sábado, 7 de junio de 2025

Sábado ciné : Vacaciones sangrientas


Vacaciones sangrientas (1973)
Director : Juan Jaime Bernos.
Guion : Rafael Marina.
Historia : José María Lliró Olivé.
Reparto : Wal Davis, Ada Tauler, Roberto Camardiel, Frank Braña, Ágata Lys, Antonio Almorós, Luis Barboo.


Para ver la película, pinchad aquí
























Y si queréis leer algunas consideraciones mías sobre las adaptaciones cinematográficas de bolsilibros, pinchad aquí.

«Apache», De Pablo Editorial (1982)


1982

01 : 
02 : 
03 : Lucky Marty : La morada del diablo
04 : 
05 : Gordon Lumas : Un pistolero muy original
06 : Peter Kapra : «Canalla Kid»
07 : Peter Kapra : Gun-man
08 : Peter Kapra : Nido de canallas
09 : Gordon Lumas : Sangre en el desierto
10 : Peter Kapra : Oro maldito
11 : Gordon Lumas : Dos forajidos
12 : Peter Kapra : Ataque al amanecer

Sin datos por el momento :

Gordon Lumas : «Ley» se escribe con plomo
Lucky Marty : Un mal golpe
Lucky Marty : Mundo de hombres

Es posible que la colección haya cambiado de nombre después del número 8, llamándose entonces «New México». Si alguien pudiera confirmarlo (o no) todos los lectores de este blog se lo agradecerían, sin lugar a dudas.

Rústica. 96 páginas más cubierta. 10,5 x 15.

viernes, 6 de junio de 2025

Burton Hare : El horror sin nombre


«Selección Terror» número 147.
Publicado en diciembre de 1975.
Portada de Rafael Cortiella.

Robert Kernigan, aventurero, cazador y guía de turismo en África, es invitado a pasar un fin de semana en Dornutt, en algún lugar de Inglaterra. Zona pantanosa y sombría. Fue llamado por su amigo George Brittles, el dueño de Middel Manor. No fue el único invitado, otros cuatro también fueron llamados. Todos amigos y con un pasado en común, allá en la India. Al bajar del tren, Kernigan conoce a dos hermosas pasajeras, que también iban hacia Middel Manor, aunque sin invitación. En un entorno un tanto opresivo, George informa que los ha hecho venir a los cuatro, para no volverse loco. Una amenaza muy cierta e increíble se cierne sobre él, aunque sus amigos dudan de que esto sea tan así...
Una gran novela de Burton Hare, o José María Lliró Olivé, que lo mantiene a uno absorbido todo el tiempo, y con una gran intriga. Es una atmósfera lóbrega, con lluvia casi todo el tiempo, en una mansión que tal vez está encantada... ? Me sorprende ver la calidad de muchas novelas en los primeros números de «Selección Terror», y que luego, al correr de los mismos, fueron decayendo un poco. Acá tenemos dos tramas yuxtapuestas : por un lado, la locura del dueño de la mansión, quien está obsesionado con un hecho ocurrido en la India hace diez años atrás, y que lo hace sentir culpable y amenazado, pese a que sus amigos le digan que no y traten de ayudarlo. Y por el otro lado, alguien está asesinando a cada uno de los invitados de Brittles, como lo haría la cosa u objeto al que tanto miedo le tiene este último. Y no podemos saber por dónde van los tiros, casi hasta el final... !
Digamos ya que los misterios se resuelven como cualquier novela policial, es decir hay «Scooby-Doo». De hecho, una de las tramas (esto tal vez sea un punto flojo) tiene un culpable bastante predecible desde el principio, aunque no sabemos cómo. Y al explicarlo, vemos que la solución está bastante tirada de los pelos. La otra trama, la de los asesinatos, por el contrario, resulta en un final bastante inesperado y no tan fácil de adivinar, y hasta tiene tintes dolorosos, en especial para Kernigan.
Me siento magnánimo con mis últimas lecturas, y aunque esta novela tiene algunas flojeras, por el entretenimiento que me dio, la intriga, la atmósfera y lo bien escrita que está, le voy a poner :

(muy buena).

