domingo, 31 de enero de 2021

Apuntes de un lector de bolsilibros XVIII

Sexy star 116

Más leo, sea lo que sea, más estoy convencido de la inanidad del concepto de «novela por encargo»... Para mí es una bobada inventada por pura comodidad... Comodidad para los escritores «serios», vinculados a las clases dominantes, que no tienen nada que decir y así pueden menospreciar la obra de los verdaderos autores, basándose en detalles insignificantes, pero también comodidad para los escritores de raza que, camuflados detrás de los imperativos de esta literatura, pueden tranquilamente expresar todo lo que quieren, sin ser demasiado molestados por el poder (cualquiera forma que este adopta)... Así, seguro que, a pesar de las imposiciones puestas por la editorial, ¡ ningún otro que el apasionante Víctor Claudín habría podido escribir «Rosas y vino» !
O, si fuera un otro quien habría escrito esta novela, indudablemente el resultado habría sido totalmente diferente...
La historia no resulta ni particularmente interesante, ni tampoco ofrece grandes posibilidades de desarollo narrativo, la verdad. En pocas palabras : la mujer de una pareja encuentra otro chico y los tres forman durante un tiempo una especie de triángulo amoroso. Nada más... Todavía, esta ausencia total de trama es lo de menos, ya que lo apasionante de estas páginas enardecidas es la radiografía que ofrecen de una juventud y de una época determinada. Y aunque se supone vagamente que la historia se desarrolla en los Estados Unidos (por los nombres de los protagonistas y porque al final se menciona a Las Vegas), el ambiente más bien parece el Madrid de los años 1980 tan querido y tan intensamente vivido por el autor...
Para más inri, Sheila y Peter trabajan en un periódico, mientras que Paul es un músico. Dos ámbitos estrechamente relacionados con el autor de la novela, ya que Víctor, el mismo año que «Rosas y vino», publicó bajo su verdadero nombre una biografía del cantautor Jaume Sisa y después, además de sus numerosas colaboraciones periodísticas y de varios libros sobre la canción popular, abrirá la sala «Elígeme», mítico lugar de la noche madrileña.
Y por cierto, aunque no tienen nada que ver formalmente, hay exactamente la misma inquietud que se refleja en esta obra como en la colaboración de Víctor para el volumen «Así es Madrid»... Es decir la reivindicación de una juventud cosmopolita, cultivada, bohemia, en ruptura con el viejo mundo...
Volviendo a los chicos, Sheila, Paul («rosas») y Peter («vino») son tres jóvenes liberados sexualmente, pero no por eso, como sucede a menudo en nuestra triste época (con su imaginario colonizado por el capitalismo más salvaje), presos de una lógica de consumo, así que las escenas de amor, aunque bastante explícitas, parecen sobre todo románticas, basadas en la entrega, el placer compartido y el respeto de la pareja involucrada... El deseo de poseer, como un fin en sí mismo, más bien es personificado por el repulsivo Olivio, eterno perseguidor de Sheila, hombre de negocios pulido y elegante, rodando en un despampanante coche nuevo y ¡ símbolo de todo lo más aborrecible en la sociedad de consumo de este tiempo !
Otro punto muy interesante es que, debido a la ausencia ya citada de toda trama, al final, cuando el triángulo amoroso se deshace naturalmente, sin drama ni lágrimas, la novela entera se parece entonces a una especie de mágico paréntesis — algo como una metáfora premonitoria de lo que será la movida madrileña en la tumultuosa historia reciente de España...



Como siempre : ¡ un sincero agradecimiento al compañero Rualrevit por tomarse el tiempo y la molestia de repasar mis apuntes !

Cuando también era Linda Malvill : una breve charla con Víctor Claudín

Cuando también era Linda Malvill

Regocijándome en la lectura de «Rosas y vino», quise saber quién se escondía bajo el seudónimo Linda Malvill. No haciéndome todavía muchas ilusiones sobre el éxito de mi investigación, ya que si es verdad que la mayoría de las veces no es demasiado difícil descubrir el verdadero nombre del autor de un bolsi, desafortunadamente la mayoría de las veces también, sean bolsilibristas de toda la vida, con más de quinientos títulos en su haber, o entre los últimos incorporados, llegados apenas algunos años antes de la caída de la «Bruguera», la información que se puede encontrar no da para mucho...
Cuál fue mi sorpresa, aprendiendo que detrás de Linda Malvill había un tal Víctor Claudín, constatar que no sólo este periodista y escritor tenía un sitio internet muy completo, relatando toda su trayectoria, sino que además reivindicaba sus novelas eróticas. Así que en seguida, aunque por los numerosos comentarios no deseados, el sitio parecía un poco abandonado, decidí enviarle un mensaje con algunas preguntas. Y mientras esperaba una hipotética respuesta suya, en vez de irme a dormir, me sumergí ávidamente en este concentrado de vida y de creación, leyendo además un puñado de los sorprendentes relatos disponibles en el sitio...
La mañana siguiente, llegando del trabajo todavía medio adormilado, al controlar mi correo electrónico encontré un entusiasmante mensaje de Víctor. El primero de una buena ristra que me permitió, con gran placer, intercambiar a menudo con una persona amable, divertida y de una vasta cultura.
Así, aunque no descarto la posibilidad, si puedo leer otras de sus obras, de volver a preguntarle cosas sobre su extensa y apasionante trayectoria literaria (ya que más allá de su recorrido en la novela popular, Víctor ha publicado bastante libros de vario índole y todos parecen por lo menos interesantes, algunos totalmente imprescindibles), por el momento os dejo con esta breve charla introductoria :


Tratando de establecer tu bibliografía como Linda Malvill, sólo he podido listar diez títulos de los alrededor de veinte que reivindicas en tu sitio... ¿ Has publicado también bajo otro seudónimo ?
No estoy seguro de la cantidad de títulos que hice, puede que no fueran tantas, sí sé que también usé otro seudónimo, el de Vanessa Jane, que eran más románticas que eróticas (por ejemplo, «Leticia : tiempo de ausencia»). Aunque mi compañera de entonces también participó en alguna de esas, no recuerdo de qué manera ni cuánto.

