El dueño estaba orientado junto a la puerta.
Cuando vio al nuevo cliente le dijo :
— Espere, que ahora termino.
— No se preocupe, amigo. Tengo que degollar a uno antes, de modo que ahora vuelvo.
— No le dará tiempo. Ya lo degollará mañana.
— Bueno, si usted me lo aconseja...
El otro se abrochó la bragueta.
***
— ¿ Quiere une hamaca para pasar la noche ?
— Hombre, a lo mejor sí.
— Pues tome esta toalla y esta pastilla de jabón.
— ¿ Para qué ?
— Para lavar a la chamaca. Si se mete en la cama con ella tal como venga, tendrá que saltar por la ventana.
Silver Kane
Los difuntos son cosa fina
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