Ah, me olvidaba... muy buena la cubierta... ! aunque nada tiene que ver con el interior...

Alfredo Velazquez

jueves, 5 de junio de 2025

Entrevista a la hija de Burton Hare, Dª Esther Lliró, parte 2

José María Lliró Olivé por

Entrevista realizada, entre los meses de enero y octubre de 2019 y publicada por primera vez en el volumen «Burton Hare : A sangre y fuego» (Asociación Cultural Hispanoamericana Amigos del Bolsilibro — Mayo 2020).

La primera parte pinchando aquí.

—¿José María escribía más por la mañana o por la noche?
—El 90% era por la noche, solo escribía por el día cuando tenía que acabar alguna novela. El teclear de la máquina de escribir todas las noches era el sonido habitual en mi casa… (risas)

—Así que tenía el día libre... ¿Y qué hacía tu padre durante la jornada? ¿Tenía algún pasatiempo? ¿Una pasión?
—Generalmente por el día leía y tomaba apuntes para sus novelas y luego escribía por la noche. Podía hacer cualquier cosa, era un «manitas» y tan pronto te arreglaba cualquier cosa, como se ponía a pintar, o te construía lo que fuese. Hasta llegó a construir su propia casa, donde vivía en Les Fonts de Terrassa. Pero su gran pasión era la lectura.

—¿Después de convertirse en escritor profesional, tu padre seguía leyendo a sus colegas? He visto en su biblioteca, entre otros, un libro de Fred Dennis, perteneciente a una colección de la editorial Ferma en la que tu padre publicaba en la misma época...
—Sí, siempre leía a sus colegas u otros libros.

—¿Sabías que, por lo menos una vez, José María revendió a Bruguera la misma novela, ligeramente modificada, con otro título?
—Sí, claro. En ocasiones le pedían hasta tres novelas en una semana. Si no hacía eso era imposible escribir tres novelas en siete días (risas). Otras veces lo hacia cuando cambiaba de editorial.

—A veces, al leer sus novelas policíacas, tengo la impresión de seguir un reportaje de denuncia social. ¿Le interesaba mucho la actualidad?
—Sí, era un defensor de la justicia, valores que por supuesto me transmitió. Siempre leía todas las noticias, y desde que se metió en el mundo de la informática leía los periódicos de medio mundo cada día. Por suerte, siempre tuvo la cabeza perfecta, y hasta el último día de su vida estuvo leyendo.

—¿Te hablaba de lo que le molestaba? Tengo la impresión, como lector, pero quizás me equivoque, que odiaba la injusticia, que no podía soportarla... ¿Es cierto?
—Sí, como te digo la odiaba y se revelaba, ya fuera de derechas como de izquierdas como del centro. La injusticia como tal no la soportaba. Lo bueno de tener los conocimientos de todas las partes, era que te justificaba todo con datos, así que estaba claro el porqué despotricaba cuando algo era injusto.

—Cuando eras una niña o una adolescente, ¿sabías qué trabajo hacía tu padre? ¿Y qué significaba para ti que fuera escritor?
—Sí, perfectamente. Claro que lo sabía y para mi era todo un orgullo, ya te digo que el tecleado de la maquina de escribir eran las «nanas» nocturnas. Me encantaba. Cuando tenía ocasión, le acompañaba a la sede de Bruguera a entregar las novelas. Entre otras cosas porque sabía que así me regalaban los tebeos (risas).

—¿Alguna vez leíste sus novelas en ese momento? ¿Y hoy?
—Sí, sí que las leía en su momento, pero menos de las que debería. Hoy también leo, pero mucho menos de lo que debería. Tengo muy poco tiempo y cuando puedo leer siempre es algo relacionado con mi profesión. Es una pena pero me faltan muchísimas novelas suyas por leer. ¡Una de tantas cosas que tengo pendiente!

