domingo, 24 de enero de 2021

Apuntes de un lector de bolsilibros XV

Doble juego 26

Es una pena que el interés decae al final de la novela, pero la resolución del enigma es excesivamente predecible y el final elegido por el autor, aunque resulta bastante bien llevado, no impide que parece el camino más fácil para acabar la historia sin cansarse demasiado, dejando así un regusto poco agradable en la boca del lector... Es una pena, sí, porque de otro modo es una obra muy entretenida.
Narrada en primera persona, con tono desenfadado, en una manera que recuerda a lo que hacía en Francia Frédéric Dard con su personaje San-Antonio, mezclando consideraciones más o menos filosóficas con ocurrencias picantes e interpelaciones directas al lector, considerado tanto como un confidente como el testigo privilegiado de las hazañas del héroe, «Carne de ring», así que lo sugiere su título, se desarrolla en el mundillo del boxeo. Todavía, ese escenario es poco utilizado por el autor (lo que agrava sensiblemente el sentimiento de insatisfacción experimentado al acabarse la novela), y la verdad ni siquiera podremos asistir a un encuentro en regla, solo enterarnos a lo largo de la obra de los poco halagadores sentimientos que nutre el protagonista respecto a ese deporte...

Doble juego 20

En este sentido, «El testigo» de Elliot Dooley, publicado el mes anterior a «Carne de ring», como número veinte de la misma colección, es muchísimo más logrado y satisfactorio (a pesar de su final demasiado apresurado)... Dicha historia es en efecto un concentrado de toda la mitología vinculada al boxeo, con sus perdedores magníficos, deseosos de una revancha social, de extirparse de su mísera condición erre que erre, ya celebrados previamente por ejemplo por Jack London («Por un bistec»), Robert Wise («The set-up») o John Huston («Ciudad dorada»). Sin embargo, como la novela es escrita por el genial Enrique Martínez Fariñas, además de haber una chica liberada, al que le gusta el sexo, como compañera del protagonista, éste es puertorriqueño y su mejor amigo afroamericano — y no hace falta decir nada más, creo yo...
En «Carne de ring» también hay un retrato de perdedor (el del padre del héroe) y quizá es lo mejor de la obra. Además contradice otra vez las ideas preconcebidas sobre los bolsilibros, ya que este largo trozo (que abarca casi un capítulo completo) no es nada funcional a la trama, sólo sirve para hacer más titilante el cuestionamiento del protagonista respecto a sus orígenes...
O quizá no, lo mejor de la obra son las corrosivas reflexiones colocadas en la boca del héroe por el autor, tanto sobre el modo de actuar de la policía cuanto sobre su real eficacia. Así que Lucky Marty, aunque esta no sea su más lograda novela, ¡ me encanta !
En cuanto a saber si os recomiendo leer este bolsi, a pesar del sentimiento mitigado que me ha dejado, por supuesto que sí, ya que es bueno que cada uno se haga su propia opinión.

Como siempre : ¡ un sincero agradecimiento al compañero Rualrevit por tomarse el tiempo y la molestia de repasar mis apuntes !

2 comentarios:

  1. Muchas gracias Stéph una vez más, me dejó una idea clara de lo que me podré encontrar en el libro.

    «El testigo» de Elliot Dooley tiene buena pinta.

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    1. Sí, «El testigo» es excelente y a cada nueva novela que leo de él (excepto en ciencia ficción quizá) me acuerdo que Enrique Martínez Fariñas es un escritor injustamente infravalorado que merece realmente la pena para sus calidades tan literarias como ideológicas.
      Muchas gracias a ti por comentar siempre, amigo José Manuel.
      Hasta la próxima !

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