viernes, 9 de abril de 2021

Jane Blonde







Relato publicado en el segundo número de «Sexy Colt» y más que probablemente escrito por Miguel González Casquel, también conocido como Michael O'Clement.

Marcial Lafuente Estefanía Serie Oro, Editorial Bruguera (1985 — 1986)


1985

01 : Marcial Lafuente Estefanía : El imperio de los sin ley
02 : Marcial Lafuente Estefanía : Plomo en Monterrey

1986

03 : Marcial Lafuente Estefanía : Decidido con el Colt
04 : Marcial Lafuente Estefanía : Vanidad de pistolero
05 : Marcial Lafuente Estefanía : El infalible Jesse
06 : Marcial Lafuente Estefanía : Castigo implacable
07 : Marcial Lafuente Estefanía : Rural y pistolero
08 : Marcial Lafuente Estefanía : «Gélido Bob»
09 : Marcial Lafuente Estefanía : Una sola palabra : ¡ Muerte !
10 : Marcial Lafuente Estefanía : Plomo para dos
11 : Marcial Lafuente Estefanía : El lenguaje de las armas
12 : Marcial Lafuente Estefanía : Saloon Virginia
13 : Marcial Lafuente Estefanía : Antes matar que morir
14 : Marcial Lafuente Estefanía : Rubricado con plomo
15 : Marcial Lafuente Estefanía : Cita de pistoleros
16 : Marcial Lafuente Estefanía : «Doctor Látigo»
17 : Marcial Lafuente Estefanía : El silencio de la muerte
18 : Marcial Lafuente Estefanía : Nido de cobardes

Títulos anunciados de próxima aparición, pero no sé si han sido realmente publicados :

19 : Marcial Lafuente Estefanía : «Abilene murder»
20 : Marcial Lafuente Estefanía : La senda del pistolero

Cuaderno grapado. 64 páginas más cubierta. 22 x 15.

Lucrezia Barbahigo







Relato publicado en el primer número de «Sexy Colt» y más que probablemente escrito por Miguel González Casquel, también conocido como Michael O'Clement.

Perlas de la sabiduría bolsilibresca XVIII


— Los padres no tienen derecho a imponer un marido a sus hijas, como si estuviésemos en la Edad Media, Patty. Eso pasó de moda hace años, querida. Aquí, en San Luis, los derechos de la mujer empiezan a ser respetados. Ya se acabó aquello de que los padres nos buscaban marido desde el instante en que lanzábamos el primer berrido. Ahora sólo tienen el deber de deslomarse como burros para que nosotras podamos lucirnos y dedicarnos plenamente a la caza del hombre.

Ray Lester
Un pistolero en la familia

jueves, 8 de abril de 2021

Los linotipistas creativos VIII


Anthony sabía que había sufrido mucho; la había oído quejarse frecuentemente en sus largas noches de vela junto a su lecho de dolor, mientras expiaba la puerta de la habitación por si acaso su padre entraba...

María Luisa Fillias de Becker
La puerta cerrada

martes, 6 de abril de 2021

A todo gas XI

Punto rojo 1132

Aceptando, para ayudar a su hermanito que acaba de sufrir un accidente con su moto-scooter, entregar un paquete de noche en una calle de París, Maurice no sólo va a encontrar el amor (como debe ser) sino también muchos problemas...


Obra, además de bien escrita y con toques de humor, cautivadora por su estructura, proponiendo varias subtramas que se concatenan y, poco a poco, una tras otra, se resuelven, asegurando así un interés continuo hasta saber por fin el busilis del asunto.
Cabe señalar que si, afortunadamente quería decir, la turbadora reaparición de la chica no será desarrollado en modo «trivialmente» hitchcockiano, en cambio habrá sí un guiño muy acertado (y con una situación mucho más verosímil que en el original) a «La ventana indiscreta» del gordinflón Alfred. Lo que hace de esta novela de detective aficionado otra perla ochentera de Barby.

Como siempre : ¡ un sincero agradecimiento al compañero Rualrevit por tomarse el tiempo y la molestia de repasar mis textos !

miércoles, 31 de marzo de 2021

El viaje mágico de Nico y Cleo

Biblioteca del Niño Raro 1

¡ Todo un descubrimiento !
Garland no suele ser santo de mi devoción (de todos modos... ¡ soy ferozmente ateo !) pero este pequeño libro, hecho con gusto y cariño, que recoje las cuatro aventuras vividas por Nico y Cleo, me ha maravillado.
Sin duda, algunos aspectos de estas narraciones infantiles ya eran superados en el momento de su primera publicación... En particular el tipo de papel reservado a los personajes femeninos (que parecen estar presentes sólo para lloriquear y hacer salvarse por el chico protagonista). Algo que, por supuesto, no puede ser del agrado de uno, como yo, criado leyendo afanosamente las aventuras de Fantomette (aventuras que fueron también publicadas por Toray, como las de Nico y Cleo)... Tampoco me estimula mucho este imaginario catastrofista, tributario de Julio Verne, en el cual la mayoría de las otras formas de vida sólo pueden proporcionar nuevas y terribles amenazas... Sobre todo porque, además de ser un punto de vista condicionado por el capitalismo (que trata así de justificar sus ganas de aplastarlo todo para extenderse hasta reventar), muchas veces induce errores ridículos, dignos de unos totales ignorantes. Como por ejemplo transformar en monstruos aterradores a animales tan inofensivo como los pulpos (algo que sucede en «Veinte mil leguas de viaje submarino») o aquí, pisando las huellas del odioso Spielberg, discriminando a los tiburones, haciendo hincapié en la supuesta ferocidad de esta especie (que todavía nunca podrá alcanzar la de los hombres, pero eso es otra historia)...
Por el resto, estos breves textos son una delicia...
Llenos de inventiva, de amor y respeto por la naturaleza y de referencias literarias, escritos en un estilo mucho más ameno que el habitual del autor, resaltan inteligentemente el poder de la imaginación y hacen soñar despiertos (tal como las magníficas ilustraciones de Nicolás Martínez Cerezo)...
¡ Una delicia os digo !

Pedidos en la web de Matraca

P.D. : Lo único malo del libro es que, en complemento a las aventuras de Nico y Cleo, se nos propone la lista de «las ciento treinta y tres mejores películas del cine español» y no sólo no hay ni una de Jesús Franco (ni siquiera «Tenemos 18 años» — a pesar de que, más del «Niño Raro» que esta peli, no se puede...) sino que hay muchas de este infumable oportunista sin talento de Almodóvar... No lo entiendo, la verdad... Creía que sólo a los franceses le gustaba el cine de este inepto... Mejor me voy a ver otra vez «La reina del Tabarín»... ¡ Ciao !