Escalofríos terror 3
La novela sufre de algunos defectos que podrían diluir el interés, si no serle fatal... Por ejemplo al principio, sobre la caja que va a recoger una pareja digna de Abbott & Costello es inscrito «Alucard» (una anagrama ya utilizado en «Son of Dracula» de Robert Siodmak o en «Las vampiras» — no la película de Jesús Franco, sino la de Federico Curiel, con John Carradine y el luchador Mil Máscaras). Y la verdad, en sí mismo ya no tiene mucha gracia esta anagrama, tanto ha sido empleada (hasta han sido capaces de hacer una ¡¡ «Alucarda» !! los bobos)... Lo peor todavía es que una vez despertado el vampiro, nunca será llamado así, siempre y sólo Drácula... Además, otra vez va por medio una cuestión de herencia... La razón por la cual Drácula es implicado en la trama parece bastante descabellada... Y, como seguramente la obra debe haber sido escrita para «Selección terror» y rescatada después, debido al cierre de esta, contrariamente a lo que puede suceder en esta colección, el final es el clásico final feliz con pareja a punto de casarse...
Sin embargo, la magia funciona desde la primera línea, ya que en «Mato, luego existo», como en «El conde Drácula» de Jesús Franco, lo importante no es tanto la historia narrada cuanto la atmósfera conseguida por el autor. Y en este caso, ¡ Ralph Barby se ha literalmente destacado !
Una atmósfera que nada tiene que envidiar a la de las películas más logradas de la «Hammer». Así, todas las escenas en el pabellón de caza resultan ser tan buenas, tan cargadas de dramatismo y de locura como la apertura de «El sabueso de los Baskerville» de Terence Fisher... Mientras que el ataque de Nathaly por parte del monstruo, me pareció más erótico todavía que las más picantes escenas de «Drácula y las mellizas» de John Hough o de «La condesa Drácula» de Peter Sasdy...
Encima de eso, un punto sumamente interesante (y original me parece) es la espeluznante descripción del vampiro, la explicación de su verdadera naturaleza y de cómo usa su poder hipnótico para sugestionar a sus presas... ¡ Algo que da asco y miedo a la vez !
Otro detalle poco habitual, propio de Barby, es que la inevitable historia de herencia, a medida que los personajes se muestran como son, se matiza con algo de lucha de clases, lo que la hace mucho más soportable y hasta disfrutable.
En resumen, «Mato, luego existo» es como un libro de cuentos para adultos, lleno de imágenes inquietantes, de estilo ágil, ideal para leer en plena noche, bajos las sábanas, el cuerpo gustosamente recorrido por frecuentes escalofríos de terror...
Como siempre : ¡ un sincero agradecimiento al compañero Rualrevit por tomarse el tiempo y la molestia de repasar mis apuntes !
Muchas gracias Stéph, lo apunto para leer. Llevo 4 leídos de esta colección y me gustaron todos, unos más que otros es verdad. Creo que esta colección esta un pelín por encima de Selección Terror.
ResponderEliminarRalph Barby en este caso es de agradecer doblemente, primero porque, al contrario de los otros autores improvisándose editores después de la caída de Bruguera, no publicó únicamente refritos (como Peter Kapra por ejemplo) y segundo porque supo aprovechar la mayor libertad de la cual disponía para ofrecer a sus lectores obras más originales y más transgresivas. Es una pena que la aventura no pudo durar más tiempo...
EliminarComo siempre, muchas gracias por tu comentario querido amigo !
Leído, coincido, lo del final también pensé en Selección Terror, muy forzado. La historia la disfruté muchísimo, con muchos giros me mantuvo en tensión todo el tiempo.
ResponderEliminarMe gustó tus referencias a la Hammer.
Gracias por la recomendación, muy buena lectura.
Gracias a ti por comentar y hacer este blog más animado.
EliminarLo de las referencias es un tema un poco delicado. Demasiado pronto puede limitarse a mera exhibición, con bobos tocándose el pito de tan «sabihondos» sean... También si sólo sirve para establecer quien fue primero del huevo o de la gallina, no tiene ningún interés (ya que todo está ya en Homero parece, jajaja). En general, cuando hago una referencia es más para tratar de indicar al lector el tipo de atmósfera que podrá encontrar en la novela. Así, si ya conoce la obra citada funciona, en caso contrario, quizá se anima y la busca. Hay tanto para descubrir (o recordar).
Las películas de la Hammer citadas, tuve la suerte de poder verlas en la gran pantalla en la cineteca y, por cierto que es toda una otra cosa que en la televisión...