lunes, 11 de agosto de 2025
domingo, 10 de agosto de 2025
Lou Carrigan : El comprador de recuerdos
Publicado en febrero de 1982.
Portada de Antonio Bernal.
Extraña novela de Lou Carrigan, la que me costó entender de entrada. Claro, comienza con una introducción llamada El Narrador Especial, ya inmersa en la trama, y por eso no terminamos de comprender. Luego sí, pasamos al capítulo 1, y desandamos el camino recorrido.
Helmutt Webber es un joven apuesto, mundano y elegante. Se ocupa de reclutar gente, generalmente interesante o importante, para hacerles un extraño ofrecimiento : comprarles sus recuerdos. No con dinero, sino con la promesa de cumplir sus deseos o aspiraciones en lo material o laboral. Si el candidato acepta, debe dirigirse a Amberes, en Bélgica, y esperar instrucciones. Y si no acepta, bueno, no es la mejor decisión negarse a vender tus recuerdos, te puede costar que ¡ te corten la cabeza... !
Confieso que, pese a estar bien escrita desde el comienzo, la idea de esta obra me pareció un poco boba. Eso de comprar recuerdos me pareció algo intangible e inconducente, hasta que... nos enteramos de que el comprador es un tal Mayer Van Bercken... un escalofriante robot conocido como ¡ MVB... ! Me gustan las historias de robots, suelen dar miedo (esta novela en particular me recordó un relato de ciencia ficción de Robert Bloch, de 1943, llamado «Casi humano»). Y la idea de MVB, un autómata independiente, es absorber los recuerdos y conocimientos de varias personas, para ir alcanzando con el tiempo cualidades humanas. Hay un pasaje en que, en mitad de la noche, en una habitación casi oscura, solamente resplandor rojizo y paredes negras, el robot quiere tener sexo con una mujer. La idea te produce un repeluzno extraño, para nada gracioso (al menos para mí).
Toda la acción transcurre a bordo de un gigantesco carguero, acondicionado, donde conviven todos los vendedores de recuerdos, con los reclutadores y el siniestro MVB, mientras dure el tiempo de transferencia de las experiencias humanas.
En definitiva, es una buena obra una vez leída. Obviamente, y como vengo advirtiendo últimamente, los autores van reciclando sus ideas. Esta novela me recordó a otras publicaciones de Carrigan como «Club para gente encantadora» o «En estado de muerte», ambas de Selección Terror. El final o clímax está bien resuelto, aunque no es del todo inesperado. Vale la pena leerla. Gran cubierta de Bernal, que no tiene relación con la trama. Esta vez le doy :
(buena).
Alfredo Velazquez
sábado, 9 de agosto de 2025
«Colección Armiño», Ediciones Toray (194-)
01 : H.C. Granch : Un beso en la noche
02 : María de los Ángeles Cuenca : Jugar con fuego
03 :
04 : H.C. Granch : El escapulario
05 : Amaya Elola : Gala en el náutico
06 :
07 :
08 : Amaya Elola : Un hombre fue la causa
09 : Regina Opisso : La novia espera
10 : Mercedes Flores : Hasta llegar a ella
11 :
12 : María Marti : La noche trajo un amor
13 : Cecilia A. Mántua : Sucedió en un taxi
14 : Silvia Roderick : El amor vence al amor
15 : Paul Tudor : Ojos del desierto
16 : Loto : La dama enigmática
17 : María de los Ángeles Cuenca : Paraíso para dos
18 : H.C. Granch : Niebla en el alma
19 : María del Carmen López : Mi capitán
20 : Agueda de Vianney : Esclavo de la ambición
21 : Maria Luz Padilla : La huella del pasado
22 : Josemart : Luchas de adolescentes
23 : María de los Ángeles Cuenca : Si entregas tu corazón
24 : Luis Elías : Herminia la solterona
25 : P.V. Dugi y A. Mg. Aldasoro : Mecanógrafa en vacaciones
26 : María del Carmen López : Volvamos a vivir
27 : Lissette : La reina de la fiesta
28 :
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viernes, 8 de agosto de 2025
H.C. Granch : La Literatura Maravillosa de los Negros
LA LITERATURA MARAVILLOSA DE LOS NEGROS
Con interés creciente, desde mediados del siglo pasado, misioneros, funcionarios, exploradores y folkloristas (1), han recogido —de los basutos, cafres, zulues, bámbaras, hotentotes, herreros, sudaneses, senegaleses, malgachos, y otros pueblos y tribus— un material inmenso de leyendas heroicas, cosmogónicas y metafísicas, cuentos maravillosos y de brujas y genios, fábulas y apólogos. Estos sabios y exploradores, franceses, ingleses y alemanes, han podido comprobar que en el África ignota y misteriosa existe una literatura exuberante y llena de maravilla, especialmente en el África meridional, homogénea en sus grandes líneas y procedente de una mentalidad común al hombre.
