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domingo, 31 de agosto de 2025

Lou Carrigan : Club para gente encantadora


«Selección Terror» número 248.
Publicado en noviembre de 1977.
No se indica el autor de la cubierta.

Lord Wilkesham es encontrado muerto en su departamento, con una expresión desencajada y atroz en su cara, mezcla de terror y placer. Murió sentado y de un infarto, mientras miraba a solas una extraña película. Un hecho raro, ya que ni su mayordomo ni su sobrina nieta, sabían que gustara del cine. El inspector Abel Chesney, de New Scotland Yard, al ver el filme, intuye algo raro. La actriz protagonista le resulta familiar, cara conocida... una chica desaparecida hace más de nueve meses, de la que no se volvió a saber. ¿ Y cual era el papel de la pelirroja en su «mini» rojo, esperando bajo la ventana del fallecido Lord... ? ¿ Cual era su relación  con el Fair Play Club... ?
Una novela interesante de Carrigan, aunque no al nivel de «La carroña está servida». Como vamos siguiendo las investigaciones del protagonista, no hay demasiadas sorpresas y sabemos más o menos para dónde van los tiros. Un poco abrupta la resolución del conflicto final, no el final de la novela en sí, y muy poco terror, casi nada. Buena, pero hasta ahí :

(buena).

Alfredo Velazquez

jueves, 28 de agosto de 2025

Ralph Barby : El fuego y las mariposas


«Selección Terror» número 586.
Publicado en agosto de 1984.
Portada de Salvador Fabá.

Un grupo de chicas atraviesa una terrible tormenta en la noche, manejando un coche que corre riesgo de anegarse en aquella ruta, y con los peligros de un río casi desbordado cercano. Deciden detenerse un rato, pero un hombre extraño que aparece en otro vehículo, les dice que es peligroso mantenerse quietas en el lugar, que es mejor que él las guíe y que sigan sus luces. Luego de un buen rato conduciendo en zonas boscosas, se detienen ante una mansión bastante siniestra, en donde, además de descansar, pasarán horribles experiencias, aunque ellas todavía no lo saben...
Una de las virtudes de Rafael Barberán Dominguez (Ralph Barby), es su facilidad para meternos en un clima angustioso desde los primeros instantes. Me asusté primero pensando que me encontraría con una versión remozada de «La aldea muerta». Pero no. Con tramas que no son rebuscadas o complicadas, Barby logra meternos miedo en determinadas ocasiones, y todo con un aura sobrenatural que sobrecoge y nos hace pensar... ¿ Acaso esto no podrìa ocurrir... ?
Un hombre alto y extraño, a quien no ven el rostro y que luego desaparecerá, es quien les franquea la entrada a la casa, iluminada solo con velas y un extraño fuego en la chimenea, cuyos troncos parecen no consumirse. Las cinco chicas están lideradas por la mayor de ellas y quien conduce el coche, llamada Angie. Todas estudian psicología, salvo una que quiere ser periodista. No son amigas, más bien camaradas. Pero a medida que se distienden y entran en confianza, surgen las confesiones y fantasías sexuales. Una de ellas habla de espiritismo, el cual profesa. Instiga al resto a iniciar una sesión para llamar a los espíritus de aquellos personajes históricos con quienes desearían tener sexo (esta escena en que llaman a los demonios resulta bastante tremebunda)... ¡ craso error... !
Pese a que la propuesta parece algo ridícula, me gustó esta novela. Es opresiva, se palpa el miedo de las protagonistas. Quizás el final es algo precipitado. Al parecer, se acababan las páginas. Cosa extraña, y que se agradece, no hay hombres protagonistas ni romances. 
Aunque nunca la nombro, debemos recordar la importancia de Ángels Gimeno, esposa de Don Rafael, en estas obras ; en definitiva, es quien les da la forma en que llegan a nosotros.
Definitivamente, Ralph Barby y esposa, casi nunca defraudan a la hora del miedo o desasosiego. Nota aparte, esta cubierta de Salvador Fabá ya había aparecido en el número 146 de la colección, para una obra de Curtis Garland : «Internado de diabólicas». Le doy :

(buena).

Alfredo Velazquez

domingo, 24 de agosto de 2025

Curtis Garland : ¿ Qué ha sido de Dolly Doll ?


«Selección Terror» número 87.
Publicado en octubre de 1974.
Portada de Alberto Pujolar.

