sábado, 6 de enero de 2024

Viajes en el tiempo low cost


Reseñando este segundo bolsi de Alan Dick Jr., no malgastaré mi tiempo (y el de mis posibles lectores) limitándome en compararlo tontamente con «Pulp reality» para decir cuál de los dos me gustó más, sino que trataré de hacer un primer balance de las aptitudes como narrador de nuestro joven bolsilibrista...
Primero, hay que decir que Alfonso confirma todo lo bueno que se podía pensar de él después de haber leído las desventuras de Suda Chikao. En efecto, con «Viajes en el tiempo low cost», sigue conservando lo mejor del formato bolsi (estilo ameno, acción trepidante, cero aburrimiento), sin sus defectos (como el final necesariamente feliz que, después de un tiempo, empieza a joder seriamente). Pero, además, añade de lo suyo, con una constante crítica social, una deleitable tendencia a la metaliteratura o la elección de estructuras narrativas y temas menos recorridos por los que lo precedieron.
En cuanto a la cuestión de los personajes (si son bien desarrollado o no, para entendernos), creo que es hora de poner fin de una vez a uno de los mayores malentendidos relacionados con este tipo de literatura: sí, señores, los protagonistas son (muchas veces) estereotipados en los bolsilibros, pero esto es ¡totalmente irrelevante!
Aquí, lo más importante no son los personajes (recurso facilón para suscitar identificación y tratar de ocultar al consumidor que los acontecimientos narrados son sin interés — ¡¿por qué, de repente, me viene a la mente un nombre: Hollywood?!), sino la historia en su conjunto. O, dicho de otro modo, lo que importa, además del divertimiento inmediato, es lo que el relato deja entender, entre líneas, de la personalidad del que lo escribió y de la sociedad de la cual es fruto. Así de simple.
Sin embargo, en un tiempo en el cual hay, por desgracia, más alabadores de la última mierda producida por Netflix, con héroes a la individualidad desarrollada durante media docena de episodios, que de películas como «Diamantes de la noche» de Jan Nemec, tal vez se trata de un concepto que ya no se puede entender...
Volviendo a las aptitudes del amigo Alfonso M. González, perdón Alan Dick Jr., como ya he dicho todo lo bueno que uno se puede esperar de él, queda donde duele. O sea que, si resulta evidente que nuestro joven bolsilibrista conoce todos los trucos del oficio, le falta todavía un poco de práctica para que el lector, precisamente, no sé dé cuenta de que, a veces, se tratan de trucos.
En cualquier caso, «Viajes en el tiempo low cost» resulta una lectura más que recomendable, que oscila inteligentemente entre aventura pura (con algunas escenas subidas de tono) y denuncia social, pasado y futuro, y que, en toda lógica, da ganas de leer otras obras del mismo autor.
¡Enhorabuena Alfonso!

Stéphane Venanzi

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