En esa África desconocida existen tradiciones que no han sido todavía desnaturalizadas por completo; y en las regiones vírgenes conservan aún su pureza.
Esta literatura, oral en absoluto, florece desde tiempo inmemorial y ha adquirido, de generación
en generación, una riqueza y una amplitud enormes ya. Si exceptuamos una minoría de musulmanes instruidos y versados en la lengua árabe, no hay literatura escrita y, por tanto, que pueda competir.
El fondo de los relatos y la manera con que son tratados los mantienen al nivel de los cuentos populares indoeuropeos o semitas, con los cuales ofrecen manifiestas semejanzas.
***
A la luz vacilante del fuego, junto al cual se prolongan las veladas, o bien bañados con la luz lechosa de una noche de luna, viejos cuentistas negros, verdaderos rapsodas, gustan de narrar sus cuentos. La penumbra añade su encanto de misterio a lo maravilloso o pintoresco de sus narraciones. Si la impresión se hace excesivamente angustiosa, un cuento cómico o fanfarrón o una fábula satírica disipan el terror que comienza a pesar sobre el auditorio.
Así son estos narradores y de ellos ese caudal inagotable; para sus leyendas gustan los rapsodas negros de la semioscuridad y evitan contarlas a la luz del sol.
***
Para nuestra colección, deliberadamente hemos preferido las narraciones de las regiones negras, esas que podríamos llamar vírgenes, para así evitar consignar los cuentos demasiado parecidos con los ya muy conocidos europeos.
También los negros, queridos niños, tienen su Caperucita Roja, su Piel de Asno, su Graciosa y Percinet, sus Seis Compañeros, su Juan Valiente, etc., etc. Y aunque carecen de un Pulgarcito, tienen, en cambio, una serie de Negritos, que son también niños precoces.
Lo más notable es que, de esos cuentos llamados de Grimm o de Perrault, o de Madame d’Aulnoy, etc., que en realidad son de tipo universal la mayoría, también los negritos tienen numerosas variantes, como atestiguan folkloristas eruditos e imparciales, que han recorrido regiones tan distantes como el Congo y Madagascar, el Sudán y Angola, el Senegal y las regiones del Níger.
Todo ello demuestra lo que dejamos apuntado: la existencia de una semejanza de concepción dentro de la unidad humana. Pues estos cuentos, cuyo origen se remonta a las primitivas épocas de la Humanidad, son prueba fehaciente de que, desde entonces acá, no se ha hecho más que repetir lo que los primitivos concibieron.
Muchos volúmenes podrían reunirse de la Literatura Maravillosa de los Negros; y esperamos que esta muestra de ensayo sea del agrado de nuestros pequeños y solaz de quien sea el que los lea.
H.C. Granch
Tomado de «Cuentos populares africanos», Editorial Molino (1944)
jueves, 7 de agosto de 2025
«Colección Sullivan», Editorial Cisne (1947 — 1948)
01 : H.C. Granch : El caso de los tacones cortados
02 : H.C. Granch : El Halcón
03 : H.C. Granch : Un crimen en la sombra
04 : H.C. Granch : El cadáver riente
05 : H.C. Granch : Los bombones envenenados
06 : H.C. Granch : El caso de la muchacha confiada
07 : H.C. Granch : El enigma del collar
1948
08 : H.C. Granch : El misterio del monóculo desaparecido
09 : H.C. Granch : Una coartada magnífica
10 : H.C. Granch : Pistas secretas
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