Durante años, en la era dorada de Hollywood, Dolly Doll fue la reina indiscutida del gore y el Gran Guignol, en cine y teatros. Tan hermosa como macabra, estremecía con sus asesinatos en pantalla, en contraste con su dulce personalidad en la vida real.
En la actualidad de 1974, Dolly Doll ha caído en el más profundo de los olvidos, pero al parecer alguien quiere remediar eso, remedando sus métodos para matar.
Una buena novela de Garland, pero no de las mejores. En principio, incurre en un error, que a los fines artísticos de la novela lo podemos dejar pasar por alto, y es el siguiente : si hay algo que no tenía el cine de terror en los años '30 y '40, era sangre. En «Drácula», de 1931, creo que solo vemos una gota en el dedo de Jonathan Harker. Y aquí, Dolly Doll es una rubia que suele pasearse semidesnuda en camisón transparente, portando un hacha sangrante donde quiera que vaya.
La novela empieza con un prólogo en la actualidad de 1974, donde se nos relatan dos crímenes relacionados con Dolly Doll. El primero ocurre en un cine para nostálgicos, que proyectaba una película de ella, frente a cuatro o cinco trasnochados. Al terminar la función, se encuentran con que uno de ellos se encuentra clavado a la butaca por un bruto cuchillo de carnicero. El otro ocurre poco después del primero, en un teatrucho de marionetas de Grand Guignol poniendo en escena una obra clásica de la blonda asesina, donde, frente a un reducido público, es decapitado el titiritero y su cabeza rodante hace que la gente escape en estampida.
Estos crímenes despiertan en cierto público la curiosidad por saber qué ha pasado con Dolly Doll... ¿ vive, está muerta, tiene relación con estos sucesos actuales... ? Un periodista llamado Richard Scott, redactor en la revista Weekly Show, tratará de echar luces sobre el tema, a través de notas sensacionalistas, y máxime cuando recibe el pedido de una jovencita, que desea que averigüe el paradero de otra artista de la época, rival de Dolly Doll en el arte y tal vez en la vida, llamada Mae Canary, y que era su madre.
Por supuesto, todas las investigaciones llevarán al descubrimiento de un mundo de horror, envidias, celos, tragedias y traiciones, que tal vez hubiese sido mejor dejar oculto.
Uno de los fallos de esta novela, y eso no sé si es por haber leído tantas lecturas afines, o mucho Garland, es que la trama es bastante previsible. El autor lanza un dato casual en algún momento y ese dato, bien ubicado, nos pone en la buena senda.
La lectura también se complejiza porque, a diferencia de «El Rostro del Horror», en donde la acción ocurría en tiempo real, aquí vamos del presente a hechos del pasado, y de aquel al presente. Entonces no se puede estar seguro de nada hasta el final, aunque como ya dije, en esta obra hay bastante de previsible.
Garland suele ser rebuscado y barroco a veces con sus descripciones, vueltero digamos, para contarnos o describirnos algo. Da la sensación de que pone palabras de más para ocupar espacio.
Digamos que la lectura es agradable, hay un cierto homenaje a la película «Freaks» (o «La Parada de los Monstruos»), de Tod Browning (1932), que el autor hace explícita, pero aun así la película nos viene a la mente antes que Garland la nombre. El final es bueno, con una frase que suena a sentencia o aforismo irrevocable. Buena portada de Pujolar, aunque solo reconozco a Chaney padre en esos rostros. Mi puntuación es de :

(buena).

Alfredo Velazquez

martes, 12 de agosto de 2025

«Crimen sex», Editorial Edigens (1978)


1978

01 : La lesbiana asesina
02 : Orgasmo sangriento


03 : Sangre y droga


04 : La modelo sangrienta


Cuaderno grapado. 32 páginas (cubierta incluida). 12 x 17.

domingo, 10 de agosto de 2025

Lou Carrigan : El comprador de recuerdos


«Selección Terror» número 469.
Publicado en febrero de 1982.
Portada de Antonio Bernal.