¿ De verdad, escribiste sólo por dinero estas «noveluchas» ?
Tal vez no parezca adecuado lo de «novelucha», para mi no es nada denigrante. Quiero explicar por qué las trato con aparente cierto desprecio. No porque se trate de erotismo, o de lo que se califica como «literatura popular», en absoluto, porque le tengo un respeto enorme, sino por la calidad. Me refiero a que algunas de ellas están escritas en tres días, trabajando a destajo, por la noche, hasta conseguir los 110 folios que me pedían, porque el encargo era bajo ciertas condiciones: tantas escenas de cama, no más, un viaje, tantas páginas, etc. Es decir, que no me fijaba tanto en la calidad sino en terminar, escribiendo todo seguido, sin parar, porque... y aquí contesto a tu pregunta... sí, sólo por dinero, porque no teníamos para comer... y para escribir, que era lo que ya entonces con veintipocos años era lo que quería hacer.
No es desprecio, yo las valoro, como se puede ver en mi web las enseño, me siento honrado de haberlas hecho, pero con mucha prisa, muy de mercenario, sin corregir. De hecho, la primera que hago es la de «Orgía en el Orient Expres», como homenaje a Agatha, todo mi respeto.


¿ Por qué elegiste el erotismo ?
No elegí el erotismo, me consideraba capaz de escribir lo que fuera, hacía lo que me encargaban. También llevaba a cabo otros trabajos, además de hacer de corrector : adaptaciones de clásicos, en las que reescribía la obra con muchas menos páginas, es decir, resumía una novela de Julio Verne a una cuarta parte de sus páginas, o algo así, por ejemplo.
Además, trabajaba en la redacción de una revista literaria, «Camp de l'arpa», y en la editorial que la publicaba, «Monte Ávila», como director técnico. Y en otras colaboraciones periodísticas.


He visto que, en la misma época, escribiste algunos relatos policíacos... ¿ No te habría gustado trabajar en otros géneros que el erotismo, y para colecciones como «Punto rojo» por ejemplo ?
Claro que me hubiera gustado escribir del oeste, de terror o, sobre todo, policíacas, pero no tenía acceso. Y fíjate si me gustaba que por aquel entonces publiqué un par de relatos negros de los míos en una revista de la época, «Gimlet». Ahora mis últimas novelas son estrictamente criminales, en marzo se publica una gótica...

¿ Este breve recorrido por la novela popular te aportó algo respecto al oficio de escritor ?
Claro que me aportó. Me aportó mucho. El escritor se hace escribiendo, lo que sea, como sea. Y escribí muchas, muchas páginas, escribí muchas, muchas tramas, compuse muchos personajes, muchos, etc. y es parte de mi formación como escritor. Lo valoro mucho y me parece esencial en mi carrera.

Víctor Claudín. Ahora

Bibliografía bolsilibresca de Víctor Claudín más conocido como Linda Malvill y Vanessa Jane (1979 — 1982)


1979

Especial Venus (Bruguera)
21 : Linda Malvill : Orgía en el «Orient Expres»

Sexy flash (Ceres)
10 : Linda Malvill : La droga del amor

Temas de evasión (Bruguera)
146 : Linda Malvill : La «dolce vita» de una vendedora


1980

Sexy star (Ceres)
030 : Linda Malvill : Vacaciones en Munich


1981

Sexy star (Ceres)
106 : Linda Malvill : Una chica provinciana

Temas de evasión (Ceres)
227 : Linda Malvill : Club Celia
241 : Linda Malvill : Un amor de película
255 : Linda Malvill : La residencia de los placeres
263 : Linda Malvill : La cabaretera

Arcadia (Ceres)
10 : Vanessa Jane : Leticia : tiempo de ausencia
23 : Vanessa Jane : El gran dilema


1982

Arcadia nueva serie (Ceres)
004 : Vanessa Jane : Sendas de odio y de amor
023 : Vanessa Jane : Regreso a la esperanza



Respecto al seudónimo Vanessa Jane, durante un instante tuvimos una duda, ya que son cosas de hace treinte años y este seudónimo aparece en la Biblioteca Nacional como pertenecente a Pablo Di Masso (aka Rocco Sartó), pero preguntandole directamente, Rocco me respondió muy amablemente :
«Debo decirle que yo no escribí novelas bajo los pseudónimos que usted menciona. Tampoco recuerdo quién estaba detrás de ellos. Siento no serle de utilidad.»
Así que asunto tajado. Y si alguien más quiere reivendicar ese seudónimo, ¡ que se dé a conocer !

sábado, 30 de enero de 2021

«Brigada secreta», Ediciones Toray (195-)