—¿Cómo te sentías al ver los libros de tu padre en los quioscos, cuando ibas a la escuela o caminabas por la calle?
—Como para mi era un orgullo me hacía ilusión. Pero también he de decirte que como era algo normal, verlas en los quioscos, tampoco era una cosa que me sorprendiera. Me hace mucha más ilusión ahora, cuando ocasionalmente veo alguna en alguna feria del libro antiguo o de segunda mano.

—¿Hablabas de los libros de tu padre con tus compañeros de clase? ¿Les dijiste quién se escondía detrás de los seudónimos de Burton Hare o Gordon Lumas? ¿Y cuál fue su reacción?
—Sí, claro, lo contaba siempre y lo recuerdo con naturalidad. A veces caras de sorpresa, pero ya te digo que eran temas habituales y normales para mí. Todos mis amigos sabían perfectamente a que se dedicaba mi padre y que firmaba con esos pseudónimos. Sorprendía más cuando, ya prácticamente, dejaron de verse las novelas en los quioscos; o incluso ahora, cuando se lo cuento a la gente.

—Frédéric Dard, un gran novelista francés, autor de las aventuras del comisario San-Antonio, con miles de ejemplares vendidos, redactaba a menudo los ensayos de su hija, pero, curiosamente, cada vez obtenía más malas notas (risas) ¿Ocurrió alguna vez, cuando todavía estabas en la escuela, que tu padre te ayudó a escribir algún trabajo?
—Sí, por desgracia, la habilidad en la escritura no la heredé (risas) y me ayudaba muchas veces a corregir o rectificar redacciones o lo que fuese. Te contaré una anécdota. Cuando estaba en COU, tenia una profesora del Opus Dei, yo que, por supuesto, no comulgo con esa ideología, en esa época rebelde, claramente se lo manifesté a la profesora. Craso error, porque me juró y perjuró que no me aprobaría jamás. Así pasó. Hablé con los directivos y me dieron la oportunidad de hacer una redacción, cuyo tema no recuerdo, y según como la escribiera, me aprobarían. Cuando se lo expliqué a mi padre me hizo un escrito que, recuerdo, era brutal, e incluso pensé que la profesora se daría cuenta que no podía haberlo escrito yo. ¡¡¡No tuvo más remedio que ponerme un «5» porque estaba bastante bien!!! Te aseguro que era imposible suspenderme de lo bueno que era el escrito. Le costó una ulcera gástrica a la pobre señora, pero no pudo más que ponerme un cinquillo (risas).

—¿A José María le habría gustado que fueras escritora? ¿Te animó alguna vez a serlo?
—¡No! Mi padre, como hombre muy inteligente que era, sabía perfectamente que hubiera sido una mala escritora, y como desde el principio siempre me decliné por la medicina, me apoyó en todo momento. Ni siquiera me dijo nunca que leyera una novela suya. Lo hacía porque yo quería, pero jamás me lo pidió.

—Si alguien que nunca leyó nada de tu padre quisiera descubrir sus escritos, ¿qué títulos le recomendarías para empezar?
—¡¡Aquí sí que me has cogido!! No sabría decirte… (risas).

—De eso no tienes por qué preocuparte; ACHAB ya lo hizo por ti (risas).

miércoles, 4 de junio de 2025

Bolsilibros y gastronomía XLIV

Raviolis de gorgonzola caseros

Pastel con cerezas del jardín

«Busca tu aventura», Editorial Astri (1989)


1989

01 : Eugenio Sotillos : Pánico en las nubes
02 : José María Lliró Olivé : El hombre de las estrellas
03 : Eugenio Sotillos : La moto fantástica
04 : Eugenio Sotillos : La mariposa de oro


Rústica. 96 páginas más cubierta. 11 x 17.

Porrtadas : «Busca tu aventura», Editorial Astri (1989)




Burton Hare : Pesadilla de deseo y de sangre


«Selección Terror» número 308.
Publicado en enero de 1979.
Portada de Antonio Bernal.