Extraña novela de Lou Carrigan, la que me costó entender de entrada. Claro, comienza con una introducción llamada El Narrador Especial, ya inmersa en la trama, y por eso no terminamos de comprender. Luego sí, pasamos al capítulo 1, y desandamos el camino recorrido. 
Helmutt Webber es un joven apuesto, mundano y elegante. Se ocupa de reclutar gente, generalmente interesante o importante, para hacerles un extraño ofrecimiento : comprarles sus recuerdos. No con dinero, sino con la promesa de cumplir sus deseos o aspiraciones en lo material o laboral. Si el candidato acepta, debe dirigirse a Amberes, en Bélgica, y esperar instrucciones. Y si no acepta, bueno, no es la mejor decisión negarse a vender tus recuerdos, te puede costar que ¡ te corten la cabeza... !
Confieso que, pese a estar bien escrita desde el comienzo, la idea de esta obra me pareció un poco boba. Eso de comprar recuerdos me pareció algo intangible e inconducente, hasta que... nos enteramos de que el comprador es un tal Mayer Van Bercken... un escalofriante robot conocido como ¡ MVB... ! Me gustan las historias de robots, suelen dar miedo (esta novela en particular me recordó un relato de ciencia ficción de Robert Bloch, de 1943, llamado «Casi humano»). Y la idea de MVB, un autómata independiente, es absorber los recuerdos y conocimientos de varias personas, para ir alcanzando con el tiempo cualidades humanas. Hay un pasaje en que, en mitad de la noche, en una habitación casi oscura, solamente resplandor rojizo y paredes negras, el robot quiere tener sexo con una mujer. La idea te produce un repeluzno extraño, para nada gracioso (al menos para mí). 
Toda la acción transcurre a bordo de un gigantesco carguero, acondicionado, donde conviven todos los vendedores de recuerdos, con los reclutadores y el siniestro MVB, mientras dure el tiempo de transferencia de las experiencias humanas. 
En definitiva, es una buena obra una vez leída. Obviamente, y como vengo advirtiendo últimamente,  los autores van reciclando sus ideas. Esta novela me recordó a otras publicaciones de Carrigan como «Club para gente encantadora» o «En estado de muerte», ambas de Selección Terror. El final o clímax está bien resuelto, aunque no es del todo inesperado. Vale la pena leerla. Gran cubierta de Bernal, que no tiene relación con la trama. Esta vez le doy :

(buena).

Alfredo Velazquez

sábado, 2 de agosto de 2025

Silver Kane : Un dulce hogar en el infierno


«Selección Terror» número 223.
Publicado en junio de 1977.
Portada de Desilo.

Evidentemente, no tengo suerte con el Señor Ledesma.
Dije anteriormente que solo poseo dos novelas de terror de Silver Kane, ya comenté «Un cadáver de segunda mano», y ahora le llegó el turno a ésta, que no entiendo aún por qué se llama como se llama.
Hasta me cuesta hacer una reseña, porque hasta la mitad del libro no entendía cuál era la trama, solo una sucesión de hechos aparentemente sin conexión entre sí, y en la segunda mitad tampoco entendí lo que sucedía, todo cierra recién en las últimas dos páginas. Aun así, la lectura se hace llevadera, precisamente por eso, para encontrar sentido a lo que se nos cuenta. El hilo conductor de todo es un periodista llamado Jess, que debe hacer una nota de rutina en la fiesta que da en su palacete en Washington, la viuda Greschen. Celebración que hace cada año para conmemorar el fin de la 2º Guerra Mundial. Ni bien llega al lugar, una escritora polaca que se suicida arrojándose por la ventana de un piso alto, luego un ex jerarca nazi, que aparece apuñalado en un armario, un cuarto repleto de fotografías en las que se ve media cara, no sé si del mismo personaje o distintas, en las que se ve un solo ojo, una sola oreja, una sola mejilla. Al mismo tiempo, en una mansión abandonada en Lousiana, se encuentran dos amigas adolescentes, una de ellas, hija de los cuidadores. La otra, una fugitiva de la escuela secundaria, ya que la creen loca por haber visto un ovni y a su tripulante. La primera es asesinada, la otra huye a otra parte. Jess busca información, en New York, acerca del muerto del armario, pero intentan matarlo a él. El asesino falla y, en  cambio, muere él. Jess obtiene una foto de una joven que llevaba en su bolsillo, decide ir a ver al fotógrafo que hizo la toma, a un lugar llamado Elmore, adonde debía ir en avión, no era cerca. En Elmore descubre que la chica se llama Lidia y que resultó ser la misma que se fugó del American Family para que no la confinaran por hablar de ovnis y extraterrestres...
Podría seguir y seguir con hechos, pero no les daría idea cabal de la trama. Por supuesto, no hay terror ni nada parecido y sí, hay «Scooby-Doo» al final, donde finalmente entendemos todo. 
Otra vez el irritante, para mí, recurso de la repetición : la figura de cera... la figura de cera... ¡¡¡ LA FIGURA DE CERA... !!! o el otro... actuar... ¡ actuar... ! ¡¡ actuar... !!
Y pensé que, faltando pocos renglones para terminar, zafaría del romance de turno, pero no... Jess, de 25 años, se termina excitando con Lidia y sus juveniles 18 al fin de la novela.
No sé qué decir más, creo que en efecto, Silver Kane debe ser mejor autor de novelas policiales o del Oeste. De hecho, esta novela la podríamos poner más como policial. Pero se deja leer. Sin ser mala, tampoco es sobresaliente. Mi puntuación es de :

(regular).