195-

001 : Frank Moran : Cerco de plomo
002 : Jack Brooklyn : La banda de Pat Duchesne
003 : Jack Brooklyn : A la desesperada
004 : Thomas Settee : El jefe desconocido
005 : Jack Brooklyn : 13, Avenida Lincoln
006 : Uncle Richard : Morfina muriática
007 : N. Miranda : Entre la espada y la pared
008 : E.J. Richmond : La fuerza invisible
009 : E.J. Richmond : La muerte se acerca
010 : Peter Debry : «Cara Quemada»
011 : E.J. Richmond : El C.I.A. entra en acción
012 : Lewis Haroc : Detrás de la niebla
013 : E.J. Richmond : Espías en la Universidad
014 : Gal Falmor : El museo negro
015 : E.J. Richmond : Extraña evasión
016 : James O'Sullivan : Hong-Kong, ciudad siniestra
017 : E.J. Richmond : El F.B.I. acude a la cita
018 : Thomas Settee : Contrabando siniestro
019 : E.J. Richmond : Indochina
020 : Jack Brooklyn : Fidelidad, bravura, integridad
021 : Jack Brooklyn : «Jack Chicago»
022 : Gal Falmor : La momia viviente
023 : Jack Brooklyn : Todo por el deber
024 : Kent Miller : Rebelión en el desierto
025 : James O'Sullivan : Huracán en Los Angeles
026 : James O'Sullivan : Víctima del odio
027 : Ernest Clifton : Alarma en Indochina
028 : Jack Brooklyn : «U-235»
029 : Joe Lincoln : La Isla del Diablo
030 : Jack Brooklyn : Sobre el abismo
031 : Ray Steve : Coacción
032 : Joe Lincoln : Crimen, amor, dinero
033 : Ray Steve : Sabotaje siniestro
034 : James O'Sullivan : Viena, foco de espionaje
035 : Ray Lexington : Contra su destino
036 : Jack Brooklyn : Vivo o muerto
037 : Jack Brooklyn : La muerte al acecho
038 : James O'Sullivan : Frente al peligro
039 : N. Miranda : Orden de asesinato
040 : Austin Tower : Misión cumplida
041 : Gal Falmor : Misterio en el castillo
042 : S.S. Kent : Sangre en el hielo
043 : Larry Gordon : Fórmula Lighton
044 : Harry Jameson : La llamada del sol
045 : Ray Steve : Siete cicatrices
046 : Austin Tower : Un castillo tenebroso
047 : J. Salvatella : Los «espaldas mojadas»
048 : M. Medina : Tres gotas de sangre
049 : Lewis Haroc : Difícil de atrapar
050 : J. Salvatella : Pistoleros en el Caribe
051 : A. Abuly : Asunto liquidado
052 : M. Medina : El misterio de la granja deshabitada
053 : Luis Aroca : ¡ Cuidado, América !
054 : Julio Dorado : El retrato acusador
055 : Sam Fletcher : Secuestro en Nueva York
056 : Austin Tower : El terror anda suelto
057 : Lewis Haroc : Tráfico humano
058 : Austin Tower : Agente improvisado
059 : Robert W. Anderley : Sangre en la Fiscalía
060 : John Mason : Suplantación de personalidad
061 : Kid Manner : Poker de incógnitas
062 : Alex Simmons : La muerte firma el mensaje
063 : Robert W. Anderley : B-S-III-R no contesta
064 : S. Woodman : El «carrousel» de la muerte
065 : Med Ryman : Tahití, final de ruta
066 : Donald Russell : En busca del asesino
067 : Austin Tower : La fábrica de monstruos
068 : Ray Steve : Laberinto sin salida
069 : Alex Simmons : El muerto juega al poker
070 : David O'Malley : Acoso en Argel
071 : Kent Wilson : Un hombre desaparecido
072 : Alex Simmons : Final en el Tibidabo
073 : Lewis Haroc : El pasado amenaza
074 : Alex Simmons : ¡ A matar tocan !
075 : S.S. Kent : Secuestro en la Zona del Canal
076 : Kid Manner : La muerte actúa en el circo
077 : Med Ryman : Cuando la araña teje
078 : Dan Wilder : El misterio de la modelo secuestrada
079 : David O'Malley : La invisible amenaza
080 : Alex Simmons : Vuelve un espectro
081 : Austin Tower : Isla Bermeja
082 : Julio Dorado : El aderezo de Lady Reynolds
083 : Med Ryman : Un muerto vive en la ciénaga
084 : Kent Wilson : Espías en Nueva York
085 : Ray Steve : Viejos camaradas
086 : Austin Tower : Un agente de Pinkerton
087 : Austin Tower : Un pillo internacional
088 : S. Woodman : Reguero de muerte
089 : C.E. Mayo : La sinfonía de la muerte
090 : Med Ryman : El espía de los lentes de oro
091 : Dan Wilder : Tres cadáveres
092 : Louis G. Milk : Seis fotografías
093 : Kent Wilson : La fórmula «K-9»
094 : Peter Debry : Todo un héroe
095 : Louis G. Milk : Herencia fatídica
096 : Austin Tower : El ajedrez de la muerte
097 : Ray Steve : Pacto entre asesinos
098 : Anthony Schaer : Trampa mortal
099 : Louis G. Milk : Oro en círculos
100 : Anthony Schaer : Miedo en los ojos

Rústica. 128 páginas más cubierta. 10,5 x 15.

¡ Muchísimas gracias al compañero Jala para la portada y algunas informaciones !

«Serie Montana», Ediciones Toray (1949)


1949

01 : Max Farrell : El Diablo del Rio Rojo
02 : W. Kenneth : Oro y sangre

Rústica. 96 páginas más cubierta. 10,5 x 15.


Muchísimas gracias al amigo Martin Dorado, quién me proporcionó no solo el listado de esta colección, pero también las magnificas portadas.

«Colección México», Ediciones Toray (1949)


1949

01 : H.C. Granch : El honor de D. Luis Linares
02 : Nicolás Miranda : La tierra del terror
03 : E. Cuenca : El Charro plateado
04 : E. Cuenca : La ley del más fuerte
05 : H.C. Granch : El Halcón Negro
06 : H.C. Granch : El usurpador de Los Arces
07 : Vasco de Monterey : El vengador de Guadalupe
08 : F. Mediante : Mensajero de muerte


Rústica. 112 páginas más cubierta. 10,5 x 15.


