Diligencia 109
«La venganza es mía» es una reescritura, hecha probablemente con la novela original a mano, de «Retiro de pistolero» del mismo autor.
Por supuesto, ambas versiones son estupendas, sin embargo, la primera me parece mucho más audaz, aunque fue publicada por primera vez dos años ante del deceso del fantoche. Por eso, uno puede preguntarse si la propaganda de «Astri» que se podía leer en un momento dado en la contraportada de las novelas pertenecientes a las colecciones «Oeste» y «Diligencia» tenía sentido alguno — y como sucede muchas veces, en la pregunta ya tenemos la respuesta...
Antes de continuar, quiero todavía especificar que no me he basado únicamente en mi capacidad de memoria para comparar los dos textos, sino que he utilizado las funcionalidades ofrecidas por los ordenadores. Se podría decir, pues, que es una confrontación casi científica (casi porque no hice yo mismo los ficheros electrónicos y no fue ni siquiera la misma persona que hizo los dos que he utilizado, así que hay un margen de error, sobre todo teniendo en cuenta que hay bastante erratas en «La venganza es mía»).
Bueno, aclarado todo esto ¿ que se puede sacar de esta confrontación ?
En resumen, hay bastante modificaciones de un texto a otro, pero pocas que sean realmente significativas.
Los mayores cambios (en cantidad) son :
— supresión (o por lo menos reducción) de los pasajes descriptivos
— añadido de algunas palabrotas que no aportan gran cosa
Pues, como es sencillo darse cuenta, son cambios superficiales, unos generados por la idea que se hacían, con razón o no, los directores de colecciones respecto a los lectores de la época (imaginándose que en la era de la televisión estos últimos querían más acción y menos literatura), los otros inherente a cada variación de régimen o de moda (es decir : atacar a la superficie de las cosas para asegurarse de que nada verdaderamente substancial pueda jamás cambiar).
De todos modos, variaciones sin mucho interés...
En cuanto a los cambios significativos, lamentablemente son todos inoportunos.
Por ejemplo, y ya pido a los que no han leído la novela todavía que me disculpen, porque voy a revelarle algo importante de la trama (pero, por si acaso, tenéis aún el tiempo de deteneros aquí...), cuando Lund regresa a su rancho, en «Retiro de pistolero» no sabe lo que fue de su mujer (aunque teme que no fue nada bueno lo que le sucedió), mientras que en «La venganza es mía» casi en seguida Grady le dice que la pobre ha muerto. Así, tratando de ser más efectiva en su reescritura, la novela pierde mucho impacto. Ya que en la primera versión el lector, además de temblar por la vida del protagonista, es atenazado por una horrible duda respecto a si Rondine está ya muerta o no (y si no lo es, en cuál estado se encontrará...). Algo que por supuesto no puede suceder leyendo la otra versión.
Desgraciadamente, todos los cambios significativos proceden de la misma voluntad de tratar de hacer la novela más dramática y más contundente y todos fallan tan lamentablemente, logrando sólo hacer la obra menos sutil y menos sugerente.
En «Retiro de pistolero» por ejemplo :
— Gracias, Marge. Yo... no sé qué decirte...
— Ahora no tienes que decir nada. Sólo vivir. Yo esperaré.
Y en «La venganza es mía» :
— Gracias, Marge. Yo... bueno, no sé qué decir...
— Ahora no tienes que decir nada, Vincen. Sólo vivir, alejar el rencor y el resentimiento, nada más. Yo sabré esperar.
Todavía son matices que sólo se pueden apreciar leyendo las dos novelas sucesivamente. Algo que no tiene mucho interés, la verdad. Es un poco como escuchar una tras otra las quinces tomas rechazadas de la misma pieza de jazz... Puede resultar instructivo (y quizá hasta divertido) para el investigador pero ciertamente aburrido para el simple aficionado. Por lo tanto, que encontréis una o otra versión de esta obra, no dudéis en devorarla, no os sentiréis defraudados.
Última cosa : unas de las razones por las cuales no me gusta leer en digital son las erratas añadidas durante el reconocimiento de texto que no logran ser eliminadas. Por ejemplo, en el capítulo once de la versión digital de «La venganza es mía», la palabra «caballos» ha sido erróneamente remplazada por «canallas» durante la divertida discusión sostenida por el protagonista y el propietario del establo. Y esto arruina bastante las cosas, ya que en esta charla, todo es basado sobre el hecho de que Vincen Lund presenta a los cuatros jinetes que busca para acabar con ellos como sus amigos y, aunque el otro ya ha entendido la verdad, le sigue la corriente, así que los dos intercambian una sarta de preguntas y respuestas en tono ambiguo, apuntalada por un delicioso cinismo burlón. Sin embargo, con el surgir de esta palabra que nada puede justificar, sobre todo en este momento de la conversación, se estropea en parte el encanto de este hilarante torneo oratorio...
Como siempre : ¡ un sincero agradecimiento al compañero Rualrevit por tomarse el tiempo y la molestia de repasar mis apuntes !
Una vez más muchas gracias por escribir otro estupendo artículo, muy interesante todo, se ve que has invertido tiempo investigando.
ResponderEliminarEs que estando un escritor muy perezoso, me fascinan esas triquiñuelas para ahorrarse trabajo, jajaja !
EliminarMuchas gracias amigo por comentar cada vez, me das ánimo para seguir redactando estos apuntes (a pesar de mi pereza ;-)
Abrazos !