sábado, 2 de agosto de 2025

Silver Kane : Un dulce hogar en el infierno


«Selección Terror» número 223.
Publicado en junio de 1977.
Portada de Desilo.

Evidentemente, no tengo suerte con el Señor Ledesma.
Dije anteriormente que solo poseo dos novelas de terror de Silver Kane, ya comenté «Un cadáver de segunda mano», y ahora le llegó el turno a ésta, que no entiendo aún por qué se llama como se llama.
Hasta me cuesta hacer una reseña, porque hasta la mitad del libro no entendía cuál era la trama, solo una sucesión de hechos aparentemente sin conexión entre sí, y en la segunda mitad tampoco entendí lo que sucedía, todo cierra recién en las últimas dos páginas. Aun así, la lectura se hace llevadera, precisamente por eso, para encontrar sentido a lo que se nos cuenta. El hilo conductor de todo es un periodista llamado Jess, que debe hacer una nota de rutina en la fiesta que da en su palacete en Washington, la viuda Greschen. Celebración que hace cada año para conmemorar el fin de la 2º Guerra Mundial. Ni bien llega al lugar, una escritora polaca que se suicida arrojándose por la ventana de un piso alto, luego un ex jerarca nazi, que aparece apuñalado en un armario, un cuarto repleto de fotografías en las que se ve media cara, no sé si del mismo personaje o distintas, en las que se ve un solo ojo, una sola oreja, una sola mejilla. Al mismo tiempo, en una mansión abandonada en Lousiana, se encuentran dos amigas adolescentes, una de ellas, hija de los cuidadores. La otra, una fugitiva de la escuela secundaria, ya que la creen loca por haber visto un ovni y a su tripulante. La primera es asesinada, la otra huye a otra parte. Jess busca información, en New York, acerca del muerto del armario, pero intentan matarlo a él. El asesino falla y, en  cambio, muere él. Jess obtiene una foto de una joven que llevaba en su bolsillo, decide ir a ver al fotógrafo que hizo la toma, a un lugar llamado Elmore, adonde debía ir en avión, no era cerca. En Elmore descubre que la chica se llama Lidia y que resultó ser la misma que se fugó del American Family para que no la confinaran por hablar de ovnis y extraterrestres...
Podría seguir y seguir con hechos, pero no les daría idea cabal de la trama. Por supuesto, no hay terror ni nada parecido y sí, hay «Scooby-Doo» al final, donde finalmente entendemos todo. 
Otra vez el irritante, para mí, recurso de la repetición : la figura de cera... la figura de cera... ¡¡¡ LA FIGURA DE CERA... !!! o el otro... actuar... ¡ actuar... ! ¡¡ actuar... !!
Y pensé que, faltando pocos renglones para terminar, zafaría del romance de turno, pero no... Jess, de 25 años, se termina excitando con Lidia y sus juveniles 18 al fin de la novela.
No sé qué decir más, creo que en efecto, Silver Kane debe ser mejor autor de novelas policiales o del Oeste. De hecho, esta novela la podríamos poner más como policial. Pero se deja leer. Sin ser mala, tampoco es sobresaliente. Mi puntuación es de :

(regular).

Alfredo Velazquez

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