Un clima de terror y zozobra se vive en un pueblo, cuando en las noches una misteriosa amenaza desconocida, una entidad monstruosa, que se intuye pero nadie ve, acaba con las vidas de aquellos que se aventuran a salir, destrozándolos de formas espeluznantes. Y una chica del lugar, llamada Peggy, siente que esa entidad, por alguna siniestra razón, la persigue y acosa a ella.
Reseña escrita ex profeso en esta semana, para ser publicada en el blog ; semana dedicada a examinar la gran obra bolsilibresca de Burton Hare, o José María Lliró Olivé, con diversos artículos, siendo que en este año 2025 se cumplen cien años de su natalicio. No es mucho lo que sabemos de este gran autor, o al menos yo.
En cuanto a esta novela, una interesante obra, terrorífica por momentos, y con una intriga casi constante por querer saber si existe tal criatura monstruosa, y que nadie ha visto y sobrevivido para contarlo. Solo el sheriff, o comisario, intenta hacer algo frente a la apatía y temor generalizados, ayudado por un ex habitante que emigró hace algunos años a Los Ángeles y que regresó, llamado por la citada Peggy, para que la ayude con su temor y pesadillas recurrentes, acerca de un monstruo que la vigila y acecha. Monstruo que ciertamente nos revelará un trasfondo mucho más horrendo que cualquier pesadilla.
Si se quiere, algún fallo le podremos encontrar, pero en líneas generales la lectura no decae en su ritmo y tiene un final adecuado, tal vez no del todo inesperado. No revelo más detalles para que el lector se sumerja en esta experiencia. 
Gran portada de Bernal, genérica. Me gustó esta novela. Mi puntuación esta vez es de :

(buena).

Alfredo Velazquez

martes, 3 de junio de 2025

Burton Hare : El arte de la evidencia


Prólogo para el volumen 
«Burton Hare : A sangre y fuego» (Asociación Cultural Hispanoamericana Amigos del Bolsilibro — Mayo 2020).