Alfredo Velazquez

martes, 15 de julio de 2025

Curtis Garland : Espectro


«Selección Terror» número 371.
Publicado en abril de 1980.
Portada de Desilo.

Primero las pesadillas, luego los mensajes amenazantes, más luego las visiones espectrales de su difunto esposo, muerto por un tumor cerebral hacía unos meses, hicieron un infierno de la vida de  Karin Colfax, su joven viuda. Nadie de su entorno, entre ellos su médico de cabecera y su médico psiquiatra, parecen creerla; la policía, informada por el psiquiatra, menos. ¿ Tal vez es un complot de Steve Colfax, hermano del muerto, y de su amante... ? En definitiva, ellos quedaron fuera de la herencia. Pero no hay pruebas en un sentido o en otro. Pero, lo que más aterra a Karin Colfax es que su esposo Frank practicaba oscuros ritos satánicos y le aseguró que... ¡ volvería de entre los muertos ! ¿ Con qué intención... ?
Buena novela de Curtis Garland, ambientada en el presente, o sea comienzos de 1980, que debemos leer en tiempo real, ya que hasta el final no sabremos qué está pasando con la viuda Colfax, y con la cual terminamos empatizando por su desdicha. Hay un momento un poco denso, cuando hay una conversación entre el psiquiatra Matthieson y los policías Capitán Waldron y el Teniente Brooks (capítulo IV), es necesaria, sí, para enterarnos de las cosas, pero son tan aburridos, al menos para mi gusto. Y lo que no podía faltar : una doncellita joven y eficaz, que termina siendo el interés amoroso de uno de los protagonistas, y no para joder un rato, sino para casarse. Si se hubiera eliminado esto del romance, la novela ganaba puntos en terror, con un final más angustiante. Por cierto, aunque nos lo dicen y nos lo dicen, el final llega a ser sorprendente igual. Mi puntuación es de :

(buena).

Alfredo Velazquez

viernes, 4 de julio de 2025

Joseph Berna : Un gorila llamado Max


«Selección Terror» número 370.
Publicado en marzo de 1980.
Portada de Jorge Sampere.

Volvemos con el amigo Joseph Berna y su inconfundible estilo. Y todas sus características de erotismo, final bobo feliz y personajes estereotipados...
Max es un gorila enorme y poderoso, con ansias de venganza y con una gran afición a violar mujeres y luego destrozarlas. Claro, sucede que en la cabeza del gorila está el cerebro de Max Kirby, un ex enano que sufría la burla y escarnio de las mujeres, que no lo tomaban en serio como hombre.
Esta novela está un peldaño por encima de la ya reseñada «Cazadores de fantasmas». Más allá de la trama un poco inverosímil, los momentos en los que el gorila aparece funcionan para el terror o, al menos, la angustia, con descripciones truculentas y algo de gore. Hay como dos tramas paralelas, unidas por un personaje en común : Tony Darrow (muy atractivo él). Él es el encargado de cuidar al gorila y proveerle de prostitutas para su goce y es también un tipo obsesionado por «trincarse» a su hermana. Esta actitud inusual es la que lleva a su hermana Stefanie (hermosa) a buscar ayuda de un detective privado (atractivo) para que lo investigue. Esta relación detective / cliente es lo peor de la novela, con diálogos que pueden generar una sonrisa, pero a la larga resultan irritantes (al menos para mí). Eso no impide que el detective sea un tipo eficaz en su trabajo.
En fin, si resistimos el estilo Berna, se deja leer y la trama nos va llevando. Hay una vuelta de tuerca cerca del final que no es del todo sorpresiva, ya que es lógica y casi esperable.
Gran cubierta de Jorge Sampere, que no tiene nada que ver con el argumento, homenajeando a Vincent Price y su «Museo de cera» de 1953. Seré benévolo y le pondré :

(buena)

apenas arañando...

Alfredo Velazquez

viernes, 27 de junio de 2025

Curtis Garland : El rostro del horror


«Selección Terror» número 366.
Publicado en marzo de 1980.
Portada de Jorge Sampere.