Muchísimas gracias al amigo Martin Dorado, quién me proporcionó no solo el listado de esta colección, pero también las magnificas portadas.





viernes, 29 de enero de 2021

Apuntes de un lector de bolsilibros XVII

Metralla 150

Siempre me pasa lo mismo con Rocco Sartó... Cuando ojeo una de sus novelas, antes de empezar a leerla, me parece que me va a durar muy poco, porque la letra es grande y el interlineado poco apretado... Pero nunca sucede así al final. Cada vez necesito de tanto tiempo para saborearla correctamente como para cualquiera otra publicada en la misma época. Y nada de trama facilona o, por lo menos, no demasiado desarrollada con él... A pesar de la aparente brevedad del texto, gracias a la densidad de su escritura no sólo las obras no se acaban en un rato sino que no les faltan nada para ser ¡ más que disfrutables !
Prueba es con «La ira del guerrero», una novela bélica tan excepcional y tan alejada de los tópicos del género como lo puede ser, del mismo autor, la excelentísima «Salto al vacío» de la ciencia ficción post apocalíptica más chabacana...
Además, Rocco Sartó es un poeta loco del pulp, quizá el único que pueda escribir cosas tan sabrosas y geniales como esta : «El rostro del coronel se convirtió en una máscara púrpura, y los músculos se contrajeron como gusanos epilépticos debajo de su piel fláccida».
Pero, como es sencillo afirmar cualquier cosa sin pruebas o sólo basándose en sus propios gustos (preguntadlo a los idólatras de Curtis Garland...), voy a deciros porqué «La ira del guerrero» nada tiene de tópico... Para empezar, ya debemos esperar hasta la trigésima primera página para ver el héroe tomar parte en el conflicto — algo ya capaz de desestabilizar al lector más quisquilloso queriendo guerra...
¡ Y no solamente eso !
Si Joe Flannagan se encuentra combatiendo, no es por su gusto sino porque ha sido alistado de oficio, mientras que era injustamente encarcelado.
Por encima, todas las acciones qué ejecuta, las hace casi sólo, prescindiendo de sus compañeros como de la disciplina militar, y si las hace no es por la grandeza del gobierno que sirve a pesar suyo, sino para poder reclamar su traslado a su país de origen. O, dicho de otro modo, no lucha por el imperio capitalista y su falaz ideal de libertad, tampoco para los otros soldados de su comando, sino por él y para la gente humilde de su tierra natal...
En cuanto a Sartó, al contrario de muchos de sus colegas (de buena gana racistas y mezquinos, adoctrinados como eran por la propaganda gubernamental), con su retrato del odioso coronel Kurowa, no se burla de los japoneses, sólo y únicamente de los militares, estos enfermos mentales, sádicos e impotentes.
Para más inri, en la última parte de la historia, este extraordinario escritor tampoco olvida recordarnos la responsabilidad que tuvieron los industriales tanto en el desencadenamiento como en el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, con la abyecta presencia en la sombra del colaborador Art Mallory, propietario de una fábrica de caucho...
Por el resto, a lo largo de la novela podemos disfrutar de un exotismo solar a lo Jack London o a lo Hugo Pratt (o quizá a lo Ernest Hemingway) con las trepidantes cazas a los tiburones, de una condena inapelable de cualquier forma de racismo y, como es una obra de Rocco Sartó, de una buena dosis de erotismo húmedo...
Lo que más me ha regocijado todavía es que la novela es tan buena que ¡ hasta el final feliz me ha parecido de agradecer !

Como siempre : ¡ un sincero agradecimiento al compañero Rualrevit por tomarse el tiempo y la molestia de repasar mis apuntes !

martes, 26 de enero de 2021

Apuntes de un lector de bolsilibros XVI

Escalofríos terror 3

La novela sufre de algunos defectos que podrían diluir el interés, si no serle fatal... Por ejemplo al principio, sobre la caja que va a recoger una pareja digna de Abbott & Costello es inscrito «Alucard» (una anagrama ya utilizado en «Son of Dracula» de Robert Siodmak o en «Las vampiras» — no la película de Jesús Franco, sino la de Federico Curiel, con John Carradine y el luchador Mil Máscaras). Y la verdad, en sí mismo ya no tiene mucha gracia esta anagrama, tanto ha sido empleada (hasta han sido capaces de hacer una ¡¡ «Alucarda» !! los bobos)... Lo peor todavía es que una vez despertado el vampiro, nunca será llamado así, siempre y sólo Drácula... Además, otra vez va por medio una cuestión de herencia... La razón por la cual Drácula es implicado en la trama parece bastante descabellada... Y, como seguramente la obra debe haber sido escrita para «Selección terror» y rescatada después, debido al cierre de esta, contrariamente a lo que puede suceder en esta colección, el final es el clásico final feliz con pareja a punto de casarse...
Sin embargo, la magia funciona desde la primera línea, ya que en «Mato, luego existo», como en «El conde Drácula» de Jesús Franco, lo importante no es tanto la historia narrada cuanto la atmósfera conseguida por el autor. Y en este caso, ¡ Ralph Barby se ha literalmente destacado !
Una atmósfera que nada tiene que envidiar a la de las películas más logradas de la «Hammer». Así, todas las escenas en el pabellón de caza resultan ser tan buenas, tan cargadas de dramatismo y de locura como la apertura de «El sabueso de los Baskerville» de Terence Fisher... Mientras que el ataque de Nathaly por parte del monstruo, me pareció más erótico todavía que las más picantes escenas de «Drácula y las mellizas» de John Hough o de «La condesa Drácula» de Peter Sasdy...
Encima de eso, un punto sumamente interesante (y original me parece) es la espeluznante descripción del vampiro, la explicación de su verdadera naturaleza y de cómo usa su poder hipnótico para sugestionar a sus presas... ¡ Algo que da asco y miedo a la vez !
Otro detalle poco habitual, propio de Barby, es que la inevitable historia de herencia, a medida que los personajes se muestran como son, se matiza con algo de lucha de clases, lo que la hace mucho más soportable y hasta disfrutable.
En resumen, «Mato, luego existo» es como un libro de cuentos para adultos, lleno de imágenes inquietantes, de estilo ágil, ideal para leer en plena noche, bajos las sábanas, el cuerpo gustosamente recorrido por frecuentes escalofríos de terror...

