, basándose exclusivamente en trozos de mala calidad hallados en «YouTube» o haciendo propio las aproximaciones y prejuicios arraigados y repetidos hasta la náusea en concentrados de imbecilidades como «Imdb»...
Además, qué total falta de elegancia escribir un tocho de casi 800 páginas... ¡ y de talento ! si con eso no llega ni siquiera a la mitad de bueno que Rocco Sartó con uno de sus maravillosos bolsilibros de solamente 96 páginas...

Como siempre : ¡ un sincero agradecimiento al compañero Rualrevit por tomarse el tiempo y la molestia de repasar mis apuntes !

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