Lo primero que me impresiona, cada vez que comienzo un libro de Burton Hare, o Gordon Lumas —José María Lliró Olivé es su nombre real—, es el estilo. Como toda la literatura popular, los bolsilibros tienen fama de estar muy mal escritos. Obviamente es una idea preconcebida y, en la mayoría de los casos, completamente errónea (¡como todas las ideas preconcebidas!). Además, esta acusación de mediocridad se fundamenta, en la mayoría de los casos, en una lectura superficial de estos pequeños, pero fantásticos, libros.
Es cierto que, a veces, sucede que la prosa de un autor (le ocurre a los mejores, e incluso a mis autores favoritos) puede ser traicionada sobre la marcha debido a la prisa con la que se escribieron estas rocambolescas historias.
Pero lo mismo pasa al contrario. Muchos de los llamados libros serios están horriblemente mal escritos, son aburridos y, lo que es más, al ser retocados por un batallón de correctores de estilos, son de una banalidad solo equiparable a los guiones del cine de Hollywood de los últimos cuarenta años.
Pues sí, ¡tenemos todo el derecho a preferir una narrativa viva —llena de giros y anotaciones ideológicamente agradables (es decir, de izquierdas); incluso si esta adolece de algunos errores de sintaxis o de una o dos oraciones mal construidas—, a historias sin asperezas que le besuqueen el culo al capitalismo!
De la misma manera que uno puede sentir mucho más placer —intelectualmente hablando, pero no solo— viendo los delirios, sin blanca, del tío Jess, en lugar de aguantar los bodrios pretenciosos y moralizadores de un Steven Spielberg, o las estupideces infantiles de un George Lucas, dos de los peores sepultureros del cine moderno.
En resumen, lo que más me impresiona —no importa que título empiece a leer— de Burton Hare, es su estilo. Por su eficiencia, por supuesto, pero sobre todo por su evidencia.
Porque puedo asegurarte, yo que pretendo ser capaz de escribir historias pulp (ya he publicado cuatro títulos para un editor suizo y al menos, de momento, otros ocho más en autoedición), al contrario de lo que la mayoría suele pensar hoy en día, es mucho más fácil garabatear párrafos largos, desbordados de palabras inútiles, que organizar las ideas en oraciones cortas y contundentes.
Sin embargo, en Burton Hare, ¡este milagro de maestría literaria es perpetuo! En sus historias, nada sobra ni nada falta. Desde el principio, las escenas se suceden lógicamente, hasta llevarnos a la resolución de la trama, a su amarga conclusión... Durante la lectura, el ritmo se mantiene continuamente sostenido, sin que el desarrollo de la trama termine precipitándose de forma excesiva... En cuanto a la acción en sí, a semejanza de las motivaciones de los personajes, se describe de una manera clara y comprensible (es decir, justificable)... Hasta tal punto, como dije antes, que el conjunto parece, naturalmente, evidente.
Sin embargo, no es solo el estilo lo que aprecio en la obra de Burton Hare. Además del aspecto de reportaje social, tomado en el acto, que adoptan muchas de sus narraciones, también están sus héroes, la mentalidad con la que los dota.
Antes de continuar, tengo que aclarar que, en el mundo de los bolsilibros, donde los autores eran verdaderos mercenarios de la máquina de escribir, siempre es un poco arriesgado sacar demasiadas conclusiones. Porque, incluso, cuando uno ha leído fervientemente cincuenta (o cien) bolsilibros del mismo autor, no es raro que haya devorado solo la décima o la vigésima parte de su producción total. De todos modos, y por lo que puedo deducir a la luz de mi conocimiento actual, el héroe Hariano es a menudo un hombre rebelde ante una injusticia, sea la que sea. Un hombre en contra, que se opone física e intelectualmente, a un orden establecido. No necesariamente un justiciero, en el sentido engañoso popularizado por Hollywood, pero sí alguien sediento de justicia, aun sabiendo que esta nunca se consigue definitivamente.
Y así es por todas estas razones —pero también por su habilidad para retratar personajes femeninos fuertes, antes de que se convirtiera en una moda sin interés; su idealización conmovedora y trágica a la vez de la pareja; o el lirismo con el cual puede escribir sobre la sexualidad, describiéndola como parte integrante de un todo claramente más grande, pero también, precisamente, como un medio para lograr una armonía transitoria con este todo...— que, en mi opinión, Burton Hare es sin duda ¡uno de los escritores de bolsilibros más apreciable!

Stéphane Venanzi
Escritor e Investigador de Historias Pulp

lunes, 2 de junio de 2025

Entrevista a la hija de Burton Hare, Dª Esther Lliró, parte 1

José María Lliró Olivé alias Burton Hare

Entrevista realizada, entre los meses de enero y octubre de 2019 y publicada por primera vez en el volumen «Burton Hare : A sangre y fuego» (Asociación Cultural Hispanoamericana Amigos del Bolsilibro — Mayo 2020).

—Las primeras novelas de José María cuyo rastro encontré datan de 1961. Fueron publicadas por la editorial Manhattan. ¿Son verdaderamente las primeras, o tuvo otras antes?
—Que yo sepa son las primeras que escribió, si mal no recuerdo las escribía pero como se publicaban en Argentina a mi padre lo ponían como traductor, de esta forma daban la imagen que el autor era extranjero, especialmente americano.

—¿Cómo vino a colaborar con la editorial Manhattan?
—Según me contaba mi padre, todo empezó porque leyó en su día una novela de ellos y le pareció malísima. Les escribió diciendo que como se atrevían a publicar algo tan malo y desde ediciones Manhattan le contestaron que si sabía hacerlo mejor que escribiera él. Y así hizo. Escribió una novela que les envió y empezó a escribir para ellos.

