Publicado en diciembre de 1975.
Portada de Rafael Cortiella.
Robert Kernigan, aventurero, cazador y guía de turismo en África, es invitado a pasar un fin de semana en Dornutt, en algún lugar de Inglaterra. Zona pantanosa y sombría. Fue llamado por su amigo George Brittles, el dueño de Middel Manor. No fue el único invitado, otros cuatro también fueron llamados. Todos amigos y con un pasado en común, allá en la India. Al bajar del tren, Kernigan conoce a dos hermosas pasajeras, que también iban hacia Middel Manor, aunque sin invitación. En un entorno un tanto opresivo, George informa que los ha hecho venir a los cuatro, para no volverse loco. Una amenaza muy cierta e increíble se cierne sobre él, aunque sus amigos dudan de que esto sea tan así...
Una gran novela de Burton Hare, o José María Lliró Olivé, que lo mantiene a uno absorbido todo el tiempo, y con una gran intriga. Es una atmósfera lóbrega, con lluvia casi todo el tiempo, en una mansión que tal vez está encantada... ? Me sorprende ver la calidad de muchas novelas en los primeros números de «Selección Terror», y que luego, al correr de los mismos, fueron decayendo un poco. Acá tenemos dos tramas yuxtapuestas : por un lado, la locura del dueño de la mansión, quien está obsesionado con un hecho ocurrido en la India hace diez años atrás, y que lo hace sentir culpable y amenazado, pese a que sus amigos le digan que no y traten de ayudarlo. Y por el otro lado, alguien está asesinando a cada uno de los invitados de Brittles, como lo haría la cosa u objeto al que tanto miedo le tiene este último. Y no podemos saber por dónde van los tiros, casi hasta el final... !
Digamos ya que los misterios se resuelven como cualquier novela policial, es decir hay «Scooby-Doo». De hecho, una de las tramas (esto tal vez sea un punto flojo) tiene un culpable bastante predecible desde el principio, aunque no sabemos cómo. Y al explicarlo, vemos que la solución está bastante tirada de los pelos. La otra trama, la de los asesinatos, por el contrario, resulta en un final bastante inesperado y no tan fácil de adivinar, y hasta tiene tintes dolorosos, en especial para Kernigan.
Me siento magnánimo con mis últimas lecturas, y aunque esta novela tiene algunas flojeras, por el entretenimiento que me dio, la intriga, la atmósfera y lo bien escrita que está, le voy a poner :
Ah, me olvidaba... muy buena la cubierta... ! aunque nada tiene que ver con el interior...
Alfredo Velazquez