Ruth se sentó en el suelo, la espada pegada a la pared y las piernas tan encogidas que casi se tocaba las rodillas con su barbilla.
***
El patilludo no estaba para explicaciones, y le soltó un feloz* revés.
Joseph Berna
Los mejores puños de Montana
* Que sería un revés tan feroz como veloz, por supuesto...
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