Como siempre : ¡ un sincero agradecimiento al compañero Rualrevit por tomarse el tiempo y la molestia de repasar mis apuntes !

domingo, 24 de enero de 2021

Apuntes de un lector de bolsilibros XV

Doble juego 26

Es una pena que el interés decae al final de la novela, pero la resolución del enigma es excesivamente predecible y el final elegido por el autor, aunque resulta bastante bien llevado, no impide que parece el camino más fácil para acabar la historia sin cansarse demasiado, dejando así un regusto poco agradable en la boca del lector... Es una pena, sí, porque de otro modo es una obra muy entretenida.
Narrada en primera persona, con tono desenfadado, en una manera que recuerda a lo que hacía en Francia Frédéric Dard con su personaje San-Antonio, mezclando consideraciones más o menos filosóficas con ocurrencias picantes e interpelaciones directas al lector, considerado tanto como un confidente como el testigo privilegiado de las hazañas del héroe, «Carne de ring», así que lo sugiere su título, se desarrolla en el mundillo del boxeo. Todavía, ese escenario es poco utilizado por el autor (lo que agrava sensiblemente el sentimiento de insatisfacción experimentado al acabarse la novela), y la verdad ni siquiera podremos asistir a un encuentro en regla, solo enterarnos a lo largo de la obra de los poco halagadores sentimientos que nutre el protagonista respecto a ese deporte...

Doble juego 20

En este sentido, «El testigo» de Elliot Dooley, publicado el mes anterior a «Carne de ring», como número veinte de la misma colección, es muchísimo más logrado y satisfactorio (a pesar de su final demasiado apresurado)... Dicha historia es en efecto un concentrado de toda la mitología vinculada al boxeo, con sus perdedores magníficos, deseosos de una revancha social, de extirparse de su mísera condición erre que erre, ya celebrados previamente por ejemplo por Jack London («Por un bistec»), Robert Wise («The set-up») o John Huston («Ciudad dorada»). Sin embargo, como la novela es escrita por el genial Enrique Martínez Fariñas, además de haber una chica liberada, al que le gusta el sexo, como compañera del protagonista, éste es puertorriqueño y su mejor amigo afroamericano — y no hace falta decir nada más, creo yo...
En «Carne de ring» también hay un retrato de perdedor (el del padre del héroe) y quizá es lo mejor de la obra. Además contradice otra vez las ideas preconcebidas sobre los bolsilibros, ya que este largo trozo (que abarca casi un capítulo completo) no es nada funcional a la trama, sólo sirve para hacer más titilante el cuestionamiento del protagonista respecto a sus orígenes...
O quizá no, lo mejor de la obra son las corrosivas reflexiones colocadas en la boca del héroe por el autor, tanto sobre el modo de actuar de la policía cuanto sobre su real eficacia. Así que Lucky Marty, aunque esta no sea su más lograda novela, ¡ me encanta !
En cuanto a saber si os recomiendo leer este bolsi, a pesar del sentimiento mitigado que me ha dejado, por supuesto que sí, ya que es bueno que cada uno se haga su propia opinión.

Como siempre : ¡ un sincero agradecimiento al compañero Rualrevit por tomarse el tiempo y la molestia de repasar mis apuntes !

viernes, 22 de enero de 2021

Apuntes de un lector de bolsilibros XIV

Diligencia 109

«La venganza es mía» es una reescritura, hecha probablemente con la novela original a mano, de «Retiro de pistolero» del mismo autor.
Por supuesto, ambas versiones son estupendas, sin embargo, la primera me parece mucho más audaz, aunque fue publicada por primera vez dos años ante del deceso del fantoche. Por eso, uno puede preguntarse si la propaganda de «Astri» que se podía leer en un momento dado en la contraportada de las novelas pertenecientes a las colecciones «Oeste» y «Diligencia» tenía sentido alguno — y como sucede muchas veces, en la pregunta ya tenemos la respuesta...