Volvemos con Curtis Garland, o Juan Gallardo, como prefieran, y una gran novela. Y es que los argumentos de época son los que más le sientan al autor. En este caso, el otoño londinense de 1893.
El Dr. Austin Brodman es un médico cirujano y pionero en una nueva especialidad : la cirugía plástica o reconstructiva. Cierta noche neblinosa, en el puente de Lambeth, se cruza con una espantosa aparición fugaz y luego, escucha un chapoteo en el Támesis. Alguien se arrojó o se cayó. Sin pensarlo, el doctor se lanza al rescate y logra salvar a una mujer, envuelta en una capa con caperuza. Una vez en tierra, en los muelles, descubre que esa mujer era la dueña del horrible rostro deformado que entrevió en el puente.
El Dr. Brodman logra convencerla que tal vez él pueda ayudarla con su problema y la lleva a su casa consultorio. No sabe que así, está dando inicio a una nueva ola de crímenes espeluznantes, que traen  al recuerdo los crímenes de Jack el Destripador, ocurridos cinco años atrás.
La novela está bien escrita, no decae, y abunda en descripciones que nos sitúan bien en la atmósfera lóbrega de aquel Londres y en sus personajes y costumbres, como si estuviéramos allí. Evidentemente, Garland es buen conocedor del tema. Hay abundante gore, más de lo habitual diría yo, pero es cierto que no recuerdo ahora mismo otras novelas suyas para comparar, ni tampoco he leído las 2000 que escribió. Por supuesto, hay que dejar pasar algunos detalles, como «las conveniencias o magia del guion», que hace que todos los personajes se terminen relacionando o que noten detalles reveladores para el avance de la trama. Pero bueno, es que para la página 96 debe estar todo solucionado. Lo otro, el toque fantástico, lo da el método que inventó el doctor para reparar deformidades, que resulta un tanto inverosímil y simplón, pero bueno, para leer estas obritas, es necesario suspender por un rato la incredulidad.
Y hasta hay lugar para la crítica social, la abrumadora falta de trabajo en aquellos años de la Era Victoriana, malos salarios y editores explotadores que exprimían a sus empleados para que los libros salgan en término (¿ referencia a algún editor de bolsilibros... ?)
El final, a todo Grand Guignol : sangre y muertes (extraño que utilice esta expresión, ya que el teatro de Grand Guignol fue creado recién en 1897) y con una vuelta de tuerca que yo, al menos, no esperaba.
En síntesis, una de las mejores obras de Garland en mi opinión, que no defraudará a sus seguidores. Mi puntuación es de :

(muy buena)

Alfredo Velazquez

sábado, 21 de junio de 2025

Ralph Barby : El pozo de las maldiciones


«Selección Terror» número 384.
Publicado en julio de 1980.
Portada de Miguel García.

Seguimos con Ralph Barby y una gran obrita en mi opinión.
O tal vez no lo sea tanto y yo estoy obnubilado por lo que creo es una gran idea fantástica.
O tal vez lo que me gusta (o aterra), es que lo que le ocurre a los protagonistas de esta novela, nos puede pasar a cualquiera de nosotros.
Al punto. Como en muchas de las obras de Barby, los protagonistas suelen ser varios, jóvenes, a veces hippies, a veces estudiantes, siempre hay alguno que destaca por su inteligencia y seriedad, otro/a que fuma porros, una chica seria y otra más liberal, un brutote musculoso, pero con poco cerebro... en esta novela tenemos un grupo más o menos así, tres chicos y tres chicas.
Uno de ellos, Paul, el brutote, digamos, convoca al resto para darles una sorpresa, consistente en traer el auto nuevo y flamante de su padre, para salir a parrandear esa noche. Los otros dos amigos, sabedores de que esto iba a ocurrir, no tienen mejor idea que preparar un balde con barro y mierda, para arrojárselo cuando llegue. Luego de tan linda broma,  y ante el enojo de Paul, que los obliga a limpiar el auto aunque no quede tan bien, salen en busca de diversión.
En el camino, se encuentran con un lavadero automático de autos, de esos en los que uno entra por un extremo del túnel, te lavan y secan el auto, y se paga al salir. Sin dudarlo, Paul mete su auto allí para que se lo dejen impecable.
Pero al salir... algo raro pasa. No hay nadie que cobre, la carretera se ha hecho de tierra y no hay autos ni luces, hace frío y está húmedo, y hasta un cadáver han encontrado pendiendo de una horca.
A partir de entonces, todo se vuelve alucinante. Sumergidos en un mundo extraño y antiguo, donde la gente vive temerosa a la sombra de un convento abandonado, aunque habitado por un demonio con cabeza de gato, y perseguidos por cazadores de brujas, que buscan cualquier excusa con tal de torturar.
La idea de que un lavadero de autos sea un portal a otras dimensiones, o al pasado o al futuro, me parece genial. En este caso, parece ser una regresión al pasado, en nuestra línea de tiempo, hacia 1643-1647. Los hechos de la novela que describe Barby parecen ser ciertos en esa época : las Posesiones de Louviers, que hoy se consideran hechos de histeria colectiva, y el juicio a Magdalena Bavan. Por supuesto que el autor usa como base esos pormenores para armar una trama fantástica y sobrenatural, agobiante y con suspenso. 
Y luego, el final. Que nos deja un montón de incertidumbre y que es libre de ser interpretado como nos parezca... ¿ Qué pasó aquí... ? ¿ Fue todo un sueño... ? ¿ Ocurrió aquí o allá... ? ¿ En una dimensión paralela... ? ¿ Cuánto duró... Un día o un instante... ?
Muchas preguntas para reflexionar. Para mí, una gran novela por lo que plantea, más que por los hechos en sí.
Y si tienen que lavar el auto, traten de hacerlo a mano o en un lavadero común con empleados. Y como a mí me gustó, le pongo :

