— Pero no dudarás en meterme otra vez en una celda.
— No te encerraremos de nuevo en prisión.
(...)
— Pero he robado algunos bancos.
— ¿ Y qué ? Los banqueros se pasan el día robando a la gente honrada y nadie los lleva a prisión.
(...)
— Son unos tipos despreciables, Adam. Se aprovechan de las leyes para apretar las clavijas a todo el mundo.
Ray Lester
Dos chicas con dinamita
No hay comentarios:
Publicar un comentario