Antes de continuar, quiero todavía especificar que no me he basado únicamente en mi capacidad de memoria para comparar los dos textos, sino que he utilizado las funcionalidades ofrecidas por los ordenadores. Se podría decir, pues, que es una confrontación casi científica (casi porque no hice yo mismo los ficheros electrónicos y no fue ni siquiera la misma persona que hizo los dos que he utilizado, así que hay un margen de error, sobre todo teniendo en cuenta que hay bastante erratas en «La venganza es mía»).
Bueno, aclarado todo esto ¿ que se puede sacar de esta confrontación ?
En resumen, hay bastante modificaciones de un texto a otro, pero pocas que sean realmente significativas.
Los mayores cambios (en cantidad) son :
— supresión (o por lo menos reducción) de los pasajes descriptivos
— añadido de algunas palabrotas que no aportan gran cosa
Pues, como es sencillo darse cuenta, son cambios superficiales, unos generados por la idea que se hacían, con razón o no, los directores de colecciones respecto a los lectores de la época (imaginándose que en la era de la televisión estos últimos querían más acción y menos literatura), los otros inherente a cada variación de régimen o de moda (es decir : atacar a la superficie de las cosas para asegurarse de que nada verdaderamente substancial pueda jamás cambiar).
De todos modos, variaciones sin mucho interés...
En cuanto a los cambios significativos, lamentablemente son todos inoportunos.
Por ejemplo, y ya pido a los que no han leído la novela todavía que me disculpen, porque voy a revelarle algo importante de la trama (pero, por si acaso, tenéis aún el tiempo de deteneros aquí...), cuando Lund regresa a su rancho, en «Retiro de pistolero» no sabe lo que fue de su mujer (aunque teme que no fue nada bueno lo que le sucedió), mientras que en «La venganza es mía» casi en seguida Grady le dice que la pobre ha muerto. Así, tratando de ser más efectiva en su reescritura, la novela pierde mucho impacto. Ya que en la primera versión el lector, además de temblar por la vida del protagonista, es atenazado por una horrible duda respecto a si Rondine está ya muerta o no (y si no lo es, en cuál estado se encontrará...). Algo que por supuesto no puede suceder leyendo la otra versión.
Desgraciadamente, todos los cambios significativos proceden de la misma voluntad de tratar de hacer la novela más dramática y más contundente y todos fallan tan lamentablemente, logrando sólo hacer la obra menos sutil y menos sugerente.
En «Retiro de pistolero» por ejemplo :
— Gracias, Marge. Yo... no sé qué decirte...
— Ahora no tienes que decir nada. Sólo vivir. Yo esperaré.
Y en «La venganza es mía» :
— Gracias, Marge. Yo... bueno, no sé qué decir...
— Ahora no tienes que decir nada, Vincen. Sólo vivir, alejar el rencor y el resentimiento, nada más. Yo sabré esperar.
Todavía son matices que sólo se pueden apreciar leyendo las dos novelas sucesivamente. Algo que no tiene mucho interés, la verdad. Es un poco como escuchar una tras otra las quinces tomas rechazadas de la misma pieza de jazz... Puede resultar instructivo (y quizá hasta divertido) para el investigador pero ciertamente aburrido para el simple aficionado. Por lo tanto, que encontréis una o otra versión de esta obra, no dudéis en devorarla, no os sentiréis defraudados.

Última cosa : unas de las razones por las cuales no me gusta leer en digital son las erratas añadidas durante el reconocimiento de texto que no logran ser eliminadas. Por ejemplo, en el capítulo once de la versión digital de «La venganza es mía», la palabra «caballos» ha sido erróneamente remplazada por «canallas» durante la divertida discusión sostenida por el protagonista y el propietario del establo. Y esto arruina bastante las cosas, ya que en esta charla, todo es basado sobre el hecho de que Vincen Lund presenta a los cuatros jinetes que busca para acabar con ellos como sus amigos y, aunque el otro ya ha entendido la verdad, le sigue la corriente, así que los dos intercambian una sarta de preguntas y respuestas en tono ambiguo, apuntalada por un delicioso cinismo burlón. Sin embargo, con el surgir de esta palabra que nada puede justificar, sobre todo en este momento de la conversación, se estropea en parte el encanto de este hilarante torneo oratorio...

Como siempre : ¡ un sincero agradecimiento al compañero Rualrevit por tomarse el tiempo y la molestia de repasar mis apuntes !

jueves, 21 de enero de 2021

Los linotipistas creativos VII


Tenía un rostro bellísimo, de piel tersa y suave y ojos ardientes sembrados por largas pestañas.

Gordon Lumas
Retiro de pistolero

martes, 19 de enero de 2021

Nada se pierde, todo se transforma en el lejano Oeste II



Compare el texto de las dos novelas a partir de «Prince hotel» (doce líneas antes del extremo de la sexta página de «Retiro de pistolero» / tercera línea de la quinta página de «La venganza es mía»)...


«Gangsters !», Editorial Rollán (1960 — 1965)


1960

001 : Jan Hutton : Lucha de forajidos
002 : Jeff Thompson : Es fácil morir
003 : Stefen Rocco : Los matones
004 : J. Tell : Rescate en el infierno
005 : Lewis Haroc : La matanza
006 : Herman Tellgon : Concierto macabro
007 : Jeff Thompson : Dolares y plomo
008 : Lewis Haroc : Sinfonía de violencia
009 : Herman Tellgon : El premio es la muerte
010 : Jan Hutton : Cerco de muerte
011 : Frank C. McFair : Esta es mi historia
012 : Jan Hutton : La cizaña
013 : Stefen Rocco : Funeral para dos
014 : Lewis Haroc : Alias «El Tenebroso»
015 : J. Tell : Sangriento funeral
016 : Jeff Thompson : Plomo caliente
017 : Jan Hutton : Las balas llevan tu nombre
018 : Stefen Rocco : Los muertos saben callar
019 : Frank McFair : Mortal intermedio
020 : Jan Hutton : La policía también juega
021 : Fred Hirons : Un gran campeón
022 : J. Tell : Nube ardiente
023 : Lewis Haroc : Tatuaje mortal
024 : Jan Hutton : La silla te está esperando
025 : Billy Mustard : Seguimos la lucha
026 : J. Tell : Risa de hiena