—¿Siempre había querido ser escritor profesional? ¿Y qué hacía como oficio antes de serlo?
—No, como he comentado anteriormente fue escritor por casualidad. Era un gran lector y muy autodidacta. Sabia de todo y de todos los temas. Una persona que a pesar de no haber podido estudiar, por las circunstancias de la época, era muy cultivado. Anteriormente había trabajado en varios oficios, pero cuando empezó a escribir trabajaba en el Liceo de Barcelona como camarero. Siempre lo decía con orgullo. Le encantaba que hubiese conocido a muchas estrellas del momento en persona. Tenía fotos de todas ellas, lástima que entraron a robar a su casa y desaparecieron todos los recuerdos, porque le destrozaron toda la casa.

—La editorial Manhattan publicó sobre todo tebeos. ¿Durante su carrera, José María también escribió tebeos o solamente novelas?
—Solo escribió novelas. Conocía a todos los dibujantes de Editorial Bruguera (no Manhattan) pero nunca se dedicó a ello, aunque he de decirte que era un gran dibujante, incluso pintó algún cuadro.

—¿Pero era, él mismo, aficionado a los tebeos o no? Y si es así, ¿cuáles eran sus dibujantes o sus héroes favoritos?
—Sí que me hablaba de los tebeos, pero no era especialmente aficionado. Los conseguía para dármelos a mí. Me comentaba muchas veces que coincidía con Francisco Ibáñez o José Escobar por Bruguera, de los cuales siempre me hablaba bien, y alguien más pero no recuerdo demasiado.

—¿Qué opinaba de la obligación de utilizar seudónimo para firmar sus novelas?
—Nunca le oí decir nada al respecto, así que he de suponer que no le dio la más mínima importancia. Por esa época, lo que gustaba era que los autores fueran americanos, de ahí que pusieran seudónimos simulando ser extranjeros. Es más, creo que iba aumentando sus seudónimos con orgullo.

—¿Por qué razón, en Bruguera, José María utilizó solo dos seudónimos: uno exclusivamente para las novelas del Oeste —Gordon Lumas— y otro —Burton Hare—, para policíaco, terror y ciencia ficción?
—Creo que quiso diferenciar todos los seudónimos que utilizó anterior a Bruguera, y se limitó a utilizar Gordon Lumas con todas aquellas relacionadas con el Oeste, como tu bien dices, y Burton Hare para  el resto. Nunca me explicó el origen de esos nombres, pero sí he de decirte que se sentía más identificado como Burton Hare… no se por qué. Supongo que, a partir de estar ya consolidado como escritor de novelas, sería para identificar claramente el autor de las mismas. Al principio, en Manhattan, utilizó cinco o seis seudónimos, y además constaba como traductor, no se sabia exactamente quien era el escritor. Limitando los nombres a dos ya se sabia quien era Burton Hare o Gordon Lumas. Hoy en día si hablo con gente de la época, que leía este tipo de novelas, se acuerdan perfectamente de todos los seudónimos, como Silver Kane, Donald Curtis, etc. y es porque siempre eran los mismos autores.

—¿Le gustaban todos los géneros? ¿O prefería algunos más que otros?
—Creo que el que más le gustaba era el policíaco, seguido del Oeste. Todos los demás temas también le gustaban pero en un segundo plano. Tercero pondría Terror y por último el resto.

—Dos de las novelas de José María han sido adaptadas al cine: Trampa mortal (1963) y Vacaciones sangrientas (1974). ¿Sabes si le gustó el resultado? ¿Y la experiencia en sí misma? ¿Trató algún día de trabajar directamente para el mundo del cine o prefería escribir novelas?
—Bueno... siempre opinó que eran bastante malas (risas). Como experiencia le gustó pero no le deslumbró. Desde luego prefería escribir, pero el cine le encantaba. Era un cinéfilo empedernido, pero desde la otra parte de la pantalla. Le gustaba el mundo del cine, de los actores, etc., pero siempre desde fuera. En una película actuó en un papel secundario, pero no logro recordar el nombre de la película, solo sé que fue a rodar a Palma de Mallorca. También explicaba que iba a ver el rodaje de alguna película, pero nada más.

