domingo, 10 de agosto de 2025

Lou Carrigan : El comprador de recuerdos


«Selección Terror» número 469.
Publicado en febrero de 1982.
Portada de Antonio Bernal.

Extraña novela de Lou Carrigan, la que me costó entender de entrada. Claro, comienza con una introducción llamada El Narrador Especial, ya inmersa en la trama, y por eso no terminamos de comprender. Luego sí, pasamos al capítulo 1, y desandamos el camino recorrido. 
Helmutt Webber es un joven apuesto, mundano y elegante. Se ocupa de reclutar gente, generalmente interesante o importante, para hacerles un extraño ofrecimiento : comprarles sus recuerdos. No con dinero, sino con la promesa de cumplir sus deseos o aspiraciones en lo material o laboral. Si el candidato acepta, debe dirigirse a Amberes, en Bélgica, y esperar instrucciones. Y si no acepta, bueno, no es la mejor decisión negarse a vender tus recuerdos, te puede costar que ¡ te corten la cabeza... !
Confieso que, pese a estar bien escrita desde el comienzo, la idea de esta obra me pareció un poco boba. Eso de comprar recuerdos me pareció algo intangible e inconducente, hasta que... nos enteramos de que el comprador es un tal Mayer Van Bercken... un escalofriante robot conocido como ¡ MVB... ! Me gustan las historias de robots, suelen dar miedo (esta novela en particular me recordó un relato de ciencia ficción de Robert Bloch, de 1943, llamado «Casi humano»). Y la idea de MVB, un autómata independiente, es absorber los recuerdos y conocimientos de varias personas, para ir alcanzando con el tiempo cualidades humanas. Hay un pasaje en que, en mitad de la noche, en una habitación casi oscura, solamente resplandor rojizo y paredes negras, el robot quiere tener sexo con una mujer. La idea te produce un repeluzno extraño, para nada gracioso (al menos para mí). 
Toda la acción transcurre a bordo de un gigantesco carguero, acondicionado, donde conviven todos los vendedores de recuerdos, con los reclutadores y el siniestro MVB, mientras dure el tiempo de transferencia de las experiencias humanas. 
En definitiva, es una buena obra una vez leída. Obviamente, y como vengo advirtiendo últimamente,  los autores van reciclando sus ideas. Esta novela me recordó a otras publicaciones de Carrigan como «Club para gente encantadora» o «En estado de muerte», ambas de Selección Terror. El final o clímax está bien resuelto, aunque no es del todo inesperado. Vale la pena leerla. Gran cubierta de Bernal, que no tiene relación con la trama. Esta vez le doy :

(buena).

Alfredo Velazquez

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