1961

027 : Jan Hutton : Puesto que vas a morir
028 : Herman Tellgon : ¡ Muere criminal !
029 : Jeff Thompson : El fuego se llama alma
030 : Anthony G. Murphy : Pabellón rojo
031 : Jan Hutton : El largo brazo de la ley
032 : Jan Hutton : Viento de terror
033 : Tom Argo : ¡ Grisbi !
034 : J. Tell : Cepo oculto
035 : Jim Mohave : Juego duro
036 : Jan Hutton : Llora, buitre, llora
037 : Herman Tellgon : Juramento de sangre
038 : Tom Argo : «Las tripas al sol»
039 : Lewis Haroc : El último mensaje
040 : Jan Hutton : Polizonte
041 :
042 : Frank C. McFair : Preparen mi tumba
043 : Billy Mustard : ¡ Yo soy así... !
044 : Jan Hutton : El cepo
045 : Herman Tellgon : Mi deber es matarlo
046 : Stefen Rocco : Gang de canallas
047 : Jim Mohave : Tu negocio es el crimen
048 : Jan Hutton : ¡ Muere perro !
049 : Edward Goodman : Trampa con cadáver
050 : Herman Tellgon : Camino hacia la muerte
051 : Jan Hutton : El graznido de los cuervos
052 : Frank C. McFair : Nocturno de muerte
053 : Stefen Rocco : Un féretro para L'il
054 : Jan Hutton : Duro de matar
055 : Herman Tellgon : La muerte es mi compañera
056 : Jim Mohave : Ajuste de cuentas
057 : Jan Hutton : Exterminio

1962

058 : Herman Tellgon : ¡ Matad al fugitivo !
059 : Tom Argo : Feliz muerte, querido
060 : Jan Hutton : Siete para morir
061 : J. Tell : ¡ Echadlo a los perros !
062 : Henry Cod : Morir es perder
063 : Jan Hutton : El crimen paga
064 : Herman Tellgon : Odio tras los barrotes
065 : E. Jarber : Tu hora de morir
066 : Donald Curtis : Grabad mi epitafio
067 : Jan Hutton : Mensaje de sangre
068 : R.L. Nevada : «Violent» Gussy
069 :
070 : Jan Hutton : Tu morirás también
071 : Herman Tellgon : Huellas de asesino
072 : R.L. Nevada : ¡ No ha lugar !
073 : Lewis Haroc : Pagaras con sangre
074 : Jan Hutton : Fango
075 : Herman Tellgon : Trilita en los puños
076 : R.L. Nevada : ¡ Sin piedad !
077 : Jan Hutton : Ráfagas de muerte
078 : Peter Danger : Cubil de hienas
079 : Fred Hercey : La sonrisa de la muerte
080 : Jim Mohave : La banda del infierno
081 : Jan Hutton : Cuéntame tu pasado
082 : Tom Argo : Cámara de gas, a las diez
083 : Henry Cod : Dos para el sepulturero
084 :
085 : Jan Hutton : Labios sellados
086 : Fred Hercey : Epidemia de plomo
087 : Herman Tellgon : Los «soplones» morirán
088 : Lou Carrigan : Dos llamadas telefónicas
089 : Jan Hutton : La jauría
090 :
091 :
092 : J. Tell : Sangre maldita
093 : Tom Argo : Venganza en mambo
094 : E. Jarber : Niebla roja
095 : Jan Hutton : Pesadilla negra
096 : Donald Curtis : ¡ Un dólar por tu piel !
097 : Mortimer Cody : Plomo, caricia mortal
098 : Alv Cortroa : Harry y su «luger»
099 : Lou Carrigan : Trágico «week-end»
100 : J. Tell : Robar al ladrón
101 : R.L. Nevada : ¡ Espera asesino !
102 : Mortimer Cody : Silencio para el asesino
103 : Anthony Schaer : Aristócratas del crimen
104 : Lou Carrigan : Se traspasa asesinato
105 : Jan Hutton : Fruto prohibido
106 : Mortimer Cody : Rastro en rojo
107 : E. Jarber : Operación : Teddy-Boys
108 : Lou Carrigan : Venganza legal
109 : Mortimer Cody : ¿ Policía ?, aqui, un asesino
110 : Ben Bryons : Fieras sobre el asfalto

1963

111 : Jan Hutton : Luna de sangre
112 : Donald Curtis : Dinamita rubia
113 : Lou Carrigan : A ritmo de muerte
114 : Mortimer Cody : El precio es tu vida
115 : Herman Tellgon : Apunta al corazón, asesino
116 : Jan Hutton : Juego a tres
117 : Tom Argo : «Whisky» para un cadáver
118 : John Wotman : Sin compasión para nadie
119 : Donald Curtis : ¡ No respires Logan !
120 : Ben Bryons : Bajo las garras de Max
121 : Herman Tellgon : Un largo camino ensangrentado
122 : Dana Yonell : Con la muerte alrededor
123 : Jan Hutton : Desde que te fuiste
124 : Leo Mason : En el último minuto
125 : Lou Carrigan : Se reclama un cadáver
126 : Jan Hutton : La muerte eres tú
127 : Mortimer Cody : Aún puedes salvarte
128 : Fred Hercey : La banda siniestra
129 : Lou Carrigan : Su majestad, el granuja
130 :
131 : Mortimer Cody : Sin coartada
132 : Donald Curtis : Oscuro es el terror
133 : Fred Hercey : ¡ Yo soy el verdugo !
134 : Jan Hutton : El lenguaje de las balas
135 : Mortimer Cody : Policía, «gang»... y plomo
136 : John Wotman : La terrible venganza
137 :
138 : J. Tell : ¡ Buscad a Katie !
139 : Jan Hutton : Homicidio, primer grado
140 : Donald Curtis : Ellas saben morir
141 : Leo Mason : Aspirante a cadáver
142 : John Wotman : ¡ Hola cerdo !
143 : Mortimer Cody : Con la piel vendida
144 : Tom Argo : Vesania
145 : J. Tell : El barrio dijo ¡ no !
146 : Jan Hutton : Esta noche morirás
147 : Mortimer Cody : Muerte en blanco y rojo
148 : Jan Hutton : Toda una vida
149 : John Wotman : El sexto hombre
150 : Mortimer Cody : Se busca a una rubia
151 : Jan Hutton : De ahora en adelante
152 : Herman Tellgon : Trabajo para los «killers»
153 : Lou Carrigan : Reunión de guante blanco
154 : Jan Hutton : Cuidado con las mujeres
155 : Frank McFair : Detrás de las rejas
156 : Lewis Haroc : Exterminio total
157 : Fred Hercey : Alias el «Murciélago»
158 : John Wotman : Los canallas