—¿Qué tipo de cine le gustaba más a José María? ¿Y cuál director en particular, si lo sabes?
—Le encantaban las películas antiguas. Siempre decía que como esos actores no ha habido muchos más. En general, le encantaban las policíacas y las del Oeste. Pero no recuerdo que me hablara de ningún director en concreto, aunque con lo cinéfilo que era seguro que lo tenía.

—¿Cuando Astri, su último editor, dejó de publicar novelas inéditas, José María continuó escribiendo o guardó su máquina de escribir en un armario?
—Por desgracia dejó de escribir para editoriales. Coincidió con el descenso de la lectura de las novelas por el público en general, que él se sintió mayor (decía que ya no escribía con la misma facilidad que antes) y que no le encargaron trabajo desde ninguna editorial. Todo sumó para dejarlo profesionalmente. Estuvo escribiendo cosas, inició un libro que tenía pendiente, algunos relatos..., pero todo eso se perdió cuando le robaron el ordenador, y ya no sé más.

—¿José María, como muchos de sus colegas, trabajó algún día como periodista?
—No, como te comentaba, por desgracia, no pudo estudiar ninguna carrera, aunque con su espíritu autodidacta investigaba como si así lo fuera. Solicitaba planos a New York, para poder describirla en sus novelas con total exactitud, lo que había en cada calle, comercios, etc. No es porque fuera mi padre pero tenia una inteligencia privilegiada.

domingo, 1 de junio de 2025

Silver Kane : Un cadáver de segunda mano


«Selección Terror» número 374.
Publicado en abril de 1980.
Portada de Miguel García.

Hoy le toca el turno a Silver Kane (Francisco González Ledesma)...
Desgraciadamente, solo he leído dos títulos de este autor (debo remediar eso) y en este género del terror, así que no sé cómo escribirá las novelas del Oeste o las policiales o las de ciencia ficción. Tengo entendido que suelen ser buenas. En cambio, con la novela que hoy nos ocupa, tengo sensaciones encontradas. Antes que nada, los pongo en tema. Mary y Norma son dos jóvenes universitarias, amigas, que a fin de hacer una tesis o doctorado en sus estudios de agricultura, deciden viajar a un pueblo llamado Scottville, en Iowa, para conseguir ayuda económica del tío de una de ellas, el tío Vance. Ya cerca de la región, se dan cuenta de algo extraño : no hay nadie, entre los trigales y maizales, solo ven tractores y vehículos abandonados. Al llegar a la ciudad, otro tanto : nadie, sólo el tañer de una campana doblando a muerto. Las únicas personas vivas que ven, son tres «gamberros» que las desnudan y violan con la mirada. Y aclaro lo de vivas, porque lo siguiente que ven es el cadáver embalsamado de una joven muchacha, sentada en una oficina del hotel al cual se dirigieron.
Mientras escapan de allí a todo correr, se topan con un vehículo fúnebre, cuyo chófer recorre las calles arrojando puñados de cenizas, que terminan siendo los restos calcinados de... ¡ el tío Vance... !
A partir de allí, se suceden unos hechos extraños que nos hacen pensar que estas chicas, o están locas, o son víctimas de una gran confabulación.
Lo primero que quiero decir es que no me gusta cómo está escrita y desarrollada esta novela, por lo menos los primeros capítulos. No sabría decir por qué. Por momentos me daban ganas de dejar de leerla. Un lenguaje enrevesado a veces, con errores (a una de las protagonistas la llaman Norma a veces y otras Nora, la pistola «Beretta» es llamada «Baretta») y aburrido por momentos. Las protagonistas tampoco ayudan mucho, no generan empatía (al menos a mí), se lo pasan gritando y quejándose y hay un recurso de repetir las frases que me crispa los nervios : ejemplo... ¡ No doy más... ! ¡ No doy maaaaas... ! ¡ NO DOY MAAAAAS... ! Casi que por momentos me daban ganas que las violen de una vez y las maten.
Hay otros personajes, el sheriff y el alcalde, que también son bastante densos. Al sheriff dan ganas de patearle el trasero para que reaccione.
Y todo lo antedicho es una pena que suceda, porque la trama y el argumento de la novela, sin ser muy original, son buenos. No puedo hacer comparaciones con películas, porque develaría el final. Es más, si cambiamos la época y tal vez la ubicación, esta obra se podría haber publicado en, por ejemplo, «Oeste Legendario».
Como ya dije, con solo dos libros leídos de este autor, no puedo sacar una conclusión tajante acerca de sus valores. A los seguidores de Kane puede que les guste esta obra, a mí me dejó algo insatisfecho. Buena la cubierta de García, aunque genérica. Siendo bueno, le doy :