(muy buena)

Alfredo Velazquez

sábado, 14 de junio de 2025

Burton Hare : La leyenda negra


«Selección Terror» número 82.
Publicado en septiembre de 1974.
Portada de Alberto Pujolar.

Amantes de lo sobrenatural, esta es su novela... ! O una más para agregar. Y es que cuando Burton Hare deja el «Scooby-Doo», sabe manejar los hilos del terror. La historia es sencilla, transcurre en un mismo sitio : un castillo medieval sobre un promontorio con el mar a sus pies, en algún lugar de Yugoslavia. Hasta allí llegan dos rufianes, Hubert y Skruda, quienes alquilan el lugar para iniciar sus operaciones de narcotráfico con cierta libertad. Sobre el castillo circula una tétrica leyenda, que poco a poco parece demostrar ser cierta. Para complicar las cosas, una lancha motora llega al promontorio por el lado del mar, acosada por una tormenta, trayendo a dos jóvenes primos, chica y chico. Uno de los hampones queda prendado de la belleza de ella, poniendo en peligro el futuro de las operaciones a causa de su malsana obsesión...
Poco a poco, el terror irá dominando a todos inexorablemente. La única «falla» que puedo hallarle a esta obra, es que a veces, por cumplir con las convenciones editoriales del bolsilibro, en este caso el final con pareja feliz, se rompe un poco el clima tan bien logrado de horror. No obstante ello, le doy :

(muy buena)

Alfredo Velazquez

martes, 10 de junio de 2025

Burton Hare : El espejo del mal


«Selección Terror» número 225.
Publicado en junio de 1977.
Portada de Desilo.

No recuerdo quién recomendó esta novela hace algún tiempo, la leí y me gustó. Tiene todo lo que le gusta al lector de terror gótico : ambientada en Inglaterra en 1887, pantanos, mansión tenebrosa, niebla, cementerios y misterio. Y la lluvia que no para... ! Y por sobre todo, lo sobrenatural revoloteando por allí, no hay «Scooby-Doo» en esta ocasión. Tiene muchos puntos en común con «El horror sin nombre» (del mismo autor y ya reseñada por mí aquí...), el comienzo en ambas es muy similar. Y también algunas reminiscencias traen al «Retrato de Dorian Gray». 
Harry Jordan es un tasador y perista de obras de arte, cuadros, más precisamente. Debe acudir a Kingsdale Manor, ya que su dueño desea tasar sus pinturas para, tal vez, venderlas. La noche y el mal clima, obligan a Jordan a pernoctar en una posada una vez bajado del tren y dirigirse solamente al día siguiente a la mansión. Un extraño personaje llamado Lowell Blaine, se hace presente y ofrece una exorbitante cantidad de dinero, para que Jordan consiga y le venda un cuadro con la imagen de Satanás, el cual obra en poder de George Kingsdale...
Buena novela de Burton Hare, que no decae en su propuesta intrigante. Le doy :

(muy buena)

Alfredo Velazquez