1964

159 : Jan Hutton : Enigma con sangre
160 : Donald Curtis : La herencia de los 30
161 : Mortimer Cody : Trágico horóscopo
162 : John Wotman : Solo un gansters
163 : Jan Hutton : Era inocente
164 : Lou Carrigan : Silencio : llega un ladrón
165 : Alar Benet : Amenaza en la sombra
166 : Mortimer Cody : Lágrimas sobre el cadáver
167 : R.L. Nevada : Documento de muerte
168 : J. Tell : Jugada final
169 : Fred Hercey : La sentencia es... muerte
170 : Lou Carrigan : Un muerto simpático
171 : Donald Curtis : Ojos de hielo
172 : Jan Hutton : Cogido en sus redes
173 : Lou Carrigan : La piel del demonio
174 : Wheg Zheravla : Terror en Texas
175 : Mortimer Cody : Levántate, escoria
176 : Jan Hutton : Horas de angustia
177 : Jim Mohave : Mensajero de muerte
178 : Leo Mason : A zarpazo limpio
179 : R.L. Nevada : Situación angustiosa
180 : Mortimer Cody : Cuando seas un hombre
181 : Donald Curtis : Los rostros de Caín
182 : Lewis Haroc : Orgía de sangre
183 : Lou Carrigan : Hierro al rojo
184 : R.L. Nevada : Fraude contra el gobierno
185 : Fred Hercey : La tela de araña
186 :
187 : Jan Hutton : En nombre de la ley
188 :
189 :
190 : Eddie Thorny : La plaga
191 : Lewis Haroc : El último amanecer
192 : Michael Tell : El guardaespaldas
193 : Eddie Thorny : La voz del deber
194 : Lewis Haroc : Dinero sangriento
195 : Herman Tellgon : ¡ Contrabando !
196 : Jan Hutton : Carne llagada
197 : Eddie Thorny : Tú eres la víctima
198 :
199 :
200 :
201 :  Lewis Haroc : Condenado a morir
202 : Joe Mogar : La vuelta del presidiario
203 : Herman Tellgon : ¡ Delatados !
204 : Kent Miller : La amenaza se acerca
205 : Joe Mogar : Mi adorable asesina
206 : Edward Goodman : Doble juego con la muerte

1965

207 : Robert Delaney : La conspiración
208 : Peter Kapra : La muerte pega duro
209 : Joe Mogar : El proceso de Gladys Farron
210 : Eddie Thorny : Cerco de odio
211 :
212 :
213 :
214 : Peter Kapra : La ley del miedo

Hasta el número 46 (incluido) :
Rústica. 136 páginas más cubierta. 10,5 x 15.

Desde el número 47 :
Rústica. 128 páginas más cubierta. 10,5 x 15.

domingo, 17 de enero de 2021

Apuntes de un lector de bolsilibros XIII

Serie Beee 15

Empezar una novela de Berna es como encontrar a un viejo amigo e ir a tomarse un café juntos... Sabes ya desde el principio que vas a pasar un rato agradable, sin comedura de coco, y aun cuando él no te relata nada nuevo, al final siempre ha sido un placer y te acuerdas gratamente del tiempo pasado en su compañía. Además, Berna es mucho más eficaz que un tubo entero de antidepresivos para alegrarte el día y devolverte la sonrisa. Y no sólo por la abundancia de chistes y aciertos graciosos que hay a lo largo de sus novelas... Todavía hay dos otras razones, más poderosas aún. La primera, porque te da la impresión de que cada dificultad que se cruza en tu camino se puede superar con un poco de buena voluntad y una sonrisa. La segunda, por la armonía que se desprende siempre de sus historias. Unas historias en las cuales cada uno de los personajes, gracias a la misma dosis de buena voluntad y de buen humor ya citada, puede ser lo que le da la gana y cohabitar a su gusto y sin demasiados problemas con los demás... Por lo tanto, cada novela de Berna resulta ser como una divertida y sosegadora lección de aceptación. Aceptación de sí mismo, de los otros y de las adversidades que nos puede deparar la vida...
En «La garra de Satán», como de costumbre, hay todo esto, ni hace falta decirlo. Pero como es una novela reciente, escrita para «Matraca ediciones», además el maestro tuvo el tiempo que necesitaba para ofrecernos una obra de gran calidad.
Así, los personajes son bien definidos y atractivos, y hasta un empedernido anticlerical como yo no puede dejar de sentir algo de simpatía por este «socarrón de campeonato» qué es el reverendo Harold. Las escenas de terror son escuetas pero tan sangrientas como efectivas. Y la trama, ingeniosamente desarrollada, sigue su propio rumbo, lejos de los caminos más trillados...
Si a todo coste debería formular una pequeña crítica al autor sería que, no dejando más protagonismo al malo de la historia, nunca se sabe porqué los asesinos escogieron a estas víctimas en particular (sobre todo la segunda). Un fallo que resulta bastante sorprendente por parte de Berna, siempre muy cuidadoso en este aspecto de su trabajo... Por el resto, fue un inmenso placer poder disfrutar de esta novela en un día tan funesto, así que sólo puedo añadir : muchas gracias por todo, querido amigo y maestro y ¡ hasta siempre !

Como siempre : ¡ un sincero agradecimiento al compañero Rualrevit por tomarse el tiempo y la molestia de repasar mis apuntes !