(regular)

Alfredo Velazquez

Cosas de la red XXIX


Ya me parece bastante ridículo querer reivindicar propiedad intelectual respecto a una horrorosa foto como esta, pero, sobre todo, me parece de muy mal gusto la forma en que se ha colocado el logotipo del vendedor...

sábado, 31 de mayo de 2025

Ralph Barby : La sangre exige un precio


«Selección Terror» número 243.
Publicado en octubre de 1977.
Portada de Desilo.

Había que hablar de Ralph Barby.
Rafael Barberán Domínguez, tal su verdadero nombre. Es, junto a Curtis Garland, de los autores que más he leído, y de los que más me gustan. Y quizás ponga a Barby un poquitín más arriba, sus novelas nunca me han decepcionado y siempre logran provocar angustia y desasosiego en el lector. Siempre con una escritura sencilla, fluida, sin tanta prosa recargada. Con lo sobrenatural siempre ahí, aguardando...
Vamos a ceñirnos a esta obrita de la imagen. Etoile Lignée es una jovencita atractiva, pero atribulada. La acusan de ser una bruja y ella misma no sabe si lo es o no. Recuerda que ha hecho y hace cosas horribles y se siente impura y satánica. Sus compañeras de internado, que la acosan y hacen bullying, cierto día la capturan y atan para flagelarla al mejor estilo Ku Klux Klan. Es rescatada por un joven ingeniero y motociclista, Denis Rasoir, que espanta a sus victimarios, pero recibe a cambio una mordida que casi le corta la lengua. No obstante eso, queda prendado, como subyugado por la niña.
Todo transcurre en un pueblito costero llamado Ville Angelic, a cierta distancia de París, donde la creencia en brujas es cosa corriente y donde, sobre un acantilado, se yergue la sombría mansión de los Lignée, donde viven Etoile con sus tíos, Raquel y Victor Lignée, un siniestro personaje y usurero del pueblo, y un primo retrasado llamado Jean, con quien pretenden casarla para perpetuar el linaje.
Espantosos crímenes se van sucediendo y todos son asignados a la bruja Etoile. Denis tratará de demostrarle a ella que no es culpable de nada y querrá llevársela lejos de la influencia de su nefasta familia. Entre tanto, se dedicará también a competir en carreras de motocross y fabricar y diseñar piezas para su motocicleta. En este punto, el autor dedica mucho tiempo a las explicaciones. Tal vez sea un tema que le guste o haya gustado en lo personal.
Una buena obra, no tan dada a lo sobrenatural como otras, salvo un detalle fantástico en el final que no tiene explicación lógica. Es posible que el mismo autor lea esta reseña (y tal vez otras futuras). Aprovecho entonces para declararle mi admiración hacia su obra en el género terror / fantástico y agradecerle por tantas horas felices de lectura en mi adolescencia. Gran portada de Desilo, referida a la trama. Mi puntuación es de :

(buena)

Alfredo Velazquez

Portadas : «Gestas heroicas», Ediciones Safari (195-)