domingo, 3 de enero de 2021

Apuntes de un lector de bolsilibros VII

Selección terror 198

¡ Una novela absolutamente encantadora !
Claro, el estilo de Ada Coretti es, a veces, algo ingenuo...
A menudo pone diversos adjetivos uno tras otro, de un modo un poco grandilocuente : «Pero lo verdaderamente insólito, alarmante, sobrecogedor»...
También usa casi siempre las mismas palabras para describir los mismos personajes, insistiendo por ejemplo en detalles sin importancia como el bigote teñido del propietario del hotel local : «Allí estaba Michael Andersson, el dueño del pequeño y único hotel, muy bien trajeado, perfectamente rasurado, con el bigote mejor teñido que nunca»...
Pero, en lugar de revelarse un handicap, esta ingenuidad se armoniza muy bien con la historia descabellada, rebosante de gustosos elementos típicos (una aldea aislada, un bosque tupido y lleno de peligros, un monstruo sanguinario y un científico loco, por citar sólo algunos), que la autora nos narra, favoreciendo a medida que avanza la lectura, la creación de un delicioso clima entre el surrealismo y la fábula, que envuelve placenteramente al lector como en un sueño o, más bien, en una pesadilla.
Además, nada de guiño al aficionado u otra horripilante ironía «post moderna», Ada Coretti toma su relato totalmente en serio. Así que uno sólo puede dejarse ganar por la extrañeza venenosa de la obra y, maravillándose, leerla de un tirón hasta descubrir la resolución del enigma.
Así que lo repito sin temor : ¡ Una novela absolutamente encantadora !
Y ahora, dos consideraciones respecto a algunos supuestos defectos de los bolsilibros que han sido subrayados una y otra vez en la red... Primero, no es porque una explicación no llega a convencernos que eso quiere decir que no exista en la obra. Por ejemplo, en este «Diabólico doctor Zaroff», aunque uno puede encontrar el comportamiento de Jack Presley y la razón de tal comportamiento poco creíble, eso no quita que sea debidamente aclarado en la página setenta y seis.
Segundo, otro punto que no deja al parecer de asombrar a los actuales lectores de bolsis, es la facilidad y rapidez de los encuentros en los mismos. Pero, hombres, ¿ es que no tenéis memoria ? Siempre se ha dicho que una de las principales fuentes de inspiración para este tipo de literatura era el cine, ¿ no ? Y ¿ qué pasa en una película tan «tardía» (1986) como «Algo salvaje» de Jonathan Demme ? ¿ El tipo (el fofo Jeff Daniels) no sigue a la encantadora chica (Melanie Griffith en su mejor papel, antes de que sea desfigurada por la cirugía estética...) sin conocerla siquiera ? Y esta película es solo una de las últimas de este tipo, se podrian citar varias centenares iguales, empezando por ejemplo por «Sucedió una noche» de Frank Capra (1934)...
Por otra parte, me acuerdo muy bien, hace unos treinta años, haber dormido algunas veces, después de un concierto punk, en casa de gente que no conocía previamente y que ni siquiera volviera a ver. Era otra época, más divertida y más franca. Y aunque ya no existe, no significa por eso que nunca existió...
Bueno, solo me queda señalar para acabar que en esta obra también, como en muchas otras de la autora, se encuentran un infanticidio y algunas consideraciones poco alegres sobre el matrimonio... Y pensar que Ada Coretti, bajo su verdadero nombre (Isabel Irigaray), escribió un buen puñado de bolsilibros románticos... ¡ Que amor de mujer !

Otra vez un sincero agradecimiento al compañero Rualrevit por tomarse el tiempo y la molestia de repasar mis apuntes. ¡ No sé qué haré sin ti !

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